capítulo veintitrés

Comenzar desde el principio
                                    

—Oye, que yo no soy una cosa —se quejó su mejor amigo.

—Por cierto, Collei —la llamó su hermano. Ella se giró para verlo—. ¿Por la tarde vamos a seguir por aquí?

—Sí —afirmó.

—Vale, entonces vente conmigo. Me gustaría hablar un rato —una enorme sonrisa adornó el rostro de Collei. No había cosa en el mundo que amase más que pasar tiempo junto a su hermano.

—Encantada.

—¿Cómo has estado últimamente? —preguntó Collei, consciente de la posible carencia de respuesta que le esperaba.

Su hermano era una persona extremadamente reservada. Todos sus problemas se los guardaba para él mismo, manteniendo a todas las personas que lo querían lo menos informadas posible.

Tal vez todo esto era por pura vergüenza. A pesar de no haber tenido una infancia especialmente mala, sí es cierto que todos sus amigos habían contribuido a su silencio, rebajando todos sus problemas y clasificándolos como "no importantes". Como "todos tenían problemas peores que los suyos", no tenían tiempo para escucharlo.

Aunque todo esto no eran más que excusas baratas para hacerlo sentir menos. Para situarse en lo más alto y ser el centro de atención, dejándolo a él en el olvido.

—Algo cansado. Pero ya no me siento tan solo como antes, al menos —el asunto con su exnovio debía ser dejado en el olvido. No podía preocupar a su hermana, mucho menos ahora.

—Me alegra escuchar eso —Collei dejó escapar un suspiro—. Tenía miedo. Como eres tan cerrado, no puedo saber cuándo estás atravesando otra mala racha.

—No te preocupes por eso. Si llego a una situación muy estresante, pediré ayuda. No pienso dejar que me vuelva a pasar lo de la última vez —su hermana tomó su mano y le acarició el dorso con su dedo pulgar. Al final, aquella experiencia tan horrible que había sufrido había servido para algo.

—Y no te equivoques al elegir a quién pedir ayuda —Tighnari mostró una sonrisa dócil.

—Dependiendo de la gravedad, avisaré a unas personas u otras. No te preocupes, sé lo que debo hacer.

—Está bien. Por cierto, ¿quieres un helado?

—Qué va, hoy he comido mucho. Aunque, ¿tú quieres? —Collei asintió con su cabeza, lentamente—. Entonces, vamos. No te quedes con las ganas solo porque yo no quiera.

Se encontraban en pleno verano, pero el ambiente no era sofocante. El clima era agradable, y toda la tensión y todo el estrés se habían hecho a un lado para dar paso a una efímera paz que podría traer consigo muchos cambios positivos.

Y mientras dos hermanos aprovechaban entre carcajadas y dulces sonrisas todo el tiempo que habían perdido a lo largo del año, una antigua pareja intentaba terminar de enlazar los lazos que su relación fallida había roto. Puede que las cosas jamás pudieran volver a ser como eran antes, pero al menos serían capaces de forjar una nueva amistad, dejando atrás aquellos recuerdos pasados que tan amargos resultaban en algunas ocasiones.

—¡Y ella es tan linda! Cada vez que la tengo cerca siento que me va a estallar el corazón. Hasta me tiemblan las piernas... Pero debo disimular.

—Ella estudia derecho, ¿cierto? —la pelirroja asintió—. ¿De qué la conoces, entonces?

El verde de mi primavera ♡ CynonariDonde viven las historias. Descúbrelo ahora