Capítulo 19

567 43 19
                                    

Decepcionado, así es como me siento cuando me entero que mi escuadrón es de mentira, solo está hecho para las cámaras. Somos el "Escuadrón Estrella"

—Ninguno de nosotros queremos serlo —digo— Queremos luchar.

¿Qué caso tiene que nos manden al Capitolio si no es para matar a Snow? ¿No quieren que ayudemos a los demás a acabar con esta guerra de una vez? Todo el equipo murmura en aprobación.

—De acuerdo —dice Plutchard—. No se trata de que finjan todo el tiempo, estarán en la batalla, pero no en la primera línea. Monten un buen espectáculo, chicos.

De nuevo el grupo murmura, pero con fastidio y aceptación. Después Plutchard continúa su exposición, nos habla sobre el avance que se hará por las calles del Capitolio, pero hay un problema. Las vainas, dispositivos creados con el fin de proteger la ciudad. Entonces nos enseña el Holo.

La mesa de comando se ilumina con múltiples luces, cada una de ellas están esparcidas por cada centímetro de calle. Todas representan una trampa que nos llevará a la muerte, puede salir lo que sea, desde dardos venenosos hasta mutos.

Katniss está de pie frente al holograma, su mano se posa en una luz verde que parpadea ante su contacto. Yo me acerco detrás de ella, con la tensión en mi cuerpo, porque creo que ambos lo sabemos, los Juegos no han terminado, vamos a otra arena

—Damas y caballeros... —susurro.

—Que empiecen los Septuagésimos Sextos Juegos del Hambre —termina ella, solo yo la puedo escuchar al estar tan cerca.

Plutchard está concentrado explicando, incluso muestra un poco de orgullo al decir que él también diseñó vainas. Mis manos se aprietan contra mi pantalón, en un intento de controlar todas las emociones que siento, porque quisiera gritar, incluso llorar pero no debe impresionarme el hecho de que Snow desea que nuestra muerte sea terrible y aterradora.

Cuando la reunión termina, nos mandan fuera. Katniss y yo caminamos por el pasillo, uno cerca del otro. Como si la realidad de hacia donde iremos nos juntara.

—¿Qué le dirás a tu familia? —le pregunto porque no creo que les dé tranquilidad saber la verdad.

—Nada —responde—. Es suficiente que nosotros lo sepamos, no sirve de nada decírselo. Pero si llegan a ver ese holograma...

—No lo harán, es confidencial.

Ella asiente.
—¿Aún así irás, verdad?

Yo la miro, si hay algo que es más fuerte que las pesadillas y el miedo, son mis ganas de destruirlo, de hacerle pagar todo lo que me ha hecho, por mi, por mi familia.

—Por supuesto —respondo—. Iré a destruirlo.

—Está vez será distinto —dice— Snow también jugará.

Es reconfortante, en cierto modo, pero el se esconderá, no estará cerca de los mutos o las balas.
Haymitch aparece al final del pasillo, viene hacia nosotros.

—Johana está en el hospital —nos dice.

—¿Está herida?

—Tuvo una recaída. Inundaron la calle, a ella la torturaron con agua y electricidad. Entro en pánico, tuvieron que sedarla.

Haymitch nos dice que deberíamos ir a verla, somos lo más cercano a amigos que tiene. Tal vez, ella nunca me confío sus secretos, Johana siempre fue reservada, pero siempre existió esa complicidad entre los dos, nos hacíamos bromas, sobre todo para ocultar lo incómodos que nos sentíamos.

Fortuito • Finnick Odair Where stories live. Discover now