XXV: You were looking at me

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El último mensaje había sido enviado por Kunikida, no había respuesta del menor.

―No creo que venga.

―Esperemos cinco minutos más ―sugirió el moreno, pero por el rostro disconforme de sus amigos, supo que su idea no fue bien recibida.

―Dazai, llevamos esperándote media hora, si Atsushi no llegó durante ese tiempo, ya no lo hará ―dijo Yosano, soltando un largo suspiro―. ¿Y qué demonios te tomó tanto tiempo?

―Déjalo, se estaba poniendo bonito para Chuuya ―se burló Ranpo.

―¡Oye! ¡Es demasiado pronto para que me expongas!

―Woah, Ed, ¿crees que tengo fiebre? Siento que estoy delirando. ―Le dijo a su novio, y antes de que este pudiera responder, regresó su mirada a Dazai y volvió a burlarse―. ¡Dazai está siendo sincero por primera vez en su vida!

Se esperaba la risa de Yosano, no así la de Kunikida. Casi se sintió ofendido. Casi, pero Ranpo tenía razón.

Estaba siendo sincero por primera vez en mucho tiempo, y realmente no estaba ocultando lo que sentía por Chuuya otra vez. Era más fácil si simplemente lo decía, si dejaba que el pelirrojo lo viera y decidiera por su propia cuenta si podían tener una segunda oportunidad o no. Pero Chuuya aún no lo notaba, o tal vez se negaba a aceptar que fuese real, así que Dazai no tenía más opción que seguir demostrando que era sincero.

Era un trabajo arduo y agotador, y aún no descubría qué idioma necesitaba hablar para que Chuuya creyera en él, pero seguiría intentando de todas las formas posibles hasta que una diera resultado. La primera era esas pequeñas aves tatuadas en su piel que agregó a último minuto, pero si el pelirrojo entendía o no el significado de las hojas o de las aves, no importaba.

Le gustaba ver ese dibujo en su piel y quería apreciar la reacción de Chuuya cuando viese el resultado de esas tres sesiones de tatuaje.

―Si ya dejaron de burlarse ―dijo, hablando por encima de las risas de Yosano―, ¿podemos movernos de una vez?

―¿No querías esperar a Atsushi cinco minutos más? ―cuestionó Kunikida.

―Mientras se reían de , pasaron los cinco minutos. Ya no llegará.

―Tal vez no se sentía bien, su alergia siempre se vuelve terrible llegando la primavera. ―Les recordó Yosano y fue la primera en comenzar a subir los escalones de la estación—. Luego le enviamos un video en primera plana de Akutagawa para que se sienta mejor.

Lastimosamente, Akutagawa era la razón por la cual Atsushi no estaba ahí, pensó Dazai, siguiendo los pasos del resto del grupo.

Subieron los escalones de la estación y se dirigieron al andén entre una multitud de personas que volvían a sus hogares o bien se transportaban a otros sectores de Kyoto como ellos. El lugar al cual se dirigían no estaba a más de dos o tres estaciones de distancia. Bien podrían caminar, y fue una de sus primeras opciones si es que Ranpo no se hubiese quejado. Era demasiado esfuerzo, reclamó. Ir a pie hasta el local les tomaba quince minutos, en cambio, en tren el viaje se reducía a más o menos seis minutos. Y cuando pensó en que esa diferencia de tiempo le daba la posibilidad de ver a Chuuya antes de que tuviera que subirse al escenario, Dazai apoyó la pereza de su amigo y acabaron por tomar el tren de todas formas.

Kunikida soltó un quejido y mencionó que era una pérdida de dinero tomar el tren cuando estaban tan cerca del local, pero no pudo hacer más que seguirlos y regañar a Dazai y Ranpo cuando corrieron hacía el andén.

Iba a ser una larga noche, se lamentó el rubio, y entrando al vagón antes de que las puertas se cerraran, volvió a mirar su teléfono y la sala de chat que estuvo revisando toda la tarde. Aún no había respuesta de Atsushi

Leave the kiss for later [SKK]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora