Quince

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Capítulito extra.

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                         Jungkook;

Le deseo a Somin y a Yoona, un lindo día en la preparatoria. Pero me es imposible no quedarme viendo a Yoona cuando camina con mi hija hacia el interior de la preparatoria. Y ella gira un poco su cabeza y nos vemos un breve momento hasta que desaparece de mi campo de visión.

Suspiro, y decido dirigirme a el hospital para trabajar y ocupar en algo mi mente; no había dejado de pensar en ella desde lo ocurrido el sábado. Y una parte de mi me recriminaba por esto. Pero la callaba ignorándola. Con todo y que esto pudiese estar “mal”, a mi me gustaba como me hacía reaccionar ella, los impulsos que me provocaba cuando estábamos solos y nos quedábamos mirándonos. Y creo que no me había sentido así desde hace mucho tiempo.

¿Pero con esa chica de preparatoria?, volvía mi subconsciente.

¿Que pensaría Somin si supiese que su amiga llamaba mi atención? Sobre todo si se enteraba que había repartido besos húmedos en su mejilla, cuello...

No lo sè, pero no iba a pensar en eso.

La mañana en el hospital, transcurrió de forma tranquila. Hice mi recorrido de todas las semanas, revisé algunos historiales de pacientes para encargarme de saber como avanzaba su condición médica y tuve incluso una reunión con Seokjin. En el hospital nunca faltaba trabajo, pero habían días en los que todo no era tan caótico y era calmado de esta forma.

Le agradezco a la chica de atrás de la barra luego de tomar mi capuchino con leche y me dirijo hacia una de las mesas disponibles al lado del gran ventanal de la cafetería; doy un pequeño sorbo a mi café y observo a Eunsoo (la esposa de Jimin), entrar. Veo como se dirige a la máquina expendedora por un café mas simple y observa toda la cafetería hasta dar conmigo; nos sonreímos y ella camina hacia mi.

Eunsoo era cirujana plástica, muy buena en lo que hacía y la conocía desde la universidad; Jimin, ella y yo habíamos estudiado juntos.

—Te veo descansando ahora que no hay caos —comenta con diversión apartando una silla para tomar asiento.

—Tengo que aprovechar —sonrío—. ¿Y Jimin?

—Está con un paciente que operó ayer —responde—. Por cierto, ¿cuando vas a llevar a Somin a la casa? Hace rato que no la veo.

—Tù también puedes ir —la señalo. Ella sonríe asintiendo.

—También —concuerda—. Le compraré algo.

—¿Te sientes bien trabajando aquí? Me imagino que sí porque Jimin estaba que reventaba de alegría.

—Lo sé y sí, me siento bien. Al final todos terminamos mudándonos para Seúl y trabajando en el mismo hospital —dice ella luego de darle un sorbo pequeño a su café—. Es agradable.

—Tienes razón.

—¿Quien diría eh? —la miro cuando sonríe—. Al final terminaste siendo médico.

—Sabes porqué, o por quien terminé siendo médico —musité viendo fijamente por el cristal del ventanal a nuestro lado.

—Independientemente de lo que te llevó a hacerlo, eres uno de los mejores. Y ese mérito si es tuyo —pronuncia mi amiga—. Hablando de eso; ¿nunca ha llamado?

—No. Debe estarle yendo muy bien —respondo relajando mi espalda en el respaldo de la silla.

—¿Ni siquiera ha intentado saber de Somin?

Daddy Issues |𝐉𝐮𝐧𝐠𝐤𝐨𝐨𝐤 ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora