Capítulo X

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     Varios kilómetros recorrieron los hombres que se defendieron a muerte contra las huestes del Kahn debiendo bordear durante horas el río entre bosques y malezas para poder ocultarse de más enemigos al acecho mientras la fría luna iluminaba el ...

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     Varios kilómetros recorrieron los hombres que se defendieron a muerte contra las huestes del Kahn debiendo bordear durante horas el río entre bosques y malezas para poder ocultarse de más enemigos al acecho mientras la fría luna iluminaba el camino. Era de madrugada y el cansancio empezó hacer mella en el ánimo de los hombres que poco habían conversado desde que huyeron del bar, hasta que por fin arribaron a las ruinas de un antiguo fuerte xeroniano. 

     Sokaku acostumbrado a no tomarse muy en serio las cosas, se aisló unos metros para lavarse las manos, la cara y beber un poco del agua del río. El hombre de cabello largo y blanco que se encontraba junto a los demás, se acercó un poco molesto al lado del de sombrero chino para increparlo. 

—¿Dónde habías estado todo este tiempo Sokaku?, ¿por qué huiste de la ciudadela abandonando a los xeronianos? 

—Hay que lavarse las manos después de ir al baño, no tuve tiempo de hacerlo antes y eso es higiene personal. 

—¡Déjate de estupideces y evasivas! ¡Contesta mi pregunta ahora! 

—¿Eso cambiaría las cosas? Tengo muchos motivos por el cual me fui y estoy cansado para explicarlo ahora. 

—¿Te da lo mismo todo esto? Muchos xeronianos murieron por ello debido al cisma provocado por tu deserción. Desapareciste por bastante tiempo sin saber nada de ti. 

—No puedo asumir la responsabilidad de las decisiones que tome cada uno. Siempre traté de impedir que no hicieran actos arbitrarios esperando el momento preciso, pero algunos no fueron lo suficientemente razonables. 

—Pero debiste permanecer en la orden a falta de nuestro líder Sunprime por haber sido su consejero y no huir como un cobarde. 

—La orden xeroniana se transformó en una covacha de viejas chismosas en lugar de ser el ejército de los valientes guerreros herederos del gran Xeron. Como ya te dije, tuve muchos motivos que me hicieron abandonar mi puesto, pero que no lo contaré ahora porque estoy fatigado. 

—Por favor, cálmense —intervino Demian quien fue curado de las heridas por los demás hombres—, aún estamos tensos por el asalto sufrido y creo que lo justo sería descansar. 

—¿Y tú quién eres a todo esto? —preguntó el hombre de cabello blanco un tanto adusto—. ¿Qué haces junto a Sokaku por estos lugares? 

—Mi nombre es Demian y conocí a Sokaku hace unos días en el pueblo antes del último ataque del Kahn. Me salvó la vida. 

—Creo que no deberías andar por estos lugares con tu perro, es peligroso y serías un estorbo para nosotros. 

—El chico perdió a toda su familia —intercedió Sokaku—, por eso está conmigo y juntos viajaremos hacia Cyrania. 

—¿A Cyrania?, ¿acaso estás preparado para la aventura, peligros, enemigos y enfrentarte a la muerte? ¿sabes el largo camino que significa viajar hacia la fortaleza en un mundo donde ya no existen los transportes como antes? Lo siento, pero no tienes nada que hacer aquí. 

LOS XERONIANOS DEL UNIVERSO - LIBRO I EL GUERRERO DEL SOLDonde viven las historias. Descúbrelo ahora