Capítulo 50 - Parte 2

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Rafaella.

Estoy nadando en la piscina que tiene vista al mar. Muevo mis piernas y brazos con agilidad en el agua. En otra vida siempre he pensado que fui una sirena.

Llego hasta el otro extremo y vuelvo a empezar.

Estos han sido unos días que han tenido su lado bueno, volver a estar todos juntos como una verdadera familia, es como regresar en el tiempo. Mamá se emocionó hasta las lágrimas cuando vio a Franco aquí con nosotros. Fue una verdadera sorpresa.

Es verdad que ella nos ama y que le afecto mucho cuando nos separamos y mi papá decidió desterrar a su hijo, no le importo nada, lo saco del país y le impidió la entrada a Italia, por eso él no había pisado el país por más de ocho años.

Tenía conocimiento de que mamá acudía a Ámsterdam de vez en cuando para ver cómo estaba y si tenía alguna necesidad, que claramente no tenía porque es un hombre muy inteligente y ha sabido hacer dinero solo, pero creo que su intención siempre fue que no se sintiera solo, que tuviese claro que aún había alguien de la familia que estaba a su lado.

Salgo a la superficie a tomar aire.

Estar aquí me ha servido para aclarar por completo los pensamientos que me estaban abrumando y he encontrado la luz al final del camino.

Siempre he respetado que él tenga muy claro que no quiere tener hijos, pero él no le ha mostrado nada de respeto a lo que yo quiero y que además ha insinuado cosas de mí que no son cierta y me quiere pintar como la desnaturalizada o la mala de la película.

La rabia en mi pecho crece desmedidamente cuando pienso en él y recuerdo sus palabras tan venenosas.

¡Grandísimo hijo de puta! ¿Que se ha creído? O mejor dicho ¿Quién ha creído que soy yo?

No sabe de lo que soy capaz pero ya me va a conocer.

Mis padres están sentados en las butacas que están al lado de la piscina.

Mi hermano y Thiago están jugando al Ping-Pong y gritan a cada nada, tienen sus momentos de rabia exacerbada, se mandan a la mierda, hasta que se les pasa y siguen jugando. Ese siempre ha sido su pasatiempo favorito, incluso llegaron a jugarlo profesionalmente. Tantos años de práctica tenía que resultar en algo.

-Rafaella.-escucho mi nombre y emerjo de las aguas sacando la cabeza.

-¿Qué pasa?-le pregunto a Ro y empiezo a caminar hacia las gradas para salir por completo de la piscina.

-Te buscan.-señala a la puerta principal de la casa que desde nuestra posición está en el segundo piso.

Lo miro extrañada y todos se ponen alerta pero Rodrigo los tranquiliza con haciendo una señal con la mano.

Se me cruza por la mente que es Francesco, le dije que estamos en Grecia y le pedí que viniese, si podía.

Me envuelvo en una toalla y espero un ratito para dejar de chorrear agua por todos lados.

Camino con su enorme cuerpo delante.

-¡Dale, Ro, dime quien es!-a este hombre le gusta el drama.

-Es una verdadera sorpresa.-sonrió como pendeja.- ¿Puedes o te ayudo?-mis pies están mojados por lo que subo la escalera con cuidado para no caer.

Le tiendo la mano para que me sujete.

-Dime quien es.-hablo con voz dramática.-¿Es Francesco?-se encoge de hombros sin responder.

Sigo subiendo las escaleras.

Llegamos arriba y se me cae la mandíbula cuando veo al hombre que espera fuera.

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