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Estaban frente a aquella puerta mientras él intentaba de abrirla con una de las llaves que tenía en su mano. Rindou le había invitado a salir, pero al ya estar cerca del lugar, notó que no llevaba su billetera con él.

A pesar de que _________ le insistió en que ella pagaría, Rindou se reusó y la llevó con él hasta su hogar para tomar la billetera y salir nuevamente.

– Puedo esperar afuera si gustas. – Se mostraba nerviosa, y tenía sus razones. A cada momento acomodaba su vestido, verificando que cubriera sus piernas al igual que sus hombros.

– Nada de eso, vienes conmigo. – Le tomó la mano e ingresó con ella a su lado.

_________ observaba el lugar de reojo. Si había una competencia en quién tenía su hogar menos decorado, ganaría de todas formas ella. Estaba todo en su lugar, todo parecía llevar el mismo color o tonos similares, y era agradable visualmente.

– Esta es mi habitación. – Señaló la del frente mientras se quitaba los zapatos – Creo que mi hermano salió en la mañana, así que no está. – Le sonrió mientras avanzaba – Ven, podemos probar mi cama si lo quieres, sería la inauguración. – Guiñó un ojo al mismo tiempo en el que le sonreía y se quitaba la chaqueta.

Un escalofrío le subió por la espalda – Esa es la razón por la que quería estar lejos. – Se quitó sus zapatos y los dejó ordenados. Caminó detrás del chico, pero se detuvo al notar algo más. Se acercó a lo que llamó su atención y terminó por confirmarlo, una cabina de Dj.

Nunca había visto una, de seguro que ni siquiera sabía la función de cada parte, exceptuando los auriculares. Tocó delicadamente los botones, pero no los presionó por miedo de romper o dañar algo. Miró hacia la habitación en busca del chico, pero él parecía estar más concentrado en buscar su billetera.

Unos pasos extraños se escucharon alertando a la chica de forma inmediata, parecían provenir de la habitación del que ahora era su cuñado. Avanzó a pasos rápidos hacia la habitación de su novio, cerrando la puerta detrás de ella, se había agitado de solo imaginar ser descubierta por Ran y que éste pensara mal.

Rindou la notó, una sonrisa pícara adornó su rostro – Así que cierras la puerta cuando estamos solos. – Amenazaba con quitarse la ropa, descubriendo un poco su abdomen mientras se acercaba a ella.

Se apresuró a detenerlo, dejando su rostro en el pecho del chico y rodearlo con sus brazos – Creo que no estamos solos. – Susurró, observando de reojo la habitación de su novio.

Unos golpes en la puerta sonaron – ¿Rindou? – Era nada más y nada menos que Ran, se quedó unos segundos en silencio esperando una respuesta.

– Sí, pero no estoy solos, así que no entres. – Puso una mano en la espalda baja de la contraria, tratando de calmarla un poco, o tal vez solo porque deseaba tocarla.

Y como era de esperarse, la puerta se fue abriendo poco a poco mientras Ran asomaba su cabeza para descubrir lo que su hermano estaba haciendo y con quién.

– Pero. – Tomó una almohada de su cama y se la lanzó a su hermano – Ponte ropa antes de pasearte así. – Con mayor razón abrazó a la chica, verificando que ésta no estuviese mirando al exhibicionista de Ran.

Y así fue, ________ mantuvo su cabeza pegada al pecho del chico, solo podía escuchar como alegaban aquellos hermanos.

A pesar de todo aquel alboroto, en la posición en la que estaba se sentía protegida, los fuertes brazos del rubio la cubrían por completo, y tener su rostro pegado a su pecho hacía posible sentir los latidos del corazón de Rindou, se sentía como en una película romántica.

ᴇɴᴄʜᴀɴᴛᴇᴅ   ~    ʀɪɴᴅᴏᴜ ʜᴀɪᴛᴀɴɪDonde viven las historias. Descúbrelo ahora