Capítulo XX

38 22 54
                                    

     Desde los remotos tiempos de la antigüedad cuando los dioses primigenios fueron desterrados de sus adoradores y hegemonías, la leyenda permaneció viva por aquellos que se negaron aceptar la nueva verdad impuesta por la incipiente doctrina que...

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

     Desde los remotos tiempos de la antigüedad cuando los dioses primigenios fueron desterrados de sus adoradores y hegemonías, la leyenda permaneció viva por aquellos que se negaron aceptar la nueva verdad impuesta por la incipiente doctrina que exigía el respeto a su nuevo dios. Durante siglos, los conservadores de las vetustas religiones lucharon contra sus perseguidores quienes los acusaban de paganismo arriesgando ser torturados o bien asesinados violentamente, pagando el precio de mantener a salvo las tradiciones por las deidades que gobernaron el planeta hace miles de millones de años en la era mitológica. 

     Luego del gran cataclismo que sacudió el planeta, esas ideas permanecieron en silencio hasta que los dioses primigenios despertaron de su extenso letargo reclamando el derecho al sitial perdido por culpa de esa flamante erudición que se cimentó cuando el hijo de Dios fue crucificado resucitando al tercer día. Ahora las viejas leyendas están de vuelta con sed de venganza debido al impetuoso castigo proclamado por los seguidores del actual gobernante del cosmos a lo largo de la historia, tramando de manera enclaustrada una inédita rebelión pese al último pacto firmado en la Cima del Universo. 

     Y en la actualidad, esa cruda venganza era materializada con la invasión que el Imperio de la Serpiente realiza en cada uno de los reinos y países que osaban oponerse, terminando por hundirlos estableciendo soberanía y gloria a Daemon Kahn complaciendo de paso a Ares y a los dioses cómplices que esperaban dar el golpe definitivo. Sin embargo, las batallas que libraban las huestes del Kahn no se limitaban sólo a las naciones, sino también a las diversas bases y templos xeronianos a lo largo y ancho de la Neotierra, que de forma paulatina, caían inexorablemente ante el poderío de los ejércitos malignos. 

     Vastos territorios xeronianos estaban siendo destruidos con el avance enemigo aprovechándose del debilitamiento en la defensa por no poseer el ejército suficiente que enfrentara las amenazas que además contaban con aliados desde la Atlántida, berserkers desde Helheim, guerreros de Agartha e incluso bestias del inframundo. El golpe más brutal que sufrieron los sucesores de Xeron, fue cuando la poderosa ciudad de Lux Ángelus, ubicada en el Valle del Maipo en la otrora capital de Chile considerada la más importante después de Cyrania, fue invadida, saqueada y tomada por el ejército del Kahn quien no tuvo mayores problemas para hacerse con la inmensa fortaleza construida hace milenios también por el propio Lord Xeron. 

—¡Nos están atacando! —gritaba un joven xeroniano que veía el avance del ejército invasor después de atravesar el río que circundaba el colosal valle. 

     Las alarmas se encendieron apenas se realizó el primer disparo desde el exterior comenzando el asalto enemigo sobre las enormes almenas de la fortaleza. Los guerreros del Kahn poseían fuerza cósmica al igual que los xeronianos por lo que podían dar enormes saltos e incluso volar los que eran más desarrollados; los berserkers atacaban empujando con su fuerza destructora apoyados por las enormes bestias que venían del inframundo y los guerreros de Agartha. Los xeronianos de Lux Ángelus, no contaban con la ayuda de los nueve quienes debían proteger al líder en Cyrania disponiendo de pocos recursos para la defensa, producida por la escisión luego de la muerte de Sunprime diezmando la resistencia contra la furia enemiga. 

LOS XERONIANOS DEL UNIVERSO - LIBRO I EL GUERRERO DEL SOLWhere stories live. Discover now