17

3.3K 415 62
                                    





– ¿Podemos hablar? – Rindou mantenía sus manos en los bolsillos mientras miraba a aquel joven doctor que terminaba de revisar a ________, quien dormía un poco.

Sato dejó la ficha clínica en el mesón, y salió de aquella sala para encontrarse con el chico, que lucía un poco inquieto – Supongo que tienes algunas dudas. – Le ofreció asiento, pero el rubio se reusaba.

– Ese chico que la estaba persiguiendo... y le hizo eso, supongo que ella te dijo quién era... yo quisiera saber quién es. –

– Había una vez, una chica que creció sin el apoyo de sus padres... el padre huyó cuando pudo de aquella "familia", y la madre la abandonó unos años después en la casa de sus abuelos. –

– No juegues con historias, quiero saber la verdad. – El rubio estaba un poco irritado por la situación, sobre todo porque el sujeto se dio a la fuga.

Levantó uno de sus dedos en señal que prestara atención y guardara silencio – Esa chica se llamaba Sakura, y ella nunca tuvo hermanos... hasta que un día se le acercó un chico que decía ser hermano de ella. Aquel chico dijo que se llamaba Hideki, y también le dijo que compartían a la misma madre y que él estaba pasando por una situación parecida a la de ella, y necesitaba ayuda por lo mismo. –

– ¿Y Sakura es _________? –

Sato cerró sus ojos – No te desconcentres. – Pausó un poco antes de retomar la historia – Sakura estaba decidida en ayudarlo, y lo hizo... le dio dinero. Poco después, gracias a varias investigaciones que hice. – Se quedó en silencio al delatarse a sí mismo – Que hicieron. – Se corrigió – Se enteró que Hideki no era su hermano como tal, más bien era hijo de la nueva pareja de su madre, pero nunca de ella. –

Rindou entrecerró los ojos, tratando de procesar aquella información. Sin duda se refería a _________, ¿pero por qué tanto secreto?

– Luego de eso, Sakura se negó en seguir ayudándole... y esa fue la primera vez que la golpeó. – Se detuvo unos segundos, le era difícil para él revivir todas esas cosas en su mente – Ella huyó de donde vivía porque sabía que la iría a buscar a la casa de sus abuelos, pero aún así, a cada lugar que ella iba la encontraba, y le volvía a golpear... una y otra vez. – Tomó asiento en una de las sillas vacías – Se hicieron denuncias, pero cada vez, la madre de Sakura las negaba, decía que eran inventos... y nunca lo tomaron detenido por eso. –

– Entiendo. –

– No puedo contarte la historia de _________, porque no es algo que me corresponda a mí, pero sí puedo contarte la historia de Sakura, y espero que te ayudara un poco a aclarecer tus dudas. –

– Muchas gracias por eso... me gustaría poder ayudarla de alguna forma. – Se sentó a su lado, observando a la distancia a su hermano, quien estaba en la sala de espera.

– Durante estos meses estuvo a salvo, casi por un año... se le veía más feliz desde que comenzó a salir contigo, no creí que le gustaran los chicos rudos. – Le sonrió – Ella se recuperará, nos encargaremos de eso. – En su cabeza le rodaba un asunto pendiente que necesitaba descubrir – ¿Te quedarás?, es que debo ir a su casa para revisar algo. –

El rubio asintió – Esperaré a que despierte, ¿es algo urgente? –

– Cuando Kata... Hideki la encuentra, siempre suele adueñarse de sus cosas, como con su casa anterior... como la encontró en la calle quiero saber si ya sabe donde vive, de ser así, sacaré sus cosas de allí. –

Un frío recorrió su espalda al escucharlo – ¿Su casa anterior? – La voz le temblaba un poco.

Se puso de pie sin dejar de observarlo – Sí, Hideki vive en su antiguo domicilio... no se lo puede quitar porque está a nombre de su madre. –

Unas terribles nauseas se apoderaron de él, ¿había cometido un error? Él fue hasta su antiguo domicilio para verla, ¿entonces el chico que le abrió la puerta era...?, ¿fue responsable de que lo que a ella le había sucedido?

Su cabeza le daba vueltas, se sentía pésimo por sus acciones tan irresponsables, por su culpa ella ahora estaba en una cama de hospital toda golpeada.

– ¿Haitani Rindou? – Una enfermera se acercó a él – La señorita Tatsumi pregunta por usted, ya despertó. – Le dijo con una sonrisa en su rostro, mientras le señalaba la sala.

Se puso de pie con las pocas energías que le quedaban, no sabía como la miraría a la cara con lo que acabada de descubrir. Se asomó por la puerta, observando como _________ trataba de alcanzar el espejo que estaba un poco lejos de la cama mientras se arreglaba el cabello.

– No trates de arreglarte, de cualquier forma te verás hermosa para mí. – Se acercó lentamente a ella, posando una de sus manos sobre la mejilla de la contraria, dando suaves caricias – Lamento haber llegado tarde. –

A pesar de su condición, le fue imposible no sentir aquel cosquilleo dentro de ella, lo que menos esperaba era un cumplido – Pero llegaste... tengo mucho porqué estar agradecida. – Jugó con sus dedos contra la mano del chico – Creí que te habías ido. –

Éste negó – No podría, no voy a dejarte desde ahora en adelante. – Acercó su rostro para dejar un beso sobre la frente de la contraria, siendo detenido por la misma.

– No en la frente. – Una sonrisa nerviosa se apoderó de ella – Hay más lugares en mi rostro que mi frente. –

– Aquí no puedes huir de mí. – Se mantuvo cerca de ella – Esa tarde, puedo prometerte que fue una confusión... yo no... –

El dedo de la contraria se posó sobre los labios del chico, impidiéndole hablar – Lo sé, tu hermano me lo dijo cuando tú hablabas con el doctor Sato... cuando me ingresaron. –

Sintió un poco de alivio por ello, más tarde se lo agradecería a su hermano – Entonces, ¿puedo seguir conquistándote? – Se acercó lo suficiente para que ambas narices rozaran entre ellas, recibiendo un asentimiento por parte de la chica – Bien. – Delicadamente dejó un beso en la comisura de los labios de _________, moriría por ver la reacción de la chica.

– Sí que eres un idiota. – Le dio un suave empujón.

Asintió – Lo soy. – Nuevamente se acercó, tomando con cuidado a la chica de sus mejillas. Elevó su rostro para tener más disposición, depositando un suave beso sobre sus labios, aumentando un poco los movimientos sobre los mismos. Terminó por dejar sonoros besos cortos en las mejillas de __________ – Podría darte más que solo besos, pero dejémoslo para otra ocasión. –

El rostro de _________ estaba completamente sonrojado, inclusive, evitaba las miradas de Rindou – Sí, lo que digas. – Su voz temblaba, al igual que cada parte de su cuerpo al escuchar sus insinuaciones. Le restaba importancia a lo ocurrido, pues ya lo había vivido y ahora estaba a salvo, así que solo le concentraría en lo bueno, en ellos.






Ran miraba desde la ventana como su hermano lucía feliz junto a aquella chica, hacía tiempo desde que no lo veía tan animado.

– Es feliz y no por ti. – Shion llegó a su lado – Eso debe doler. –

El de trenzas lo observó, teniendo una vena marcada ante el estrés que el otro le causaba – No hables, ni para atrapar a alguien sirves. – 











ᴇɴᴄʜᴀɴᴛᴇᴅ   ~    ʀɪɴᴅᴏᴜ ʜᴀɪᴛᴀɴɪWhere stories live. Discover now