Capítulo 29

71 8 2
                                    


🔱 LIAM 🔱

Colgué la llamada bajo la atenta mirada burlona de mi hermano.

-¿Qué?

-¿Quién diría que te vería algún día enamorado? –Rodé los ojos.

-Iba a preocuparse si no llegaba a casa.

-Sí, ya, claro... –Cerré el maletín antes de volver a mirarlo.

-¿Vas a seguir sin ir?

-Por supuesto. Te recuerdo que mi prometida embarazada me espera para reconfortarla.

-Hmm... Nunca he visto una pareja más empalagosa que vosotros dos.

-Anda, anda. Me gustaría verte a ti cuando estás con ella a solas.

Me quedé pensativo ante sus palabras.

¿Yo era tan empalagoso también como Dominique y Giulia?

No lo creía, o al menos, no me daba esa impresión.

-¿Qué? ¿No dices nada? Razón tendré...

-Te prefiero de mal humor y gruñón, hermano. Así al menos estás calladito.

-¡Me encuentro muy bien así, gracias! –Rodé los ojos ante su risa burlona. – Bueno, que disfrutes de tu velada en solitario. No hagas cosas de las que puedas arrepentirte después.

-¿Qué? Yo nunca hago nada malo.

-Esperemos que no. –Volví a rodar los ojos.

¿Pero qué se creía? ¿Qué era un adolescente que no sabía lo que estaba bien y lo que estaba mal?

🔱🔱🔱

-¡El último! Venga, porfa... ¡El último nada más!

-El último. –Afirmé llevándome el vaso número...

¿Por cuántos iba ya?

Bah, da igual.

Dejé el vaso de los chupitos sobre la mesa mientras que todos me vitoreaban.

No sabía en qué momento había empezado a tomar cosas más fuertes que una simple cerveza, pero lo había hecho, y los chupitos estaban riquísimos.

Sabían a...

¿Fresa? ¿Uva? Frambuesa, creo...

-¡Y ahora a bailar!

Amber tiró de mí hacia la pista de baile sin ni siquiera esperar por una respuesta de mi parte.

¿Me estaba divirtiendo?

Tenía que admitir que sí.

Hacía mucho tiempo, demasiado, que no salía de fiesta y mi cuerpo lo notaba, lo necesitaba.

Ir a clubes y conocer a chicas era como mi padre nuestro de cada día personalizado.

¿Por qué había tardado tanto en volver a hacerlo?

«Ahora tienes una familia. »

Siempre he tenido una familia.

«Sí, pero no una tuya propia. »

Podía compaginar las dos cosas a la perfección, ¿no? Lo estaba haciendo ahora mismo...  

La risa de Amber me trajo de vuelta a la realidad.

Corazones SolitariosWhere stories live. Discover now