Rider [Doyoung]

Začať od začiatku
                                    

Entendió porqué lo había hecho cuando sus oídos reconocieron la voz de la cantante, con la sonrisa maldadosa que la caracteriza empezó a cantarle ese estribillo que se sabía de memoria.

Now you wanna be a bad boy, papa

El pelinegro sonrió evitando apartar la mirada de los labios de ella, siguiendo cada una de las palabras.

You ain't a man, you're just a handsome knock-off

La mano de ella tomó su mandíbula  demandante encendiendo el fuego que había querido disimular con la mirada de superioridad que siempre lo acompañaba.

Alejó de nuevo su mano llevando ambos brazos al aire, bailando de nuevo al compás de la canción. Doyoung estrechó el agarre, juntando sus cuerpo y apoyando sus manos justo al final de su espalda baja.

Sus rostros tan cerca que el aliento de ambos se mezclaba y los diez centímetros de altura que él le llevaba dejaban de importar en ese momento. Tan cerca, Doyoung quería cerrar esa brecha, ser él el cazador, pero esta historia no se trataba de él llevándose a casa a la mujer más sensual del recinto; eso lo entendió hace tres años cuando se conocieron por primera vez.

A los 23 años Doyoung estaba finalizando su carrera como abogado, un hombre de corazón de hielo que hacía temblar hasta el más veterano de sus docentes con solo una mirada. Sus ojos oscuros se clavaban habilidosamente en cualquiera haciéndolos sentir vulnerables, desnudos,dejándolos en evidencia.

Su presencia, su cuerpo trabajado y lo perfecto de su rostro hacia que fuera el hombre más perseguido de su facultad, aunque poco le importaba a él quien luego de saciar sus necesidades sexuales se olvidaba de su compañera porque no tenía tiempo que perder en una relación sin sentido.

Sus ex novias no podían superarlo aunque lo odiaran por ser un hombre frío e imponente, capaz de devorarte si así lo quisiera. Ese era el Doyoung que todos creían conocer hasta que en una noche de fiesta, el cazador fue cazado por una mujer de caderas pronunciadas y muslos grandes; una verdadera leona.

Esa madrugada luego del mejor sexo de su vida, Doyoung había comprendido que él solo era un conejito en la piel de un león. ¿Y ahora cómo hacía para enamorarla?
Los primeros meses pensó que sería imposible, estaba seguro que el karma lo castigaría por todas las mujeres que lastimó en su pasado. Por suerte, esa mujer parecía no importarle la reputación que lo respaldaba.

- ¿Ibas a escapar, Doie? - separó sus rostros para ver la expresión de niña mimada que seguro estaba haciendo.

- Me habías olvidado, cariño - hizo un puchero que fue respondido con una sonrisa burlona de ella.

- Es porque eres un aburrido que no le gusta bailar - los dos sonrieron de manera cómplice, transmitiendose toda esa magia, lo que no necesita ser nombrado.

Doyoung sabía que no iba a soportar mucho sin probar de los labios rosados que ahora eran mordidos por su dueña que seguía disfrutando de la canción a pesar de que el cuerpo de su pareja ya no pudiera seguirle el ritmo. Pudo escuchar el barullo de sus amigos que la alentaban, los alababan; estaba seguro que mañana tendría un video de ambos en su celular con algún comentario estúpido de Taeyong 'Lo que hace el amor'.

Ridículo como solo sus amigos pueden serlo.

- ¿Quieres irte ya? - el cansancio en sus pies se hace presente haciendo que quiera gritar que sí, pero se contiene cuando los labios de ella se acercan a su oído - O me quieres acompañar al baño.

Doyoung había sido cazado de nuevo, un tierno conejito blanco que se había acercado demasiado al territorio de una leona preparada para devorarlo. Sumiso y dócil fue arrastrado hasta los baños, sin importarle los comentarios obscenos que lanzaban sus amigos, como si ya no estuvieran acostumbrados.

