— Estás loco? — preguntó suavemente.
Se dirigió hacia Jim y lo bajo de la encimera.
— Nunca lo pongas ahí otra vez, se puede hacer daño — exigió.
— Estoy bien gracias! Y tú? — comenté y me atravesó con la mirada.
— Vine a buscar a Jim! Quieres dar un paseo conmigo? — preguntó al niño y este asintió con una sonrisa.
— Y es a él a quien le pides permiso? — pregunté irritado
— Papá, ella será mi madre hasta que valla con la señora Cho. Lo olvidaste? Ella puede darme permiso también — comentó.
Puse los ojos como platos. Mocoso sabes mucho.
— Eso es pequeño Jim — comentó y chocó puños con el niño — Claro que seré tu madre — me atravesó con la mirada.
— Eso quiere decir que…
Intenté hablar.
— No quiere decir nada — me interrumpió.
Tomó a Jim de la mano y se lo llevó.
— Papá, cuando regrese comeremos nuestra comida, tú, mamá, y yo — gritó.
Como puede cambiar así tan rápido? Ya remplazó a la señora Cho, y de su padre nunca supe nada, pero sea quien sea ya lo sustituyó también.
— Vale — alcé la mano y me despedí.
Continúe cocinando.
O.P.V
Llegamos al parque y bajé del taxi, seguido me dirigí a coger en brazos a Jim.
— A dónde quieres ir primero? — pregunté y este no respondió — Jim? Estás bien? — lo removí.
— Señorita usted me quiere? — preguntó con pucheros.
— Claro que te quiero tontín — sonreí y desordené su cabello.
— Entonces le puedo decir mamá? — preguntó.
Que corazón tan frío! A caso ya olvidó a su madre?
— Por su puesto cariño — respondí sonriendo.
— Me llevas a tomar helado, la señora Cho siempre me llevaba — apuntó hacia una cafetería en frente.
— Claro mi tesorito — achiné los ojos detrás de mí sonrisa.
Nos dirigimos a la cafetería y pedimos dulces y helados.
— Te gusta? — pregunté al verlo degustar su delicioso postre.
— Sí — gritó de entusiasmo alzando ambas manos y en su derecha la cuchara.
Continuó tomando su helado de chocolate hasta que si querer lo vertió sobre su abrigo y empezó a llorar.
— Oh oh cariño, ten cuidado — me sobresalté y me paré para ir hacia su asiento
— Lo siento mamá! No fue mi intención — susurró llorando.
— Ya... ya está bien… no pasa nada mi niño — traté de consolarlo — mira… te quitamos tu abrigo y te ponemos el de mamá — quité su abrigo y acto seguido lo cubrí con mi chaqueta — Listo — di palmaditas en sus hombros — ves? Te queda bien — sonreí — pedimos más helados? — pregunté.
— No! Tengo miedo de verterlo otra vez — respondió con pucheros.
— Eres madre soltera? — preguntó el joven camarero que se acercaba a limpiar el desastre.
VOCÊ ESTÁ LENDO
Mi Sr Vicenso Cassano
RomanceLilith Bianchi es una joven que apenas cumple sus 18 años decide viajar para realizar sus sueños, con el apoyo de sus padres viaja a Corea del Sur donde se esforzará al máximo por alcanzar su carrera de robótica y trabajar en la compañía Robot for N...