ᴇɴᴄʜᴀɴᴛᴇᴅ ~ ʀɪɴᴅᴏᴜ ʜᴀɪᴛᴀɴɪ

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Un cosquilleo en su nariz provocó que ________ comenzara a despertarse poco a poco, sintiendo un dolor en su cuello por la posición en la que se encontraba. Tenía su cabeza apoyada en la mesa y sus brazos cubrían la mayor parte de su rostro.

Abrió un solo ojo para identificar el origen de aquel cosquilleo, encontrándose con la persona menos esperada en un día de clases.

– Vaya, que fea te ves dormida. – Rindou estaba sentado en la mesa de al lado, manteniendo una sonrisa victoriosa en su rostro.

________ tardó unos segundos en procesar el hecho de que el rubio estaba con el uniforme escolar – Por dios, hasta en mis pesadillas estás. – Ocultó su rostro con la ayuda de sus brazos.

El chico miró a su alrededor para asegurarse que nadie hubiese escuchado el insulto dado por la chica – Más bien yo lo llamaría, "un sueño angelical." – Sonrió para sí mismo – Por cierto, ¿por qué duermes?, deberías estar desayunando ahora. –

– Tengo sueño, no hambre. – Reincorporó su cuerpo y miró fijamente al chico – ¿A qué se debe esta ocasión tan especial? – Señaló el uniforme.

– Tuve un examen hace un rato, pero ya estoy libre de acción. – Acercó su mano para acomodar algunos mechones en el rostro de la chica – ¿Y si nos arrancamos? –

Una sonrisa sutil se formó en la contraria – Yo tengo examen en la tarde... siento defraudarte. –

Un suspiro salió de los labios del rubio – Será para la próxima entonces... – Me iré en cuanto comience la otra clase, así que aún me queda tiempo para llevarte a desayunar. – Se puso de pie y tomó la mano de la chica para guiarla – Te aviso que no traje la billetera, así que acepto tu invitación para comer. –

– Está bien, yo te invito. – Se dejó guiar por el chico, quien continuadas veces le picaba las costillas mientras caminaban.

Ambos parecían disfrutarlo.

Un sonido bastante conocido para ella se hizo presente a la hora de la salida. Rindou se acercaba en su motocicleta, mostrando una gran sonrisa en su rostro.

– ¿A qué se debe el gusto? – Preguntó la chica.

El rubio subió sus hombros restándole importancia – Como agradecimiento del desayuno de la mañana, te llevaré a un lugar lindo, ¿qué dices? –

Obviamente no se iba a negar, de hecho, anhelaba en que él la invitara a salir nuevamente, pero era lo suficientemente orgullosa para pedirlo ella – Aceptaré. – Respondió emocionada.

Antes de que ella se subiera, Rindou la detuvo – Traje algo para que te tapes. – Sacó una pequeña y delgada manta – No me gustaría saber que otras personas te miran... con otras intenciones. – La acercó hasta él, y la rodeó por la cintura con aquella prenda.

– Gracias por el detalle. – Respondió cerca de él – Me subiré ahora. –

– Oh, Rin, mira allá. – Señaló hacia una de las criaturas – Son caballos de mar. – Tomó del brazo al chico para acercarse hasta allí.