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Sintió como unos brazos la rodearon a nivel de sus hombros. Giró su rostro para encontrarse con quien ya tenía una sospecha – Oh, por dios, siempre quise conocerlo, majestad. – Llevó sus manos hasta su boca, fingiendo asombro.

El rubio frunció su ceño, no sabía la razón de llamarlo así – Sé que parezco de la realeza, pero ¿por qué majestad? – Mantuvo su brazo derecho sobre el hombro de la chica.

Lo observó de reojo – Entiendo que quieras mantener tu identidad secreta, pero vamos, creí que ya nos teníamos la confianza para contar cosas personales. – Se acercó un poco hasta el oído del chico – Rindou, hijo de la reina Calissa. –

Detuvo su andar, cruzando sus brazos al no comprenderla – ¿Y esa quién es? –

Observó su alrededor, como si estuviera ocultando un gran secreto de los demás estudiantes que salían de aquella academia – Por favor, estás muy lejos de tu casa, ¿no? – Obviamente estaba diciendo todo eso en forma de broma.

Entrecerró sus ojos tratando de captar lo que la chica le comentaba, pero no tenía resultados – Más tarde averiguaré quién es esa Calissa, ahora tengo cosas más importantes que decirte. –

Retomó su camino, siento nuevamente rodeada por el brazo del chico – Algo más importante... ¿de qué se trata?, muero por la curiosidad. –

Una risa salió por los labios del chico – Al fin encontré la noche perfecta para llevarte a una de las fiestas que te prometí hace tiempo. – La hizo detenerse, para que lo mirara directamente – El 24 de septiembre, es un sábado así que no tienes que preocuparte por las clases... además, te avisé con un mes de anticipación, no me puedes fallar. –

Una sonrisa se formó en su rostro, jamás había pensado que se tomaría en serio lo de la fiesta, mucho menos en que la invitaría a ella como fue dicho – ¿Lo dices en serio?, ¿vas a llevarme a una de tus fiestas? –

Subió sus hombros – Claro que sí, vas a ver todo lo que nos divertiremos esa noche. – Observó su rostro por algunos segundos, notando un poco la inseguridad en ella – Tranquila, yo iré a buscarte, te cuidaré durante toda la noche y además te iré a dejar a tu casa, soy responsable con ello. –

Se acercó un poco hacia él – Estoy segura de eso, aunque no me gustaría ser una carga para ti y que los demás piensen que me estás cuidando. – Agachó la mirada un poco avergonzada, con sus mejillas ligeramente rosadas.

Buscó la expresión de la contraria – ¿Sabes lo que les pasaría si los "demás" piensan o se atreven a decir algo de ti? – Posó una de sus manos en la mejilla de la chica – Solo quiero mostrarte lo bueno que soy con la música... y en otras cosas también. – Le gustaba ver el rostro avergonzado de ella – Aunque no necesito una fiesta para hacerlo, puedo simplemente llevarte hasta mi habitación. –

– Já, ya quisieras. – Se cruzó de brazos para tratar de disimular su nerviosismo – Está bien, para esa fecha quedamos entonces, y gracias por avisarme con anticipación. – Observó la vestimenta del rubio – Además, ¿por qué faltaste hoy... al igual que la semana completa? –

Desvió su mirada – La verdad de las cosas, es que me da un poco de flojera levantarme algo temprano, y mi hermano tampoco me despierta. – Subió sus hombros – Pero he venido por ti todos los días. –

Asintió levemente con una sonrisa en su rostro – Eso no lo puedo discutir. –

Sintió el tiempo detenerse al verla sonreír, a pesar de ir todas las tardes a la academia para verla, extrañaba sentirla tan cerca de él, extrañaba pasar más tiempo con ella, sobre todo por el hecho de tener que estás más involucrado con temas de su pandilla que le demandaba más tiempo.

ᴇɴᴄʜᴀɴᴛᴇᴅ   ~    ʀɪɴᴅᴏᴜ ʜᴀɪᴛᴀɴɪWhere stories live. Discover now