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Aquella silueta parada al lado de su motocicleta en el otro extremo de la calle no le quitaba la vista de encima a su presa. Podría faltar a clases las veces que quisiera, pero siempre tenía tiempo para ir por ella a la salida de la academia.

Al verla caminar hacia él enderezó su postura y arregló su uniforme de pandilla, y sí, lo usaba cada vez que iba por ella. Las razones variaban, podría ser para marcar territorio, como un método para protegerla, podría estar en asuntos de su pandilla, o simplemente le gustaba aquella prenda.

Le era imposible mantener la compostura teniéndola cerca, con solo observar aquellas mejillas sonrojadas que se le acercaban ya se le alborotaba cualquier parte de él. Acercó una de sus manos para tomar su rostro y acercarlo hasta sus labios – ¿Qué tal las clases? – Puso su mano libre en la cintura de la contraria, dándole suaves caricias.

– Nada nuevo, solo quería salir pronto para ir a casa. – Posó una de sus manos en el pecho del chico y sus dedos se encargaban de jugar con la tela de aquella prenda.

– Lamento defraudarte, pero no irás a casa aún, tengo planes para nosotros. –

– ¿Ah, sí? – Lo observó con sus ojos entrecerrados tratando de descubrir sus intenciones – Ni creas que te seguiré a una habitación o un lugar privado, tus manos son muy traviesas en esos casos. – Se acercó hasta el oído del chico para poder susurrarle – Ni mencionar del bulto que crece bajo tu ropa interior. –

No sabía que sentir exactamente, si vergüenza o excitación, había sido descubierto, pero la forma en que la chica se lo decía provocaba mil y una cosas en sí mismo – Más bien es un lugar público. – Se acercó de la misma forma para susurrarle – En todo caso, no necesito de un lugar privado para... esas cosas. – Terminó de hablar dejando un beso sonoro en la mejilla de ésta.

– Me abres la mente con sus insinuaciones. – Recibió una mirada cómplice del chico – Como sea, debo pasar a mi casa antes de cualquier cosa... debo alimentar a Liam y ver si está bien, después de eso estoy a toda tu disposición. –

Se subió a su motocicleta y la encendió. Giró su cabeza para observarla mientras subía con él – No tienes que preocuparte, pasé a tu casa antes de venir aquí y jugué un poco con él, también le di comida. –

– ¿Cómo entraste? – Había algo raro ahí – No tienes la llave, tampoco te he dado una copia que recuerde. –

– Nunca dije que entré por la puerta, la ventana fue más fácil, aunque la rompí en el intento. – Subió sus hombros restándole importancia – Limpié por si te lo preguntas, Liam casi me muerde al verme ingresar por la ventana. – Soltó una suave risa – En la noche iré a reparar la ventana, también dejé unos hombres resguardando afuera de tu casa para que no entre cualquier persona. –

_________ solo sonrió ante tal historia relatada – Que haría sin ti, Rindou Haitani. – Apoyó su cabeza en la espalda del chico.

– Morir de hambre, porque resulta que solo tienes cereales en tu casa, así que de vuelta pasaremos al supermercado. –







– Esto es... – Miraba al rubio a su lado, no podía creer que estaba en aquel lugar – Una pista de patinaje en hielo. – Sus ojos brillaban ante tal escenario.

ᴇɴᴄʜᴀɴᴛᴇᴅ   ~    ʀɪɴᴅᴏᴜ ʜᴀɪᴛᴀɴɪDove le storie prendono vita. Scoprilo ora