Cap 6

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— Que tienes ahí? — preguntó entrando a la habitación.

— Nada! — respondí nerviosa.

— Qué es? — volvió a preguntar, esta vez caminando hacia mí.

— Dije que nada — grité tirando el libro sobre la cama.

Lo tomó y lo miró por ambas partes, luego mostró una sonrisa ladeada y soltó el objeto sobre la cama.

— No me equivoqué — susurró y logré escuchar.

— Qué dijiste? — pregunté arqueando una ceja.

Este me ignoró y se marchó, luego regresó.

— Ah! Mañana te llevaré a tu sesión de rehabilitación — comentó y se fue.

Molesta me levanté y caminé cojeando hasta el baño, escuché a la señora Cho entrar en la habitación y seguido una carcajada sutil.

— Tiene los mismos gustos que la señorita Shin — la oí susurrar.

Me asomé en la puerta del baño y la vi con el libro erótico en las manos, sonrió y se marchó dejando unas sábanas en la cama.

O.P.V

Al día siguiente, después del desayuno bajé junto a Lilith al estacionamiento y subimos al auto. Nos pusimos en marcha, esta vez el secretario Kim no está, él se encarga de la compañía mientras yo me ausento, Lilith va en el asiento del copiloto y yo conduzco.

— Quién es Shin? — preguntó.

Su pregunta me tomó por sorpresa.

No respondí.

— Cho dijo que tenía los mismos gustos que la señorita Shin — comentó.

— La señora Cho no pudo decirte eso — expresé mientras conducía.

— En realidad… no me lo dijo, estaba en el baño y la oí hablar consigo misma mientras miraba uno de los libros que tenía en la mesita auxiliar — informó.

— Era mi hermana — contesté cortante.

— Era? Eso quiere dec…

— Si! — interrumpí — era una pervertida, amaba los libros eróticos, cada vez que leía uno, actuaba como el personaje principal, solo le gustaba leer, obtenía emociones fuerte cuando lo hacía — sonreí melancólicamente.

Me miró con tristeza y no habló más en el resto del viaje, llegamos a la sala de fisioterapia y comenzamos con la rehabilitación. El terapeuta, un joven apuesto y de aspecto agradable, para ella, le hacía alguno ejercicios en la pierna como calentamiento para caminar sin muletas. Todo el tiempo me la pasé observando cada uno de sus movimientos.

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Conduciendo de regreso a casa, me mareé como de costumbre cunado tomo el volante, aparqué en un lado de la carretera bruscamente y me recosté al asiento con los ojos cerrados.

— Estás bien? — preguntó la chica.

— Solo necesito tomar algo de aire — respondí y salí del auto, afuera tomé asiento en una banca bajo un árbol

O.P.V

Empezaba a preocuparme por él, no sé nada de su vida, solo que su hermana murió, y que la única persona que parecía preocuparse por el ya no está , terminaron no sé porqué razón. Bajé del auto y caminé despacio hacia él, me senté a su lado y le coloque una mano encima.

— Seguro que estás bien? — pregunté mientras lo veía cabizbajo y sus codos apoyados en sus rodillas.

Asintió con la cabeza y sin levantar la mirada.

— Yo puedo conducir si quieres — sugerí.

— No te preocupes, yo lo hago — respondió poniéndose de pie.

— Todavía no te he dado las gracias — lo seguí y con la misma me miró — me has salvado dos veces, primero del taxista pervertido, después en el hospital me ayudaste, sin contar que he invadido tu casa y tu vida sin previo aviso — comenté apenada.

— Y valla que deberías agradecerle eh! — escuché una voz chillona — Nunca nadie ha sido tan especial para el, solo su hermana — volteé a ver.

— Yina? — pregunté asombrada.

— Te gusta? — dirigió la pregunta a su ex novio.

Este se volteó y me miró fijamente a los ojos, mientras ella nos miraba, no se que pasa en mi que desearía escucharlo decir que si, que si le gusto, pero estoy loca? Eso no sucederá, hace apenas quince días que lo conozco.

— Qué dices? — repliqué — hace solo dos semanas que me conoce — fruncí el ceño.

— En dos semana te ha dado más atención que a mí y a  su hermana en diez años — sonrió con hipocresía.

Dirigí la mirada hacia él y aún seguía mirándome fijamente.

— Qu… qué miras? — gruñí.

— Y que si me gustase? — preguntó incrédulo cambiando la mirada hacia Yina — Te pondrías celosa? — su expresión era neutra.

Me tomó del brazo y nos dirigimos al auto. Una vez dentro el ambiente era incómodo, hasta que habló.

— No le hagas caso — ordenó y puso el auto en marcha.

No respondí y miré por la ventanilla a los autos pasar a nuestro lado.

"Se que te gusta Vicenzo, yo sé cómo hacer para que tú le gustes a él, es muy difícil que le guste una niña como tú, pero haciendo un buen trabajo lo lograrás"

Vibró mi móvil y vi un mensaje de algún número desconocido, me reí con ironía al ver su contenido.

— Por cierto, hace un tiempo no celebro año nuevo… crees que debamos ir a cenar? — preguntó.

Me asombró su propuesta pero no dude en responder.

— Es necesario? — pregunté.

— Los trabajadores de la compañía siempre han querido celebrar año nuevo conmigo, aún no se rinden, volvieron a proponerme celebrar, esta vez con una cena, si aceptas ir, podrán hacer la cena, si no, les diré que no van a celebrar — informó mientras conducía en una curva.

— Ah? Me estás amenazando? — enarque una ceja.

— No! Sólo te estoy diciendo lo que va a pasar, todo depende de la decisión que tomes — respondió.

— Tengo que pensarlo — contesté.

— Informa a la junta directiva que aceptaré su propuesta de ir cenar con ellos — comentó a alguien por teléfono.

— Yo no dije que si! — gruñí.

— Yo no dije que no — sonrió.

— Siempre haces lo que te da la gana? — pregunté molesta.

Me ignoró y continuó la trayectoria.

O.P.V

Solía ser más apegado a mis empleados, pero después de lo que hizo el secretario del padre Yina, perdí la confianza en ellos.

Aparqué el auto frente al centro comercial y compre un vestido. Pagué mi pedido y fui al auto, abrí la puerta y tomé el volante.

— Es esta noche — le di una bolsa — usa este vestido, mis empleados son tan exigentes como su jefe — me miró incrédula.

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En la noche esperaba por Lilith en lobby del hotel, después de su rehabilitación, camina mucho mejor, aunque con cuidado. La vi acercarse a mi con el vestido que le regalé, se veía hermosa, no parece una niña, aunque lo es, el vestido rojo, por las rodillas, y ajustado al cuerpo, unos zapatos de pulla alta, el cabello suelto con ondas, y un bolsito de mano.

Parecía un ángel.

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Mi Sr Vicenso CassanoWhere stories live. Discover now