Capítulo 23: Dolores del Corazón.

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La verdad era que no esperaba ese tipo de noticia, por mi interior me inundaba una gran ira e impotencia, pero no podía hacer nada, tal vez Leví y Fredy no querían tocar más el tema, pero yo tampoco quise opinar al respecto, solo deje que el recreo corriera normal y me centre en mis asuntos, las tardes a casa eran más solas, ya que ahora solo me acompañaba Leví, tenía entendido que ahora Eliot llevaba a Susan en una moto que le había comprado su padre.

- ¿Tú por qué no tienes una moto como tu primo?

- ¿Acaso quieres que te lleve en ella a tu casa? – Leví estaba tratando de ser sarcástico. – Lo consideraría si fueras una linda chica.

- Tal vez cuando la tengas me dejarás de hablar. - Dije desanimado, creo que Leví ya entendía a donde quería llegar y probablemente que me sentía deshecho.

- No digas tonterías, mi primo y yo somos dos mundos distintos, para que quisiese una moto si puedo caminar perfectamente, eso solo sería un gasto innecesario para mis padres con tal de llamar la atención. - Así era Leví, no estimaba a nadie más que a sus padres.

- Si tu primo fuera como tu tal vez seríamos amigos. - Miré mis nudillos y recordé la sensación de como lo golpeé el día de la fiesta.

- Tal vez, tal vez solo así le hablaría bien, pero olvídalo Susan es solo una chica, tiene derecho a ser feliz con quien quiera, está bien te duele porque tienes quien sabe cuántos años queriéndola, pero nunca tuviste el valor de decirle, así que en parte la culpa es tuya porque nunca te arriesgaste por la oportunidad.

Estaba un poco molesto por las palabras de Leví, aunque eran ciertas y lo sabía, una parte de mí no lo quería aceptar, si tuve o no oportunidades nunca lo sobre porque jamás precisé arriesgarme con determinación a decirle los sentimientos que provocaba en mí y ahora que sentía como mi corazón se desmoronaba mientras me hacía ideas de que compartía su tiempo, sus besos y amor con Eliot. Realmente los sentimientos estaban comenzando a provocar nauseas en mí y una desmotivación que me hizo suspirar inconscientemente.

-No es para tanto Jake, mira si te sirve de algo yo fui testigo del profundo amor que profesaste por ella, presencié tus sacrificios y acciones por ella, la verdad no sé cómo te sientas ni siquiera cuando la olvidarás o lograrás continuar, pero viejo eres joven, de seguro más de alguna chica suspira por ti y ahora que no ven a Susan en medio del camino puede que sueñen con que algún día llegarás, las tomaras de la mano, les preguntaras su nombre y tal vez puedan salir a conocerse. - Leví me miraba para ver si lograba mejorar mi aspecto que de seguro no disimulaba nada mis sentimientos. - Jake eres mi mejor amigo y quiero que recuerdes que si decides amargarte y dejar que la vida pase, eso hará, pasará y tal vez se vaya por ahí una mujer que realmente te amaba y con la que pudiste haber tenido el mejor romance juvenil, con el que soñabas de niño y esperabas encontrar en Susan. - Sin duda Leví se estaba esforzando por hacerme sentir bien y lo apreciaba bastante.

-Lo se Leví, créeme que te escucho y entiendo lo que me dices, pero creo que debo asimilar lo que está pasando calma, después de ver un sueño echado a perder no te sientes precisamente de maravilla, me siento como un estúpido, ahora que me doy cuenta tengo más de cinco años esperando que no se algún día Susan se hubiera fijado en mí y en estos recorridos nos hubiéramos besado o en algún otro escenario. - Bufe. - Pero la verdad es que esas cosas no pasan y creo que he esperado demasiado a que la vida sea demasiado buena conmigo. - Sonreí de impotencia queriendo no hacerlo.

-Bueno yo te sugiero que sigas concentrado en tus gustos y date la oportunidad de abrirte a nuevas chicas. - Suspiró y lo que dijo después corto más profundo aun que lo ya mencionado. - Amigo si Susan realmente te amará o te viera como algo más, te lo juro y te lo digo porque me importas, ella estuviera aquí con nosotros, te hubiera defendido de Eliot y lo hubiera mandado a no sé dónde. - Eso me hizo reír.

-Ahora te contienes al decir maldiciones que considerado de tu parte. Sabes, quiero conocer a mi abuelo.

-Creo que no está demás de escuchar su historia, si a pesar de cómo me vez aun puedo perdonar a Susan porque no lo haría con mi abuelo.

-Amigo realmente la amas, yo se qui si ella llegará ahora a decirte que la cago no le guardarías ningún resentimiento. -Movió la cabeza en desaprobación. -Tú forma de ser te lo impediría y eso es más de lo que ella se merece, eres mucho para ella. Te ha roto el corazón quien sabe cuántas veces con sus novios patanes, porque eso es lo que son, quien sabe cómo le hace para elegir siempre el mismo tipo y sin embargo siempre has estado ahí. -Sin duda sus palabras traían a mi mente demasiados recuerdos y la mezcla de emociones ahora era demasiada, realmente ya no sabía que o como quería reaccionar mi cuerpo, pero Leví pulso su palma en mi hombro. -Déjala ir amigo, ya has sufrido demasiado y cargas ya bastante con tu pasado, esta vez ella debe pelear su propia batalla solo que sin ti a tu lado.

-Pero... -Me interrumpió antes de poder continuar mi objeción.

-Si siempre estás ahí para ella nunca te logrará apreciar realmente y sabrá que si la caga no esta tan mal porque ahí estarás tu para justificarla. - Se puso serio y entonces siguió con la sentencia. -Me alegra oír que quieres conocer a tu abuelo eso es un gran paso, pero yo me niego si no logras arrancar de tu vida a Susan. -Tal vez esta vez realmente me vía terrible y Leví había preparado calculadamente que decir, una parte de mi comenzaba a querer negarse, pero otra sabía que era la correcto.

Solté un profundo suspiro y sostuve mi rostro con mis manos, luego las pase por mi cabello y me quede mirando al cielo, Leví observaba con franqueza esperando una respuesta. Conociéndolo bien sabía que nada haría que se retractará sobre su decisión.

-De acuerdo. -Lo miré y el también, se dio cuenta que lo decía sinceramente. - Solo he estado perdiendo el tiempo en esto y es mejor que avance, será doloroso, pero se que puedo supéralo. 

-Viejo algo mejor llegará. - Sonrió. -A veces no sabemos cuando, pero tengamos fe. -Hablare con Albert para contactar a tu abuelo, descansa.

Leví se alejo mientras yo sentía un dolor en mi pecho e impotencia, ahora me encontraba entre la espada y la pared, por un lado dudaba en dejar de esperar a la chica que amaba y por otro dejarla ir por la palabra a mi mejor amigo.

Mi Alma Por EllaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora