Siete

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                            Yoona;

Suspiro, mientras miraba algún punto fijo de el local que había de comida rápida frente al parqueo de autos. Sobre todo, el que estaba frente a donde se encontraba parqueado el auto del señor Jeon. Siendo sincera, estar sola durante estos minutos me hizo bien. No había llorado de nuevo, pero al menos me sentía calmada interiormente.

Y me preguntaba ahora, en donde debía estar él. Me había dejado sola, y luego se había ido para darme privacidad. Abrí la puerta de mi lado del asiento copiloto en el que estaba sentada y salí, para observar si lo podía encontrar ya que estaba cerca del taller donde debían estar arreglando el celular.

Y como si mis pensamientos lo hubiesen llamado, lo observo salir de la cafetería en la que había estado hace poco y en la que tuve un no grato momento al encontrarme con... él.

Observo al señor Jeon que cruza la calle, y noto como en una de sus manos traía dos bolsos y la otra disponible, la tenía dentro de uno de los bolsillos delanteros de su pantalón de vestir. Y se veía muy apuesto —debo reconocerlo—, mientras caminaba de esa forma relajada y al mismo tiempo varonil en mi dirección.

Y recuerdo nuevamente la forma en la que me acercó a él, como acarició mis mejillas quitando algunas lágrimas y no puedo ignorar las pequeñas ganas que se instalaron en mí de tenerlo cerca de nuevo.

Y cuando él se da cuenta de que lo estoy mirando, ya que estaba llegando a mí, desvío la mirada y presiono mis labios mientras observo mis manos hasta que finalmente llega y observo sus zapatos color negro, detenerse frente a los míos.

—¿Te sientes mejor? —es lo que pregunta, una vez allí.

—Mhm —asiento, sin mirarlo.

—Toma —observo su mano extender hacia mi, aquellos dos bolsos que vi anteriormente y confundida los tomé.

Abrí uno de los bolsos (el más pequeño), encontrando mi celular y aunque no lo saco, veo como la pantalla está perfectamente bien. Sin siquiera un rasguño, como si lo hubiese acabado de comprar. Y abro entonces el otro bolso, encontrando una pequeña caja, y a pesar de que no veo exactamente su contenido, leo el nombre afuera: Chocolat Candies.

—Esto... —levanto mi cabeza para verlo algo confundida.

—Me dijiste que te gustaban los caramelos, y el chocolate. Es un regalo, disfrútalo. Y no me me digas que no era necesario.

Convierto mis labios en una fina línea porque de verdad estuve a punto de decírselo y él claramente lo notó ya que sonrió levemente. Humedece sus labios.

—Vamos, te llevo a tu casa.

Solo asentí y él extendió su mano para abrir la puerta del asiento copiloto para mi y entro nuevamente al interior del auto. Cerró la puerta y lo miré rodear el auto por delante, para entrar también y sentarse en el asiento de chófer.

—Pon la dirección en el gps —me observa.

Coloco esta en la pantalla del auto y luego me acomodo en el asiento y aunque trato de ignorar el sentimiento que me impulsa a pensar en lo ocurrido hace una media hora más o menos, no puedo. Pensé que, a pesar de todo, había logrado superar ese sentimiento que me causaba Hyunchae, pero cuando lo volví a ver en la cafetería, volví a darme cuenta de que seguía demasiado atascada en eso todavía.

Y reacciono un poco, cuando noto al señor Jeon cerca de mi. Y me tardo, pero me doy cuenta de que me estaba colocando el cinturón de seguridad. Y lo miro, entre sorprendida y levemente avergonzada. Él ajusta este y me mira.

Daddy Issues |𝐉𝐮𝐧𝐠𝐤𝐨𝐨𝐤 ✔Where stories live. Discover now