CAPÍTULO 48

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Tarigh sintió envidia de como su hermano sostenía sobre sus muslos a su compañera, aunque esta tuviese cara de pocos amigos por tener que usar de nuevo esos vestidos de color blanco. Lucía también estaba allí. No supo cómo, pero ella lo presintió, alzó su cabeza que se encontraba sumergida en un montón de papeles de notas, sentada al lado de la pareja. Se acerco a ellos sin dejar de mirar a los ojos de la mujer que ponía en sus labios una triste sonrisa.

--Siento lo ocurrido allá abajo--dijo Lucía nada más llegar a la mesa en torno a la cual estaban.

--No esperaba que Frédderick tomase esa decisión tan drástica. Debíamos haberle sacado inmediatamente después de que hablase con los milicianos de Beta 2. Pero insistió en ver con sus propios ojos su destrucción. Si alguien te hiciese daño, y.o... yo hubiese pensado exactamente igual, no hubiese descansado hasta ver al último de ellos desaparecido de la faz del mundo.

--La pena es Galia, su hermana. Se ha quedado demasiado sola, aunque Soreigh cree que se repondrá del trauma, pero este mazazo...

--Apenas me he fijado en ella--dijo Deigh--, pero da la impresión de ser una mujer curtida y fuerte.

--Hasta la más dura roca puede quebrarse...--se lamentó Lucía--. No la dejaremos sola en este trance, no nos importa su pasado, sino su futuro. Esa será la máxima que todo el pueblo del Arca Alfa 1 seguirá con ella. Nada de mostrarle lástima, eso no sería productivo. Intentar que se integre en las actividades que usualmente llevamos a cabo, desde cuidar a los animales hasta aprender el idioma escrito del que será nuestro nuevo hogar. Por cierto, no es el galimatías que pensé la primera vez que lo vi. Se parece a nuestro idioma en muchas facetas, aunque hay diferencias como simbología que representa ideas o conceptos y...

La alarma del comunicador del comandante dejó a todos en silencio. Tarigh comprobó que era su teniente médico, Soreigh. Accionó el volumen del aparato que llevaba adherido a la manga de su camiseta de manga larga color negra.

--¿Algún problema teniente Soreigh?--inquirió Tarigh.

--Estoy en la zona medicalizada de la nave <<Pueblo Rrrante». Galia ha intentado quitarse la vida.



Nada más terminar de comprobar si las agujas espaciales habían sufrido algún daño, ese cabello rojo inconfundible brillaba como un faro en el borde del área que no debían traspasar los civiles.

Dejó anotado algunos mínimos arreglos a algún mecánico que pasaba por allí para que revisase sus fallos, se encaminó hasta ella. Nada más traspasar la línea azul, ella se enganchó en su cuello de un salto, él la sostuvo con deleite. Parecía que poco a poco ese cuerpecito pequeño y perfecto alcanzaba un peso más normal para su edad.

--Habéis tardado demasiado--dijo ella llenando su rostro de besos.

Algo azorado, Maddekj sin bajarla de sus brazos la sacó de la vista de los pocos hombres que seguían en el hangar de llegada y les miraban asombrados.

--Tienes que intentar ser un poco menos efusiva, Danielle--dijo el guerrero, no parecía molesto, solo algo avergonzado. Su imagen de tipo duro no resistiría más golpes como ese.

--¿No te gusta que te abrace y te bese después de casi un día de estar separados?-- dijo su compañera con un hilo de voz.

La boquita roja hizo un triste mohín, sus ojos se llenaron de lágrimas. La apretó más contra sí, pero escogió pasillos menos transitados para llevarla entre sus brazos.

--No, mi adorable mujercita , adoro todo lo que haces, pero hay muchos hombres sin pareja que... en fin, sufren de no tener una belleza como tú como compañera de vida--era una débil excusa, pero ella era una chiquilla inocente en ciertas lides.

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