Capítulo 63 - Polinesia Francesa

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Rafaella.

Al día siguiente ya estamos abordado el avión del Kuznetsov para volar desde Moscú hasta la Polinesia Francesa, según lo que tenemos previsto aterrizaremos en el Aeropuerto Internacional de Fa'a'ā y luego iremos hacía el hotel Intercontinental Tahití, que es nuestra primera parada.

Cuando llegamos al Aeropuerto nos recoge en una minivan negra con un cartel que dice: "Bienvenidos señores Kuznetsov Riccardi", nos encaminamos al hotel donde nos reciben con música y con unos collares de flores hermosos al estilo hawaiano.

Acomodamos nuestras cosas en la cabaña que tenemos sobre el mar y durante el resto del día nos la pasamos metidos en la playa, tomando el sol y flotando en tablas de surf, viendo el atardecer y como es remplazado por la luna que alumbra de manera increíble.

El lugar es maravilloso, todo está rodeado de palmeras enormes, montañas con bastante vegetación y la arena del mar es blanca con agua casi cristalina. Todos los bungalós están conectados por el mismo camino que va hacia la salida.

Durante la noche vamos a cenar algo ligero y regresamos a sentarnos en la hamaca que tenemos en nuestra pequeña terraza que tiene salida al mar.

Estoy envuelta en sus brazos mientras el finge estar dormido.

-Deberíamos quedarnos a vivir aquí.-le digo pero no obtengo respuesta.- ¿Te gusta la idea?-ni un movimiento delatador.-Podría comprar un espacio en la isla y hacer nuestro propio hotel.

Intento bajarme de la hamaca cuando me harto de hablarle.

-Te escuche.-me detiene para volver a envolverme en sus brazos.

-¡¿Y porque no me contestas?!-trato de separarme.-Eres un idiota.

Vuelve a unir nuestros cuerpos.

-Comprare la parte de la isla que quieras.

-Ya no quiero nada.-chillo rabiosa.

Se me sube encima dejando mi cuerpo abajo. Su peso es abrumador pero lo aguanto.

-Vamos, Preciosa, no te pongas así.

-Sigue haciéndote el dormido para no escucharme.-se me empaña la visión por las lágrimas que se me acumulan.

No sé porque diablos estoy tan sensible últimamente. El amor me tiene estúpida.

-Te estaba escuchando.-acuna mi mejilla.

-Mentira.-no sé lo que me pasa cuando me pongo a llorar.-Nunca me oyes, ni siquiera me quieres.

-Deja el show.-escondo mi rostro de su vista.-Sabes que te he escuchado y sabes que te amo.

-Claro, sigue mintiéndome.

-Vamos, Malen'kiy, ¿Qué carajos te pasa?-me pregunta.

Si tan solo lo supiera.

-¡No sé qué me pasa!-trato de mover su enorme cuerpo.

Esconde su rostro en mi cuello y deja besos en él.

-Deja el show y bésame.-me pide.

-Bésame tu.-acaricio su espalda.-Tu eres el que estaba fingiendo dormir.

Me mira con una sonrisa tirando de la comisura de sus labios.

Junta nuestras bocas reclamando un beso que me consume hasta los sentimientos y nubla mis emociones porque ahora ya no estoy llorando.

-Te comprare la isla.-dice entre besos.-Vendremos de vez en cuando.

-Vendremos cada mes.

-¿Acaso no trabajas?-cuestiona

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