✦ ♛ ✦

4 1 0
                                    

Miré en su dirección, los rizos que creaba su humeante cabeza se movieron hacia mí un instante, me recorrió un escalofrío y tuve la sensación de que una risa cavernosa resonaba lejana en mi interior, como si proviniese de él. Había una pregunta en el aire que hacía vibrar el silencio y todos los miembros del consejo evitaban mirar hacia Koschei de manera notable, finalmente alguien se atrevió a formularla.

 Había una pregunta en el aire que hacía vibrar el silencio y todos los miembros del consejo evitaban mirar hacia Koschei de manera notable, finalmente alguien se atrevió a formularla

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.



—¿Significa eso que habéis cambiado por fin de opinión, señor de la noche? —dijo Rhea pronunciando con desdén las últimas palabras. Koschei rio bajo, casi como un ronroneo.

—Oh en absoluto, sólo intentaba animar al resto de vosotros en vuestra...cruzada. Mis súbditos y yo mismo, ninguno podríamos cambiar de opinión aunque quisiéramos, a menos que cambie la ley claro está.

Con esas palabras sentí de nuevo el frio sobre mi piel que me indicaba que la atención de Koschei estaba puesta en mí, el resto del consejo también se volvió a mirarme, la pelota estaba en mi tejado.

—La ley cambiará cuando sea necesario y no antes Koschei, durante la guerra tendréis total libertad para consumir cuantas almas mortales deseéis, pero no permitiré que extendáis el caos como antaño dentro del reino antes ni durante este período, la tregua permanecerá sin cambios hasta que se resuelva la situación más apremiante primero.

—Es cierto, no hemos tratado este tema y es de absoluta importancia ¿Qué pensáis hacer si tenemos éxito y eliminamos por completo esa infección? ¿Retornaremos a los tiempos antiguos donde cazábamos y éramos cazados entre nuestra propia gente? —habló de nuevo Rhea, me sentí como un viejo hueso atrapado entre los dientes de un perro rabioso, estaba claro que ella sería uno de mis mayores opositores si de ella dependía.

Miré detrás de mi por un segundo, hacia la puerta, deseando que Firenze estuviese allí pero sabiendo al mismo tiempo que de todos modos no podría ayudarme abiertamente sin que eso repercutiese en mi imagen. Las cartas ya estaban sobre la mesa y no me quedaba otra que jugar lo que tenía. 

El hecho era que el séptimo clan se alimentaba de otros seres vivos, era lo único que todos sus miembros tenían en común: lamias, banshees, espectros, ondinas, wendigos, mare, elfos oscuros... La mayoría de ellos vivían del miedo, otros de la esencia vital, algunos menos directamente consumían el cuerpo o partes de este y sólo unos pocos sobrevivían exclusivamente de humanos siendo imposible que se alimentasen de miembros del Reino, por eso desde el primer momento habían presentado su completa oposición a la idea de una purga, dado que además existía una ley que prohibía bajo pena de muerte que el séptimo clan diese caza a otros seres del Reino, su único sustento durante milenios habían sido los mortales, lo que nos dejaba abierta una gran incógnita, qué sucedería cuando ya no quedasen humanos.

—Muchos parecéis olvidar de donde viene lo que compone vuestros delicados platos. —Mire en derredor, sólo Gorm sonrió sardónicamente—. Entiendo que para vosotros existan diferencias entre quienes consideráis dignos y quienes no, pero debemos ser honestos, matar para vivir es algo que la mayoría hacemos, no sólo el séptimo clan, aunque tracemos la línea entre pixies y elfos o duendes y trolls.

Sombra y sueñoWhere stories live. Discover now