Capítulo 16

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Cuando abro los ojos la luz blanca me deslumbra. Tardo un poco en acostumbrarme y por instinto me levanto pero un gemido de dolor sale sin que lo pueda impedir.

—Buenos días, dulzura...

Volteo de inmediato pero una punzada me llega al cuello y hago una mueca. Ella se ríe. Esta conectada a mi morfina.

—¿Dónde estamos?

Ella se encoge de hombros.
—En el hospital —dice—. Creí que eras listo, hasta que te vi ir por ella, lo más estupido que pudiste hacer —lo último lo dice apretando los dientes.

Me miro y veo que de nuevo tengo mi bata. Estoy acostado con el cuello vendado y el brazo con agujas. Ahora lo recuerdo, le dispararon a Katniss y yo quise salvarla, tengo miedo pero pregunto:

—¿Cómo esta ella?

Johana hace una mueca burlona.
—Bien, es tan bueno que no esté despierta —dice—, los dos han sido generosos dándome su morfina...

—¿cómo estás tú?

—Ay, gracias por acordarte de mi precioso, pero deberías de preguntártelo a ti mismo —se acerca para acariciar mi cabeza pero termina dándome un zape.

—¡Ahg! Johana no...

—Eso es por idiota —dice—. Cuando te dije que te fueras no era para que buscaras morir.

Ella está demasiado molesta para dejarme hablar.
—Todo el país vio como fuiste por esa descerebrada —se toca la cabeza frustrada— ¡Agh! Si tan solo fuera todo esto una broma lo podría soportar, ¿en serio la escogiste a ella? ¡Tenias que salir de Annie no irte directo a otro problema!

—Lo siento, Jo... no pensé...

—¡Claro que no lo hiciste! Siempre tan noble, ¡pero por eso te llevas la peor parte!

—Supongo —digo y cierro los ojos, me siento muy débil— ¿que me pasó?

—Una bala te rozó el cuello, perdiste mucha sangre, unos centímetros más y no hubieras estado aquí —ella toma mi mano para conectarme de nuevo la morfina, unos segundos después comienzo a sentir alivio, las imagines de lo que ocurrió comienzan a llegar, como si fueran muy lejanos como un antiguo video sin sonido— Esa idiota, siempre tiene que ir en busca de problemas...

—No la odies. Es buena.

—¡Ja! El que digas eso me hace odiarla más.

Me rio pero el dolor llega, ladeó mi cabeza para poder recostarme mejor pero la cortina de la habitación se abre y Annie aparece, trae el traje del 13, me mira confundida al principio y después su rostro se ilumina, corre hacia mí con desesperación para tumbarse a mi lado y abrazarme.

—¡Ash! No seas gran brusca —Johana la mira feo, Annie no ha medido su fuerza.

—Te dije que te quería vivo —dice llorando.

—Estoy bien, Annie... —digo y acaricio su cabeza.

—Oh, no. La telenovela ha vuelto —dice Johana y pone los ojos en blanco— te dejo corazón. Annie, por favor, no seas tan empalagosa.

Ella no me hace caso porque sigue llorando abrazada a mi, me paso la siguiente hora tranquilizándola y cuando se despega de mi tiene los ojos rojos e hinchados.

—Creí que no te volvería a ver —dice.

—Solo tuve suerte... —digo— tuve suerte...

—No te vuelvas a ir...

Yo no puedo prometerle nada, lo único que hago es abrazarla. Cada momento de mi vida ha sido solo suerte, desde los juegos hasta ahora, lo único que he aprendido de esto, es que debe de acabar ya. Nadie más merece morir, si Snow cae todo esto terminará , y podré morir en paz. No quiero que nadie más sufra, no quiero que más personas pierdan a su familia.

Fortuito • Finnick Odair Where stories live. Discover now