Capítulo 21: Transacciones

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"Ouran High School Host Club es propiedad de Hatori Bisco"

Katherine entró a su departamento desolada, observando el destrozo en la habitación producto de su ultimo enfrentamiento con Jack; la pelirroja no había tenido el valor de limpiar aquello, tenia muchas cosas en mente, la primera y la más importante era el hecho de que Kyouya había decidido escogerla a ella como su futura prometida, y ella terminó rechazando al japones por miedo.

Después Haruhi le había pedido cuidar al muchacho, como si aquel "demonio de sangre fría" fuera un ser frágil que necesitara protección, la castaña le había dado justo en su orgullo, ella pudiendo hacerlo feliz, ser la alegría del japones, había decidido dárselo a ella, como si fuera lo mejor, ser la segunda opción.

La mala, la que quería quedarse con el dinero de su novio, de sus hoteles y hacerse valer frente a su familia.

Era una broma del destino que su plan original hubiera sido trastocado de aquella forma, cuando el objetivo era no ser la esposa de Tamaky y solo quedarse con su dinero, ahora era el ser el premio de consolación de su mejor amigo.

Sin duda la vida se estaba riendo de ella en su cara, cansada, miró su reflejo en el espejo pensando que su belleza física no era rival para la sinceridad aplastante de aquella jovencita, deseó con su corazón el poder alejarse a tiempo del fuego que estaba arrasando con ella, el incendio que era Kyouya Ootori.

A miles de kilómetros, en la ciudad de Chicago, Jack estaba furioso, aun le dolía las heridas y el orgullo manchados por ese japones engreído, se dejó caer en la silla de su oficina, fastidiado, observando sus miles de correos electrónicos, hasta que uno de ellos llamó su atención.

El remitente compartía el mismo apellido que su dolor de cabeza reciente, abrió el correo de manera apresurada, y tiró una sonora carcajada, al parecer el asiático también tenia enemigos en su familia.

Habían pasado días, Tamaky se sentía derrotado, no había podido convencer a su abuela, y tampoco salvar de forma adecuada su empresa, sus amigos habían llamado constantemente, pero él se sentía un idiota, por primera vez no podía encontrar la solución, su orgullo estaba jugándole en contra y sentía que lo había perdido todo.

Entrando en su oficina encontró a su mejor amigo, sentado en su escritorio, con una mirada arrogante, digna de ser el "rey entre las sombras".

— Eres un idiota — escuchó la voz decirlo con firmeza, asegurando lo que él se venía formulando desde hace días, y esto lo llenó de furia, iba a tirar el primer golpe al que fue su mejor amigo, pero este lo evadió dejándolo caer de forma cómica.

— Kyouya, ¿Cómo pasaste? — gritó furioso el rubio, poniéndose de pie, y tomándolo de las solapas de la camisa.

— Tu seguridad me dejó pasar, ¡Por dios! Somos amigos y ahora niegas verme, a mí y al resto del club, ¿Qué pasó con esas palabras de amistad que pregonabas? — le dijo azotando su celular en el escritorio, demostrando las llamadas perdidas.

— ¡Hablas de amistad!, estabas enamorado de mi linda Haruhi — dijo haciendo más fuerte el agarre de la camisa, el japones le dio una sonrisa taimada, y empezó a reír.

— Eso es lo que te tiene furioso, ¡por dios Tamaky!, ¡renunciamos a ella!, todos, y mira como la tratas, dejándola sola, desprotegida — contestó empujándolo lejos de su agarre — todos están preocupados por ustedes, y a ti no te importa ¡Imbécil!

Tamaky lo miró indignado, ambos jadeaban, la seguridad intentó entrar, pero Tamaky ordenó que ellos se retiraran.

— Ve y busca a tu novia, ella no está bien, Haruhi no merece todo esto — le dijo Kyouya — y tu... eres más que el dinero de los Suoh, ¿Qué acaso se te olvidaron tus enseñanzas?, de cuando gritabas que yo era más que ser el tercer hijo.

El rubio lanzó un resoplido y empezó a llorar de forma dramática, Kyouya le dio un abrazo.

