Capítulo 3

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Narrador Omnisciente

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Narrador Omnisciente

Una semana había pasado desde que los semidioses llegaron a Forks, se encontraban relativamente tranquilos al no ser atacados por ningún ser del inframundo, al menos no todavía, pues no dudaban de que ya sea por su olor o por mandato de Hades, pero algún ser los atacaría, así que se encontraban preparados en todo momento.

Por suerte habían estado yendo constantemente a la playa "La push", algo que les daba mayor ventaja a los hijos de Poseidón. Y hoy no era la excepción, los tres semidioses se encontraban sentados en la arena mientras conversaban.

—Desde mañana comenzaremos a entrenar —declara la chica de ojos grises—, nos hemos tomado esta semana de descanso, pero ya es tiempo.

—Si por mi fuera, yo me quedaría aquí día y noche —habla Lena, quien está recostada sobre la arena y siente como el agua llega a sus pies cada vez que una ola viene, algo que sin duda disfruta mucho.

—Porque eres muy vaga, pero como dijo Annie, debemos de entrenar —Percy abrazó a su novia y le dio un corto beso, que pronto se convirtió en un largo beso.

Elena escuchó el sonido de la baba en el beso, hizo una mueca de asco y se levantó, dándose cuenta de que ellos estaban tan enfocados en lo suyo que no se percatarían de su ausencia por un largo tiempo.

Comenzó a caminar por la orilla del mar,  sintiendo el agua y la arena colarse entre sus dedos.

—Estar sola se vuelve molesto —comenzó a hablar consigo misma—, si Percy no fuera un hermano tan celoso, tal vez ahora tendría novio —siguió decidido, ahora de manera molesta—, al menos no soy una estupida virgen de 17 años y que es huérfana —ella normalmente proyectaba su tristeza en enojo—, ok, es suficiente, Lena —se dijo—, algún día encontrarás a alguien que te quiera, serás muy feliz y vivirás con él felices por siempre —ladeó un poco la cabeza—, o hasta que mueran, aunque lo más probable es que tú mueras primero a causa de algún ataque de esos horribles seres del inframundo —hizo una mueca y luego rodó los ojos—. Y estoy loca por hablar conmigo misma, ya ni siquiera sé qué estoy diciendo.

Una chica de cabello castaño con toques cobrizos se acercó a ella con un poco de timidez. Tocó su hombro haciendo que esta se sobresaltara e hiciera una maniobra, dejándola en el suelo.

—¡No sabes cuánto lo siento! —exclamó al ver la mirada aterrorizada de la chica. Esta sonrió un poco y antes de que pudiera decir algo, Elena fue prácticamente aventada por un chico alto y moreno con buena musculatura—. ¡Oye! ¡Idiota!

El chico gruñó y estaba por lanzarse sobre ella, pero la chica a su lado, que ya se encontraba de pie, lo detuvo, sujetándolo de la mano.

—Está bien, Jake, no fue nada —puso su mano en la mejilla del chico, este la miró durante unos segundos y después su vista se posó en la chica de ojos verdes mar.

Elena Swan «J.H, E.C»Where stories live. Discover now