Capítulo 20

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—¡Atención, chicos! —dice Boggs. Automáticamente alzamos la vista, ansiosos de lo que dirá—. Necesitamos dos tiradores en la primera línea ¿quien es voluntario?

Nuestras manos son las primeras en alzarse y mientras Boggs nos pasa de largo aún la sigo sosteniendo en lo alto, no puede ser que otra vez no nos tomen en cuenta.

—Muy bien, Mitchel y Homes, conmigo —dice.

Dejamos caer la mano con un suspiro de fastidio.

—Es su culpa por ser tan guapos... —dice Katniss, yo sonrío pero a Gale no le ha hecho ni una pizca de gracia.

El escuadrón 401 está a punto de morir de aburrimiento. Después del viaje de seis días que hicimos, no hemos podido participar en nada, Plutchard nos ha tomado el pelo si piensa que ser útil es solo romper vidrios de colores.

He perdido la cuenta de las veces que hemos intentado ayudar. A pesar de eso, debe ser un alivio para la familia de Gale y Katniss saber que no están en el combate real, pero a mi solo me frustra mis planes. Para poder irme y llegar a la mansión de Snow no solo necesito el mapa del Capitolio que nos han dado, sino que necesito el Holo.

Gracias al original que Plutchard trajo, se han hecho muchos copias más, asignadas a cada escuadrón en busca de vainas, pero para no revelar la información la mayoría de las veces le disparamos a todos lados y solo a una vaina, eso hace que avancemos taaan lento. Si quiero irme y al menos pasar de una cuadra vivo, necesito ese Holo.

No le he comentado nada de mis planes a Katniss, puede que ella también quiera irse, pero Gale está en medio, no estoy muy seguro de que acepte que vayamos juntos. Ella iría conmigo, lo sé, pero si Gale se entera que estoy incluido en el plan, preferiría correr hacia los agentes de la paz.

Abrimos nuestros paquetes de comida, que está disecada, nada de comida caliente o fresca.

—Llevas muchas provisiones —le digo a Katniss, puedo ver los paquetes llenos en su mochila.

—Tú también llevas muchas —dice ella, señalando. Me encojo de hombros.

—Nunca se sabe, ademas, yo siempre estoy hambriento —digo. Me da una leve sonrisa pero todos volteamos al escuchar como un camión militar viene hacia nosotros.

Tomamos nuestras armas, podrían ser agentes de la Paz, pero Jackson, quien es la segunda al mando, nos confirma que es parte de los rebeldes. Salimos hasta encontrarnos con ellos, pero cuando los guardias salen para abrir las puertas de atrás, lo vemos.

Katniss se asusta y apunta una flecha hacia él, sin titubear. Pero Peeta camina hacia nosotros, hace un gran esfuerzo por controlarse, aprieta sus manos con el ceño fruncido.

—Everdeen —dice Boggs—. Baja tu arma.

Peeta contrae su rostro y se esfuerza por seguir caminando hacia nosotros.

—¿Qué diablos hace aquí? —dice Gale.

—Debo hablar con la presidenta —Boggs le quita el radio a Jackson—. Espósalo.

—No cambiará nada —dice Peeta con un poco de soberbia—. La misma presidenta dio la orden de que viniera.

Cuando Boggs regresa por primera vez lo vemos enojado, está furioso, no lo puede ocultar. Se va con Katniss caminando, supongo que debe decirle que no se puede hacer nada. Peeta se queda.

Fortuito • Finnick Odair Unde poveștirile trăiesc. Descoperă acum