— ¡Perdóname!, es que esto... es terrible..., pensé que, si me alejaba de ella, podía hacer todo más fácil.

— Yo no debo perdonarte, ¡imbécil!, ella está esperándote, pero se irá si no vas con ella, Haruhi no es tonta, necesita saber la verdad y que estes con ella, tengo un plan para sacar todo a delante.

El rubio se separó de él, y se limpió la nariz de forma sonora, el de lentes ignoró ese asqueroso detalle.

— ¡Madre, siempre vienes a mi rescate! — gritó eufórico, el japones alejando al idiota de su amigo quien quería abrazarlo de nuevo, ambos se sentaron un momento, pidiendo a la servidumbre bebidas.

Después de ese reencuentro, Kyouya explicó detalladamente su plan, de como poder darle gloria al emporio de su amigo, el rubio estaba anonadado, después de todo, el menor de los Ootori siempre fue un as para los negocios.

— Debo pedirte un favor, quiero que el crédito de esta jugada maestra se lo des a Katherine Pritzker— comentó sereno, Tamaky casi se cae de la silla, donde estaba sentando al escucharlo decir eso.

— ¡Qué! A la jovencita que te puso ebrio el día de mi cumpleaños — comentó sorprendido, zarandeándolo en el proceso— pero ¿te volviste loco?, es verdad, ¿si estás saliendo con ella?

Tamaky estaba en crisis, de la sorpresa pasó a la felicidad, Kyouya quería sentarlo de golpe en su lugar, pero el japones tenia que pagar las consecuencias de haber hablado.

— ¡Desde cuándo la amas! — gritó el rubio mientras agitaba al japones, intentando saber que pasaba por la mente del moreno.

— ¡Estas equivocado!, ¡no la amo!... solo que ella es el partido más viable para ser mi esposa — explicó el japones, quien dejó de ser movido como monigote por el rubio quien lo miraba ahora enojado.

— ¡No!, ¡eso no va contigo!, ¡eres un hombre de méritos!, si, pero nunca me pedirías darle crédito a alguien si no fuera importante, ¡Dios, Kyouya! Amas a esa jovencita, estoy tan aliviado, no solo por que con eso dejarás en paz a mi hermosa Haruhi. Si no porque al fin sabrás lo que es el verano del amor en tu gélido corazón.

— ¡No seas imbécil! — se quejó el japones, sobándose el puente de la nariz al escucharlo hablar de sus ridiculeces — ella es exasperante, no sigue nada de lo que le digo, quiere ser lo contrario a mis ideas, no puede hacerme caso, pero es dueña de un importante emporio en Estados Unidos.

Tamaky vio como el japones esquivaba su mirada, su amigo necesitaba un empujoncito, pero él uniría a esos dos, o dejaba de ser un Suoh.

El japones intentaba aclarar su mente, cuando un mensaje lo sacó de su zona de confort por completo.

—¡No!, ¡no!, ¡esto no está bien! — se quejó poniéndose de pie.

Tamaky vio que el remitente, era Fuyumi, la hermana mayor del host, él la conocía, la jovencita en ese entonces era la adoración del japones, ahora entendía el miedo del chico, ella sabía de Katherine y quería conocerla.

— ¿Qué tiene de malo? — preguntó el rubio.

— Ella, sabrá que mi matrimonio es una farsa, si sabe que me caso sin amor, impedirá mi boda, y eso arruinará mi herencia — explicó, su hermana era muy sobreprotectora, no quería que viviera lo que tuvo que pasar su hermano mayor, un matrimonio sin amor.

Kyouya estaba en serios problemas, debía de solucionar tres cosas:

Convencer a Katherine que lo ayudará con Fuyumi, salvar la empresa de Suoh, casarse antes de que más problemas sucedieran.

Estaba totalmente frito.

N.A. Gracias por su paciencia, cambien un poco la estructura de mi historia, personajes que omití para poder darle un cierre más rápido, y sobre todo coherencia que es algo que no tenia en la primera parte.

Buscando una esposaWhere stories live. Discover now