Fin

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O.P.V

Sentí el calor de sus labios nuevamente sobre los mios, seguí ese acogedor saludo enredando mis dedos en su cabello, sin percatarme de que éramos el centro de atención.

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Entré al salón y tomé asiento al lado de un chico pelinegro que parecía guardar el sitio para alguien más.

— Disculpa! Está ocupado? — pregunté al ver toda la sala llena.

— Cómo podría negar el sitio a una belleza como tú? — preguntó.

Tomé el asiento y lo ignoré.

— Lo siento! No entendí lo que acabas de decir, el coreano no es mi fuerte, aún estoy aprendiendo — acomodé mi mochila.

Mentí!

— Que eres una chica muy hermosa — repitió.

— Creo que algo anda mal, es que no creo que tenga algún significado lo que dices, no te entiendo — comenté sarcástica — valla… acabo de recordar, suena muy parecido a lo que me dice mi novio todas las mañana cuando me ve abrir los ojos al alba — sonreí irónicamente.

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— Como fue su día señorita Lilith? — preguntó el asistente Bi.

El auto estaba aparcado frente a la entrada de la universidad, este se dedicó a tomar mi mochila y abrir la puerta de los asientos traseros para mí.

— Bien! Demasiado empalagoso diría yo — rodé los ojos y subí al auto.

Una vez que nos pusimos en marcha el asistente Bi prosiguió.

— En esa bolsa está la ropa que el señor Vicenzo le envío para que cambie su uniforme y valla a su primer día en la compañía — Informó.

— Cierto, es hoy! Lo había olvidado, entre el colegio de Jim y la universidad se me había pasado que tengo que ir a la compañía  — exhalé un poco de aire y me recosté a la ventanilla.

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Entramos a la compañía y todos me observaban mientras caminaba con aquellos elegantes tacones y ese traje de etiqueta que portaba, con mi cabello suelto y la pequeña bolsa de mano.

— Buenos días señorita — me saludó la recepcionista y seguido le regalé una sonrisa.

A mi paso todos hacían reverencias, y en mi estudio de las costumbres coreanas aprendí que es una forma de mostrar respeto a un superior o algo así.

Después de ver tantas reverencias, pósteres de robots y drones volando por todo el lobby de cristal con infinitos metros de altura, y unos que otros robots inteligentes ayudando a los trabajadores, me quedé asombrada, subí a las escaleras eléctricas con el asistente Bi y fuimos al último piso del edificio, al final del elegante pasillo, había una mujer parada, la cual caminó hacia mí. Me escaneó con sus ojos, literalmente un rayo rojo salió de sus ojos y escaneó todo mi cuerpo, no puedo creer que esa realista mujer sea un robot.

— Bienvenida a tu mundo — sonrió el asistente Bi al notar mis ojos sobre la mujer.

— Buenas tarde señorita Bianchi, soy Nam Young versión 2.1! En qué puedo ayudarle? — preguntó.

— Eemm… ahora le tengo que responder verdad? — susurré la pregunta al asistente y este asintió.

— Señorita Bianchi…

— Nam Young! — se abrió la puerta y vi al fornido hombre de mis sueños interrumpir al robot con su seductora voz.

— Señor — la robot se volteó hacia el señor Vicenzo e hizo una reverencia.

Mi Sr Vicenso CassanoWhere stories live. Discover now