Cap 3

155 10 0
                                    

O.P.V

"Esta mañana una joven al parecer de origen americano, fue atropellada por un auto en las cercanías del río Han, fue trasladada al hospital más cercano con severas lesiones, aún no se ha encontrado información acerca de su estancia o algún familiar en la ciudad..."

Vi las imágenes de ella en el canal de noticias, y no me cabe en la cabeza su capacidad para meterse en problemas.

Tomé mi saco y salí de la oficina directo a buscar el hospital más cercano al río Han, no se por qué hago esto, después de dos hospitales fallidos encontré el indicado.

- Si, por favor haga el traslado de habitación lo más rápido posible - ordené a la recepcionista del hospital.

Me dirigí a la sala de recuperación donde estaba Lilith y en camino me encontré...

- Yina? Por qué estás aquí? - pregunté al ver a mi novia en uno de los pasillos.

- Join fue el conductor que atropelló a esa niña y está en recuperación - respondió - Tú cómo sabías que Join estaba aquí? - preguntó.

- No! Yo... vine por Lilith, ni siquiera sabía que era Join el conductor que casi la mata - comenté.

- Que? - se mostró molesta - Join está hospitalizado por su culpa, ella se metió en su camino, y por tal de no hacerle daño se estrelló contra el poste. Te parece eso poco? Y... además... por qué vienes a verla? ni siquiera la conoces bien - gruñó.

- Yina, basta con tus ataques y suposiciones. Es una niña inocente, no tiene a nadie en este país, es como yo cuando vine a Corea por primera vez. Así que basta, y tienes que estar conforme con esto, porque por nadie daré vuelta atrás - repliqué molesto y me marché.

Que estoy haciendo? Eso pareció como si estuviera apunto de terminar con ella. Se que después de esto me ignorará por semanas, y no se si me perdone, pero esta inocente niña...

Al entrar a la habitación estaban trasladando a Lilith para la sala privada que ordené, la enfermera que estaba ahí me pidió ayuda, así que la tomé en mis brazos y la acosté en la camilla. Una vez que la llevaron a su respectiva sala me senté frente a la cama y me distraje mirándola mientras le colocaban el oxígeno.

Esta chica me recuerda a mi, cuando llegué a Corea tenía 15 años, huía de mi padre así que vine en busca de mi madre, cuando llegué aquí recibí la noticia de que sufría de cáncer en el corazón, sin tratamiento no duraría un mes, no tenía dinero para pagar su atención médica, y papá, a pesar de ser un hombre millonario, amaba más a su riqueza que a su familia, así que empecé a trabajar como asistente del papá de Yina para pagar los estudios de mi hermana Shin y la salud de mamá, ese hombre me encaminó por un futuro que solo él podría darme, me ayudó a pagar el tratamiento de mamá y la matrícula de Shin. Mi querida madre, sufrió tanto. Sin ayuda del señor Chang nunca habría llegado a ser quien soy ahora, por eso, es que no le negaré mi ayuda a esta pobre niña.

En la noche Yina llegó hasta mi que no me había movido ni un segundo del frente de esa cama.

- Necesitas comer, ve, yo me quedaré con ella esta noche - me abrazó por atrás.

Se apoyó sobre mi espalda la cual estaba a su alcance ya que estaba sentado. Me dió un beso en el cabello y sonrió. Todavía no creo que sea ella, se supone que debería estar enojada y molesta conmigo.

- No! Me quedaré aquí - respondí.

- Sabía que dirías eso - sonrió y puso delante de mi - por eso te traje la cena - mostró una bolsa de plástico con el logo de mi restaurante favorito.

- Gracias - lo tomé y deposité un casto beso en su mejilla - necesito ir a pagar la factura médica, quedate un momento aquí - me puse de pie y salí de la habitación.

O.P.V

El salió y yo me quedé ahí mirando a esa detestables niña.

- Me haces recordar cuanto trabajo pasé para tener la atención de Vicenzo, y verlo tan interesado en ti, interés que nunca mostró por nadie, eso me enoja - una lágrima recorrió mis mejillas - me da miedo perderlo. Aveces me siento presa, él es tan perfecto, si cometo un error puede que me deje y todo mi esfuerzo se valla al diablo. Tu no me vas a quitar todo lo que hasta hoy he logrado alcanzar - le di un sorbo a mis mocos.

Con ojos llorosos me acerqué al oxígeno y dudosa lo desconecté, de inmediato aquel electrocardiograma empezó a sonar y Vicenzo llegó corriendo.

- Yina! Qué crees que haces? - gritó - enfermera, enfermera - llamó desesperado.

- Es una broma - reí

- Una broma? - me tomó bruscamente del brazo - está inconsciente Yina, cómo diablos crees que se va a reír de ti porque la quieres matar? - gritó.

Llegó la enfermera y conectó el oxígeno rápidamente mirando con su ceño fruncido toda la escena.

- Me lastimas suéltame - repliqué tratando de romper su agarre.

- Cuando te volviste tan despiadada y fría? No te conozco - comentó enojado.

- Basta cariño no es para tanto - me acerqué a él y traté de acariciar sus mejillas.

- Lo siento! Pero ya no se quien eres! Creí que te conocía, pero esto me demostró que solo me estabas mostrando otra de tus personalidades falsas - comentó apartando mis manos de él.

- No no no espera...

- Yina! Siempre estaré agradecido con tu padre, pero tengo que agradecerle a él no a ti, por fin ya no tengo que estar atado a ti por sentirme culpable de su muerte - me miró fríamente a los ojos.

- Qué? Fue culpa y no amor? - pregunté desconcertada, pregunta que fue contestada por su silencio.

Me marché con el corazón hecho pedazos, el hombre que me gustó y con el único que me acosté desde que era una adolescente solo sentía culpa y no amor, me estuvo engañando todo este tiempo. Y resulta que no soy diferente a mi padre, esta vez me vengaré Vicenzo Cassano, y si vamos al caso, nunca me la desquité por ser el culpable de la muerte de papá, al contrario, le di amor y le hice creer que nada fue su culpa, solo porque me quedaba él en ausencia de mi padre, pero ahora ya no tengo a ninguno de los dos. Me vengaré de él por irse de mi vida y engañarme, y me vengaré de ella por llevárselo.

- Tengo un trabajo para tí - enarque una ceja y mordí mi labio inferior mientras una lágrima recorría por mi rostro.

:::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::

Mi Sr Vicenso CassanoWhere stories live. Discover now