¿Qué pasa cuándo todo el mundo quiere que te conviertas en alguien que no puedes ser?
La desesperación te consume, te aviva la ansiedad y te crea falsas expectativas.
Sin embargo, tienes que encontrar otro camino, uno que te permita ser quién eres...
Segundos atrás había aparecido Dominic junto a su actual novia y varios de sus populares amiguitos y amiguitas de la universidad. Enzo quería ser tragado por la tierra inmediatamente. Sentía las manos temblorosas de Andrea sobre su pecho, el cuál se movía de arriba hacía abajo rápidamente. El rizado iba a separarse de la chica para encararse con el quarterback, pero la ojiverde lo detuvo agarrándolo de la chaqueta.
- Será mejor que te largues Prentiss - amenazó Enzo
- Vamos Osorio - habló Dominic riendo - Éste es un lugar público, no puedes echarme
- No eres bienvenido aquí - se volvió a ir hacía él, pero ella lo detuvo de nuevo
- ¡Que pena! Porque no veo ningún cartel que me prohíba la entrada
El quarterback se acercó a ambos quedando bastante cerca del rostro del rizado. Andrea hacía su mayor esfuerzo por detener al rizado, lo cuál estaba resultando bastante complicado. Finalmente, Dominic lanzó una sonrisa y con un gesto de cabeza hizo que su grupito de amigos le siguiese. Enzo se separó de la morena bastante asqueado. Se sacudió su ropa alisándola, ya que gracias a los puños apretados de su acompañante ésta había quedado arrugada. Lo miró desde la distancia con los ojos inyectados en rabia. La morena se acercó a él, pero éste sólo dió otro paso más hacía atrás, volviéndose a alejar de ella.
- Enzo...
Pero el rizado simplemente negó con la cabeza y siguió al grupo de populares de la universidad. Llegó hasta dónde se encontraba Bastian, que miraba incrédulo a su alrededor, reconociendo fácilmente aquellos rostros. Se bajó del auto acercándose a su amigo, al cuál se le veía bastante enfadado.
- ¿Qué coño está pasando aquí?
- Tengo que irme
- Ni se te ocurra - lo detuvo agarrándolo de la muñeca - No van a ganar, no ésta vez
- No quiero que sepan quién soy - susurró evitando las lágrimas
- No eres peor que ellos, demuéstrales de una vez quién es Enzo Osorio
- Bastian... - dijo cansado
- ¿Van a echarte de tu propia casa? - preguntó cruzándose de brazos - Porque a mí no
Enzo lo observó. Bastian también parecía ser una persona totalmente diferente a la que era en la universidad. Eran amigos desde hacía varios años, ya, se conocieron en los últimos cursos del colegio y desde el primer momento conectaron. No les gustaba llamar la atención, pero después resultaban ser las personas más extrovertidas y divertidas.
Bastian conocía Clock desde hacía menos de 1 año, cuándo al terminar el colegio Enzo ya tendría la mayoría de edad y legalmente podría competir en Clock, sintió que necesitaba un aliado, no sólo en la universidad, también fuera de ella y se lo tuvo que contar todo. Bastian era la persona más feliz cuándo llegaba a Clock, parecía que había nacido para estar allí. Animaba a la gente, disfrutaba de las carreras, conocía gente nueva, también traía gente nueva... era el mejor socio que Enzo había podido encontrar.
El rizado miró de nuevo cómo aquel grupito poco a poco se hacía con su lugar, interrumpiendo las charlas animadas del público, robaban cervezas y nadie podía decirles nada, reían escandalosamente mientras miraban a los amigos. Andrea llegó hasta ellos hiperventilando, ya que había corrido para acercarse a ellos.
- No puedes irte - habló ella observando cómo Enzo quería dirigirse a su moto - Ésta es tu casa, basta ya de que ese matón haga y deshaga a su antojo en cualquier parte
- Es la primera vez que estoy de acuerdo con ella - confesó Bastian
- Enzo, toda tu familia te lo ha dicho. Ésto no es algo que tengas que esconder, es tu trabajo, tu vida, tu casa
- Voy a ser el hazmerreír de la universidad - dijo enfadado Enzo
- Demuéstrales quién eres - dijo Andrea mirándolo a los ojos - Aquí nadie se vá a ir – dijo en voz alta y todo el mundo calló al escucharla - Ha venido gente nueva, hay que enseñarles cómo funcionamos aquí
Todo el mundo, incluidos el grupo de la universidad, los observaban desconcertados. Enzo miraba a la morena fijamente a los ojos tratando de hacer algo útil. Andrea se acercó de nuevo a él abrazándolo.
- Sé salvaje - le susurró al oído
E inmediatamente los ojos de Enzo se ablandaron, cómo si aquella palabra fuese capaz de apaciguar a una fiera. Sintió las manos, acariciarle la espalda lentamente. El rizado cerró los ojos ante aquel gesto y la morena sintió cómo los músculos agarrotados de la espalda se relajaban bajo su tacto. Sonrió suavemente sobre el hombro del oji-café. Se separó lentamente.
- No te vayas - pidió Enzo
- No lo haré, estaré aquí esperando a mi campeón
Enzo se separó de la chica, acercándose lentamente al capitán del equipo de futbol mientras todo el mundo, incluidos Andrea y Bástian, lo observaban. Dominic se cruzó de brazos cuándo una sonrisa nacía en su rostro. El rizado cambió inmediatamente el rol de su personaje. Esa noche no sería el Enzo que acudía a la universidad y no se relacionaba con nadie, aquella noche sería Enzo Osorio, líder de Clock Street, sucesor del mismísimo Emilio Osorio y salvaje por mucho tiempo.
- Bienvenidos - le tendió una mano el rizado - Acabáis de entrar en Clock Street - la sonrisa de Dominic se desvaneció - Os enseñaré cómo trabajamos aquí - dijo aún con la mano en el aire
El grupo entero, junto a Dominic, arrugaba el entrecejo porque no entendían la actitud de aquel chico frente a él y tampoco lo que estaba queriendo decir. El resto del público junto a Andrea y Bastian sonreían al observar la actitud de su líder. Respetuosa, calmada y limpia, aquel era el verdadero líder de Clock Street.
- Creo que ésto que haces aquí no es demasiado legal - habló Lina cortando el silencio sepulcral
- Te invito a quedarte y descubrirlo
Andrea se cubrió la boca evitando que una carcajada saliese por ella. Bastian la miró sonriente y agacharon la cabeza mientras se carcajeaban. Enzo los escuchó en la lejanía y la sonrisa se le contagió, observando inmediatamente cómo la ceja de aquella rubia se arrugaba.
- Bien - recogió su mano, no aceptada - Vamos a enseñar a nuestros invitados cómo ruge Clock
Todo el mundo vociferó asustando a los nuevos asistentes. La música de nuevo se hizo presente y Ebzo les dió la espalda acercándose a sus amigos que aún reían. Aunque Andrea dejó de reír cuándo observó cómo el rizado, se acercaba decidido hacía ella. Sintió unos labios estrellarse junto a los suyos y miles de gritos volvieron a surgir alrededor. Llevó una de sus manos a la nuca del rizado y la otra a la mejilla mientras éste la atraía a él con una mano en su trasero y otra en su baja espalda. Se separaron después de unos segundos y el corazón de la morena latía rápidamente.
- Gracias - dijo Enzo
- No tienes que dármelas - susurró ella
- Lo siento por lo de antes - ella negó sin importancia
- Ahora sal ahí y haz que se convierta en realidad
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