capítulo 60.

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El viaje de vuelta a capital fue cansador, horrible de pensar. Habíamos convivido tres días divinos todos juntos y ya sentía que quería hacerlo por el resto de mi vida.

Todo risas, todo felicidad y todo compañerismo por parte de los chicos, era lindo tenerlos cerca.

La parte sobre Julieta y Lara prefiero omitirla.

Me pegué el bajón de solo saber que ya mañana era lunes de nuevo, vuelta a los estudios, la facultad, la rutina, otra vez los chicos arrancaban la semana con los entrenamientos, todo volvía a la normalidad de la realidad, ese finde en la costa pareció un sueño.

Por suerte, era el último mes de la facu, y al fin iba a poder trabajar de lo que tanto me gustaba estudiar.

Me dormí todo el viaje recostada en el hombro de Enzo mientras me abrazaba con su brazo por atrás, varios de nosotros caímos rendidos con el sueño, era obvio que un finde de pura joda sin descansar iba a pasar factura, y estoy segura que ellos lo van a sufrir más que yo al retomar la rutina.

La voz ronca y gruesa de Enzo me despertó del quinto sueño... ojalá esa voz me despertara así siempre.

-Ari- me dijo despacio- ya llegamos.

Abrí mis ojos lento, no entendía nada.

-¿Qué hora es?- le pregunté cuando vi que era de noche.

-Son las dos de la mañana- me dice Ota lúcido en el asiento del volante.

-Fa, que sueño- dije bostezando mientras me ponía recta en el asiento.

-Mal, yo ya quiero hundirme en la cama- dice Julián contagiándose de mi bostezo.

Bajé del auto con Ota y Enzo que me ayudaron a bajar la valija que estaba pesada y la llevaron hasta la puerta.

Me despedí de todos yendo a saludarlos uno por uno como correspondía y fui hasta mi puerta.

-Bueno, nos vemos Ota- le dije abrazándolo.

-Que descanses loquita, te quiero- me dijo y después de abrazarme se fue al auto, dejándome con Enzo.

Miré a Enzo que ya estaba con su mirada en mi, causándome mariposas en el estómago, que hace rato las vengo sintiendo.

-Qué linda que sos- fue lo primero que me dijo sonriendo.

Le sonreí y sin decirle nada lo agarré de la cara y le di un beso en los labios, fue corto porque me daba vergüenza con los chicos estando ahí.

-Nos vemos Enzo- le dije despidiéndome con un abrazo mientras el me abrazaba por la cintura- gracias por todo.

-No me agradezcas posta- me dijo apretándome contra él- que descanses.

-Vos también descansá- le respondí.

-Dale, mañana hablamos- dijo y se volvió a despedir dándome otro beso en los labios.

Disfruté de sus labios saboreándome hasta que se separó y sonriendo con su cara de canchero se fue al auto de Ota, me tocaron bocina los chicos y se despidieron.

Entré a mi casa sonriendo, estaba tan feliz.

Pero también estaba cansadísima, encima eran las 2 de la mañana y ni ganas tenía de madrugar e ir a la facultad, después de repensarlo un poco, me decidí faltar mañana lunes y darme un descanso para arrancar bien el martes.

Dejé la valija así como estaba, la acomodo mañana mejor y me fui directo a la cocina a calentar agua para hacerme un café y unas tostadas antes de dormir, así me llenaba algo el estómago.

Tentación. (enzo fernández)Where stories live. Discover now