¿Qué pasa cuándo todo el mundo quiere que te conviertas en alguien que no puedes ser?
La desesperación te consume, te aviva la ansiedad y te crea falsas expectativas.
Sin embargo, tienes que encontrar otro camino, uno que te permita ser quién eres...
Llegaron a casa bastante tarde. Estuvieron hablando de lo ocurrido más tiempo de lo previsto. Verónica se había lamentado mucho y, por otra parte, Emir también se sentía culpable por cómo la trató.
Una vez tumbada en su cama, Andrea marcó el teléfono de Enzo, el cuál seguía en Clock Street.
- ¿Qué ha pasado? ¿Estáis bien? - preguntó el rizado con urgencia
- Sí, estamos en casa - respondió algo somnolienta - ¿Tu tío no te ha dicho nada?
- Andrea no sé que está pasando, mi tío se ha marchado sin decir palabra y yo me estoy volviendo loco de los nervios
- Es una larga historia
- Cuéntamela
La morena tomó aire para intentar contar toda la historia sin dejarse ningún detalle. Podía notar la incomprensión en el rostro del rizado cuándo mencionó la frase "Mi madre se quedó embarazada de tu tío", pero continuó hablando, sabía que si se interrumpía así misma no sería capaz de volver a dónde se había quedado.
- Tu madre y mi tío - dijo Enzo cuándo ésta terminó de hablar
- Si... ¿No es...? ¿Excéntrico?
- Lo que es, es raro de cojones - Andrea rió
- ¿De verdad que él no te ha dicho nada?
- Mi tío estaba enfadado y alterado, cuándo os habéis marchado no ha tardado en agarrar su auto y largarse
- No sé cómo asimilar ésto...
- ¿El qué?
- Casi somos familia, Enzo - suspiró Andrea
- Bueno, no sería la primera vez que 2 primos follan entre ellos
- Enzo... - se quejó ella rodando los ojos
- No somos familia, no te preocupes por eso
Continuaron charlando un rato más sobre otras cosas, Andrea sólo quería despejarse. Pensar en otra cosa que no tuviese relación con su madre y Emir.
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Después de la llamada, el rizado se quedó algo más tranquilo, claro que no se esperaba la información que su novia le había dado. Pasó 1 hora más y ya era momento de marcharse de Clock. Regresó a su casa y se sorprendió cuándo vió luces en el interior. Eran casi las 6 de la madrugada, se suponía que sus padres deberían estar dormidos. Entró con cuidado cuándo escuchó ruidos en la cocina. Rápidamente, llegó hasta allí y se encontró con Joaquín abrazado a Emir y Emilio sentado en el taburete, observándolos.
Emir se separó de Joaquín en cuánto vió cómo su sobrino entraba en la cocina.
- Papá...
- Hola mi vida - se acercó Joaquín a él para abrazarlo