No importaba lo estrecho del lugar o lo peligroso de ser encontrados en esas condiciones, él estaba dispuesto a superar la vergüenza con tal de seguir sintiendo los labios de ella recorrer la piel de su cuello. Besos calientes que solo elevaban más su temperatura, ella disfrutaba de cada pedazo de piel pasando su lengua, tortuosa maldadosa.

- Deja de jugar conmigo - su voz salió ronca y demandante.

- Quieres ser el cazador esta vez, Doie - su mano sujetó con fuerza el bulto en sus pantalones haciéndolo gemir - Dominarme, atarme, volverme loca, devorarme. ¿Eso quieres, cariño?

Sus manos desabotonaron el pantalón de él, sacando un facilidad su miembro duro, caliente, dispuesto a llenarla por completo si ella así lo quería. Doyoung había dejado de respirar, estaba seguro, solo podía concentrarse en lo bien que se sentía ser bombeado por las manos de ella mientras sus bocas se besaban con desespero.

- No me has respondido, amor - jadeante se separó de su boca, volviendo a causar un guñido en él - ¿Qué es lo que quieres?

- Hazme venir - tan jodidamente blando cuando se trataba de ella y sus malditos ojos oscuros.

No necesitó decirlo dos veces para que ella ya estuviera agachada con su pene completamente adentro de su cavidad bucal. ¡Mierda! Cómo podía ser tan buena con esa jodida lengua, no lo soportaría mucho.

Con su mano derecha sujetó el cabello de ella dándole apoyo para luego empezar a follarle la boca de forma salvaje. Siendo controlado por sus instintos que pedían la liberación de su orgasmo, se podía escuchar el obsceno sonido que producía la boca de ella siendo llenada por su pene, los gruñidos de satisfacción y finalmente la esperada cima que fue recibida sin ninguna queja.

Los espasmos recorrieron su espalda, la vista nublada y su cabeza que estallaba en luces estridentes sin sentido. Sintió su miembro ser liberado del calor que tanto disfrutaba y bajo la cabeza para ver como ella le dedicaba una hermosa sonrisa mientras se limpiaba la comisura de sus labios.

Con la respiración agitada tomo el rostro de ella, esta vez con dulzura, y con sus pulgares limpió los rastros de lágrimas en sus mejillas. Ayudándola a parar acercó su rostro besando sus labios, probando la suavidad de estos, lo bien que se complementaban juntos, lo mucho que los necesitaba siempre.

- Vamos a casa, amor - sus manos le ayudaron a acomodar sus ropas de nuevo sin despegar sus frentes - Hoy quiero que me lo hagas tan fuerte que no pueda salir de cama mañana.

No necesitó de más para volverse a poner duro, haciendo que ella lanzará una risa burlona sin compasión. Le dio un casto beso para tomar su mano y sacarlos de nuevo a a pista de baile.

Doyoung seguía siendo un hombre con una presencia inquebrantable, que ahora hacia llorar a cualquiera que tuviera la mala suerte de ir en contra de alguno de sus clientes. Su sola mirada ponía a temblar a todas las mujeres de su compañía y nadie se atrevía a negarle nada; excepto ella.

Después de 3 años de enamorarse perdidamente, Doyoung descubrió que era un maldito romántico, cliché, entregado y devoto a ella. No importaba lo mucho que aparentaba, una vez que sus ojos se conectaban a los de ella todas sus armaduras se caían y él se convertía en el dulce Doie dispuesto a cumplir cada uno de los caprichos de ella.

Incluso si tenía que bailar una y otra vez esa canción que ella tanto amada, escabullirse a los baños a hacerlo y luego pasar todo su sábado acurrucado a su lado cuidándola. Doyoung la amaba y estaba dispuesto a todo por ella.

Need somebody to love on me, baby

NCT  [One shots]Where stories live. Discover now