Me Perteneces

Capítulo 14

Y entonces Asami se arrepintió de sus palabras.

Aquella fiesta era mucho menos ostentosa que las que alguna vez preparó su padre, pero no por eso el ambiente dejaba de ser digno, sobre todo porque nunca había visto tantas figuras importantes reunidas en un solo lugar, no solo empresarios, si no políticos y representantes de otras naciones, que se encontraban ahí solo por ver al avatar... Y a su prometida.

Desde la maña todo fue un caos, las persona yendo y viniendo dentro de su habitación, preparándole para dar su mejor imagen aquel día, ella sintió la presión desde el comienzo, estaba segura de que deberían darle un premio por la rapides en la que memorizó caras, nombres y profesiones en solo para un par de horas, un par de horas que no pararon de recordarle, eran cruciales no solo para ella, si no para la tribu entera.

Si, definitivamente mucha presión.

Es así que se encontraba en un enorme salón, resplandeciente por la forma en la que la luz se reflejaba sobre el hielo, ataviada dentro una pieza de tela roja que, si bien el grosor de la tela era considerable, cubría todo su cuerpo de manera elegante y sofisticada. Ella no era ajena a las reuniones sociales, los espíritus sabían a cuantas de ellas tuvo que asistir por insistencia de sus progenitores, pero eso no era equivalente a que fuese capaz de disfrutarlas. Ya olvidaba cuantas manos hubo estrechado en la ultima media hora, cuantas caras sonrientes e hipócritas le devolvieron la sonrisa, algunas con desdén, otras con lujuria, unas de desinterés, y otras de mucho interés.

Al las siete de la noche aproximadamente su prometida pasó a buscarla, y si Asami alguna vez pensó que no podría ser más perfecta, descubrió las muchas falencias que conllevaba aquel pensamiento. A diferencia suya, la morena llevaba un vestido azul que cubría todo lo que debía cubrir, y descubría todo lo que ella no aceptaba que anhelaba tocar, una mezcla perfecta entre formalismo y sensualidad. De esta forma entró de su mano al salón, danzando entre todas las personas como una mariposa social que, debía admitirlo, no esperaba que fuese, pero supuso entonces que dada su posición aquellas habilidades eran requeridas, escucharla hablar con tanto formalismo era fascinante, verla sacar a relucir aquella actitud tan ilustre era tan contradictoria para ella; Y es que solo era ver con el respeto con el que las personas de dirigían a ella para poner en duda la faceta que mantuvo para con ella desde que se conocieron. Se preguntó entonces cuanta de esa mascara era Korra y cuanto de todo lo que le había mostrado era cierto.

Al menos la morena no se había separado de ella en lo que iba de la noche, cosa que, contra todo pronóstico, hacia que todo fuese mas llevadero, y es que su tiempo viviendo como una ermitaña le habían pasado factura a su paciencia al momento de tratar con personas, tuvo que hacer acopio de todas las lecciones de diplomacia que tomó durante su juventud. No pensó que tendría que sacarlas a relucir al máximo ese día.

Los ancianos que Korra mencionó fueron en definitiva una molestia, cuando fue presentada a ellos fue como ser la carne en una jaula de osos ornitorrincos hambrientos, cayeron sobre ella sin piedad, las burlas a su padre, los halagos vacíos, el poco interés mal disimulado, ella no lo entendió ¿No fueron ellos quienes insistieron en conocerla en primer lugar? Por suerte el brazo de la morena rodeando su cintura y su actitud solemne pero distante, mantuvieron su cordura.

— Cuando aceptamos el trato con Hiroshi Sato, no pensamos en que su descendiente sería tan poco consabido, no se ofenda, joven dama, pero pensamos que sería usted... Mas ilustre, aunque debo admitir que es hermoso el empaque.

Nunca en su vida la habían cuestionado tanto como esa noche, en especial personas que no tenían idea de quién o que era ella, sus éxitos académicos nunca le resultaron despreciables, nunca se sintió una sombra de su padre, y los espíritus sabían que era tan capaz como el de lograr grandes metas, le hirvió la sangre, cada palabra cayó como un golpe a su ego y estuvo a punto de responder de la forma más mordaz posible cuando la voz de la morena llegó a sus oídos.