Capítulo 42

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Rafaella.

Estoy sentada frente a mi laptop revisando un informe que me han enviado y también una propuesta de compra de parte del gobierno.

Es una verdadera sorpresa que la casa este en silencio porque últimamente parecía un caos.

Thiago se ha quedado dormido en el mueve y tiene a su hijo durmiendo plácidamente sobre una cuna movible que ha comprado para hacerse las cosas más fáciles. La vida de pendejo se le ha terminado, ahora es un padre dedicado a su hijo. Las ojeras se le han empezado a notar y últimamente aprovecha cualquier lugar para dormir.

Ha pedido licencia en el gobierno y aunque mi padre se niega a soltarlo ha accedido y para mi dejo de trabajar sin querer porque las cosas fueron tomando un rumbo diferente.

Ha tomado la decisión de hacerse cargo del negocio familiar al que se negaba dirigir y está ejerciendo dentro del bufete de abogados de su familia.

-Deja de mirarme.-habla con los ojos cerrados.-Ya sé que mi belleza es cautivadora pero no abuses de la vista.-sonríe.

-Imbécil.-digo tirándole una bola de papel.

Su sonrisa es reemplazada por una cara triste.

-Nunca pensé que ser padre fuese tan agotador, amore.-se queja.-Necesito fiesta alcohol y mujeres.

Que idiota es.

-Cerdo.-hago una mueca de asco y se parte de la risa.

-Necesito relevo.

-A qué hora vienen tus "Empleados".-así ha nombrado a Franco y Renzo.

-Creo que hoy no vendrán.-mira el reloj de oro que le brilla en la muñeca.

-Termino y te ayudo.

Es un verdadero milagro que no vengan porque aquí cada uno tiene su carácter y cuando chocan son muy destructivos.

Insoportables.

El pelinegro es el más letal con los dardos que lanza, pero aun así no ha dejado de preocuparse por el hijo del castaño, lo revisa todos los días para ver si su salud sigue estable y sé que mi mejor amigo en el fondo aprecia eso.

-Pediré desayuno.-me dice cogiendo su teléfono.-Café con leche, chocolate y croissants.

-A todo si, pero que el café no traiga leche.

Asiente llevándose el telefonea la oreja, hablando con la persona que ha recepcionado su llamada.

Le envió un e-mail a Verónica indicándole detalladamente el cargamento que será entregado a la fuerza naval del gobierno y cuánto dinero debe ver reflejado en las cuentas de la empresa.

Máximo baja solo con un short de deporte y sin camiseta, mostrando su despampanante musculatura.

Me muerdo el labio para bajar un poco la calentura que se acaba de encender en mi cuerpo, su torso parece tallado por los dioses y su maldito abdomen te invita a pasar tu lengua por él y el bulto en sus pantalones ni que decir.

No puedo dejar de mirar.

Se lo aprieta con la mano y levanto mi rostro para mirarlo a la cara, me giña el ojo mientras una sonrisa chula tira de la comisura de sus labios.

Me hago la estúpida rodando los ojos y regreso a mirar a Thiago que se acerca a poner el dedo debajo de las fosas nasales de su hijo para ver si está respirando.

El pelinegro se acerca relajado.

-Voy a entrenar.-deja un beso sobre mis labios.-Cuando quieras te invito.-me provoca frotando su polla contra mi muslo.

IMPERIODonde viven las historias. Descúbrelo ahora