Que nadie me descubra

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Más tarde me sentía aún más segura sobre cantar frente a todos.

Y no sabía por qué. La fiesta no era de disfraces pero me decidí por un vestido que llevaba tiempo deseando usar.

De un rosado pálido era ajustado en la cintura y con tres capas escalonadas, tenía unos tirantes bajos y solo mostraba una parte del pecho. Tardé en reconocerme con el antifaz puesto, simulaba unas alas de mariposa. Estaba emocionada.

Entré por detrás al escenario. Le pedí al DJ que colocara la pista de la canción y me posicioné frente a todos. Respiré hondo. Pensé en Nate y comencé a cantar I wish you were mine.

Lo disfruté mucho más que los covers que hacía para Instagram. Era la primera vez que decidía enfrentarme a las personas frente a frente. Estaba nerviosa y feliz a la vez por mi logro.

Hendery me observaba sorprendido al igual que los demás. Por primera vez en la vida me percibía importante, me estaba haciendo notar. Ya no era solo Estephany la mejor porrista. Yo también podía ser cantante y escritora si me lo proponía.

Al terminar el lugar entero estalló en un aplauso y me dirigí hacia mi habitación esperando que nadie descubriera quién era en verdad. No me di cuenta de que en realidad alguien sí que me estaba observando...

Me senté frente a la laptop y escribí en mi blog todo lo que había sentido. Luego comencé a mirar las fotos que Nate estaba posteando. Una de ellas en particular me dejó sin habla.

Era yo sobre el escenario.

Ni siquiera me había dado cuenta del momento en el que me había tomado la foto. Pero lo más sorprendente era lo que había al pie: Ojalá si supiera quién eres en verdad.

¿Qué estaba haciendo para llamar tanto su atención? Primero la carta y ahora esto. De un día para otro mi vida se estaba trastornado.

Pegué la cabeza a la almohada llena de pensamientos hasta que por fin me quedé dormida.

Hendery que me acercó a la mañana siguiente.

—¿Has visto? Nate te está buscando. No sabe que fuiste tú anoche.
—¿Cómo lo sabes tú?

Decidí cambiar mi estrategia de evasivas. Si Hendery sabía tanto sobre mí al menos estaba dispuesta a descubrir cómo lo conseguía.

—Los deseos tienen un precio Alice. Se cumplirán, pero también traerán consecuencias.

Era la segunda vez que me decía lo mismo y me estaba cansando de sus explicaciones incompletas.

—No sé a qué te refieres.
—Existe una frase muy común en tu vocabulario. Si tan solo... Ojalá si... Si pudiera....

Cada vez que enunciaba alguna me asustaba más. Definitivamente era yo.

—¿Quieres decir que tengo poderes?

Las historias de fantasía se me estaban subiendo a la cabeza.

—No exactamente. Por ahora digamos que yo puedo cumplir tus deseos.
—¿No son solo tres?
—Tienes permitido elegir solamente un objetivo y todos los deseos que quieras para cumplirlo. Fuera de eso los deseos no se cumplirán.
—¿En qué momento he elegido mi objetivo?
—Desde que viste a Nate por primera vez deseaste que se fijara en ti. Ese fue tu objetivo y alrededor de ese objetivo serán los deseos que se cumplan.

¿Qué seguridad tenía de que Hendery decía la verdad? Sinceramente ninguna. Sumándole que sentía miedo no supe que responderle.

—Supongamos que te creo.

Formulé después de un rato reflexionando.

—¿Puedo llegar a ser novia de Nate?
—Si resistes, pues claro que sí.
—¿Resistir a qué?
—A las consecuencias.

Si mencionaba esa palabra una vez más volaría por los aires.

—¿Qué consecuencias?
—Pronto lo descubrirás Alice.

Perfecto accidenteKde žijí příběhy. Začni objevovat