Venganza (Yuta)

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La música de ritmo pegajoso que hacía mover tus caderas a un ritmo lento y sensual, las luces de colores que resaltaban tus curvas y el calor que hacía brotar pequeñas gotas de sudor que se resbalaban por el escote del vestido estaban volviendo loco al chico de mullet  que te seguía con la mirada desde que entraste. 

No te habías ido ni un segundo de la pista de baile, incluso si tus amigas te dejaban sola, bailar era lo que más te gustaba de salir de fiesta y sin duda no ibas a desaprovechar esa noche. Una de tus amigas se acercó a ti con otra copa de vodka que tomaste completa pero antes de seguir con tu baile ella te jalo hasta el baño donde el ruido era menos y podían hablar mejor.

- El chico del balcón no deja de mirarte, incluso ha enviado tragos a nuestra mesa

- No le he prestado atención

- Ya sé, t/n, por eso te estoy diciendo. Nunca te das cuenta cuando un hombre te coquetea

- Bueno, es porque siempre quieren acostarse conmigo y no estoy interesada 

- No dirás lo mismo cuando lo veas

Sin responderle saliste del baño dirigiéndote a la mesa donde tus otras amigas, cuando estabas llegando viste que estaban hablando con un chico alto de ojos en forma de avellana, con el cabello recogido en una media cola y de labios gruesos. Te sentiste atraída por él pero todo en él gritaba fuckboy y si algo tenías claro era que no volverías a caer por esa clase de hombres, o bueno al menos sin jugar un poco con ellos antes. 

Pudiste sentir su profunda mirada en ti mientras te acercabas, pasaste por su lado sin siquiera saludarlo y tomaste una de las bebidas de la mesa para volver a la pista de baile. El chico te seguía con la mirada sin perder ni un detalle de tus movimientos, ninguna mujer se había resistido a hablarle como lo había hecho tú eso hizo que se interesara más y se acercara a ti con cautela. 

Mientras movías tus caderas al ritmo de la música unas manos tocaron tu cintura haciendo que una energía recorriera tu columna vertebral, te alejaste del toque para mirar al dueño de frente encontrándote con el chico de antes mirándote con una sonrisita coqueta. 

- Acaso no te enseñaron a ver pero no tocar - te acercaste a su oído para que pudiera escucharte. El chico aprovechó la oportunidad para tomarte con fuerza de la cintura y acercarte a su cuerpo, bueno si este chico quiere jugar tú aprovecharías al máximo.

Sin aflojar el agarre que tenía en ti giraste tu cuerpo para pegar tus nalgas con su cadera, empezaste a dar movimientos circulares al ritmo de la música mientras él trataba de seguirte el ritmo.

El ritmo que estaban llevando era embriagante, te sentías mojada y podías sentir la erección del chico presionando en tu espalda baja. El chico ya estaba mordiendo el anzuelo así que decidiste que era hora de jugar aún más, volteaste tu cabeza y un poco tu cuerpo para juntas sus labios. La posición era algo incomoda pero sus labios se movían rápido y con hambre de más.

Rompiste el beso separando todo tu cuerpo de él, lo tomaste de la mano y lo arrastraste directo a la mesa donde estaban tus amigas. Lo soltaste para susurrarle algo al oído a tu mejor amiga mientras ella te entregaba unas llaves.

- ¿Quieres jugar, gatito? - dijiste cerca de su oído - Acompáñame

Lo que más les gustaba de ir a ese club es que podían alquilar una habitación en el hotel de al lado, lo hacían como una competencia, entre todas tus amigas alquilaban una y la primera que lograra conquistar a alguien se quedaba con la pieza.

Sentías al chico impaciente que no dejaba de tocarte la cintura mientras subían a la habitación, al llegar se lanzó directo a tus labios devorándolos por completo. Sus manos bajan el cierre de tu vestido dejándote rápidamente en lencería.

- Dime tu nombre, nena

- Tú primero

- Yuta

- Bueno, Yuta, hoy va a ser una larga noche así que todavía no necesitas saber mi nombre

Mientras pronunciabas esas palabras te pusiste de rodillas y desabrochaste su pantalón. Liberaste su erección y en seguida la metiste en tu boca, era demasiado grande para tu boca así que con tus manos masajeaste lo que quedaba y sus pelotas.

Succionabas con fuerza mientras él te agarraba del cabello pegándote más a su pene, te quedabas casi sin respiración sintiéndote ahogada pero eso solo lo hacía más excitante ¿cuánto más podías aguantar?, siempre te había gustado la asfixia erótica pero estabas pensando en ser mala, tu plan era volver loco a Yuta. Por ahí dicen que justos pagan por pecadores y a ese pobre chico que ni siquiera conocías pagaría por todos los que te hicieron sufrir.

Sentías que el de cabello castaño se iba a venir pronto por lo que sacaste su miembro de tu boca recibiendo un gruñido como respuesta, pasaste tu dedo gordo por tus labios limpiando el presemen y empujaste al chico tumbándolo en la cama, te acercaste gateando esperando a que el chico se pusiera un condón, corriste tu tanga para dejar que la punta de Yuta rozara con tu entrada. El chico tomó con fuerza tus caderas y te hizo entrar con rudeza haciéndote soltar un grito de placer y dolor. 

- Impaciente gatito, ya te había dicho que ver pero no tocar 

- Me estas matando, nena, déjame correr 

- Vamos a ver cuanto puedes aguantar, Yuta

Moviste tus caderas con fuerza de arriba a abajo apretando cada que te autopenetrabas. Yuta te sostenía con fuerza de la cintura mientras dejaba escapar gruñidos por el placer, la sensación te daba mucho placer y sentir que eras las causante del placer de ese desconocido te tenía en las nubes pero no podías ceder tan facilmente así que mordiste tus labios para evitar gemir muy fuerte. Seguiste montándolo por unos minutos hasta que el chico se corrió y saliste de él para que pudiera quitarse el preservativo, te limpiaste mientras tomabas tus cosas y te vestías. 

- ¿Por qué tanto afán, preciosa?

- Bueno, gatito, tengo otras cosas por hacer - dijiste acercándote al chico que aún estaba acostado en la cama medio desnudo

- ¿Vas a darme tu nombre o al menos tu número? - el chico puso su mano en tu cadera atrayéndote para darte un beso suave en los labios.

- Bueno, que tal si pruebas suerte el próximo fin de semana - Le diste un apasionado beso tomando de nuevo su pene que ya volvía a reaccionar y sobándolo delicadamente. Rompiste el beso y te fuiste de la habitación mandándole un beso de lejos antes de salir.

- ¡Ah eres una maldita bruja! - pudiste escuchar su grito de lejos y sonreíste sabiendo que el chico sin dura volvería el próximo sábado.



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Bueno, gordas, recuerden usar condón cuando se vayan a acostar con un desconocido, No queremos ninguna ETS en tu cuerpecito. 

Sexo seguro, bebés.

NCT  [One shots]Where stories live. Discover now