Capítulo 19

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🔱 LIAM 🔱

De verdad, ¿pero quién en su sano juicio le hacía eso a un ser humano? Más a una persona de tu propia familia.

Cuando Maisie se desmayó en mis brazos, no supe muy bien como reaccionar.

Tuve miedo por un momento, pero Dom me sacó de mi letargo y enseguida la llevamos al hospital.

Fue Gabriella la que nos contó lo sucedido mientras esperábamos noticias del doctor.

¡La mujer que se suponía que debía cuidarlas por ser su tía era un desastre andante! ¿Cómo iba a empujarla por las escaleras? ¡Era de locos! 

-Madre mía... –Me pasé las manos por la cara aún sin creerme lo que había pasado.

Dominique se había ido antes de cenar y nosotros habíamos comido escuchando las historietas cotidianas de Gabriella.

Me gustaba verla feliz y tranquila, a diferencia de su hermana mayor, que estaba triste y preocupada.

Un ruido llamó mi atención fuera del estudio y enseguida me levanté a mirar de que se trataba.

-Mierda...

-¿Te ayudo? –Maisie saltó del susto antes de girarse hacia mí.

-Solo quería beber agua... –Alcancé el vaso de cristal que había intentado coger para llenarselo de agua. – Gracias...

-Recuerdame dejarte una jarra de agua en tu habitación.

-No hace falta...

-Sí, sí que lo hace. –Llené un vaso para mí también antes de tomar asiento en la barra de desayuno. Ella me imitó sentándose enfrente. –¿Quieres algún analgésico?

-No... Me lo tomé después de cenar...

-Hmm... ¿Y qué hora es?

-Casi las tres de la madrugada, pero eso debería de preguntarlo yo. Todavía andas despierto...

-Sí, no podía dormir, y trabajar me ayuda un poco.

-Eres raro...

-¿Yo? –Ambos reímos antes de darle un trago a mi vaso. –¿Quieres hablar de ello?

Maisie alzó la vista del vaso mirándome con cara de circunstancia.

-Yo... Nos odia... Sobre todo a mí. No sé qué le hemos hecho, pero nunca le hemos gustado.

-¿Por qué aceptó encargarse de vosotras si no es así?

-No lo sé... Y a mí también me gustaría saber esa respuesta. – Suspiró. –Mamá no tenía más hermanos y papá era hijo único. Supongo que se vio "obligada" a quedarse con nosotras...

-¿Siempre fue así?

-No... Al principio nos trataba bien...

-¿Y cuando dejó de hacerlo? –Se encogió de hombros.

-Unos meses más tarde... Me castigaba sin ningún sentido, me agarraba fuertemente de los brazos hasta clavarme las uñas...

Se tocó los antebrazos como si estuviera recordando todas aquellas heridas.

Ahora entendía mejor porque se frotaba tanto la mano el día que nos conocimos

-¿Y tú que hacías?

-¿Qué podía hacer? Por aquel entonces tendría unos catorce o quince años. Menos mal que a Gabriella no la tocaba, sin embargo, tampoco es que la tratara mucho mejor...

Corazones SolitariosWhere stories live. Discover now