capítulo 36.

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• MARATÓN 3/5 •

La noche pasó más divertida de lo que tenía en mente, cuando terminamos de comer fuimos a la parte donde estaban los juegos y boludeamos un buen rato.

Me subí a la rueda de la fortuna con Leandro y el Juli porque los otros se habían ido a una casa del terror y yo soy re cagona así que los chicos me hicieron la segunda a mi para no entrar.

-Re alto boludo, mirá allá- dice Julián señalando a lo lejos.

-Mal gil re cagado estoy, ¿te imaginas si nos caemos desde acá? Chau fútbol- dice Leandro metiéndose en papel.

-Fa no me digas eso, me quedo duro- lo siguió Julián y yo solo me reía por su fantaseo y película.

Justo estábamos en la parte más alta donde gira la rueda y se apreciaba todo de tremenda altura.

-Mirá, desde acá veo a los chicos saliendo de la casa del terror- dije señalando para abajo donde estaban ellos.

-Son como hormiguitas- dice Leandro impresionado.

-Yo no quiero mirar mucho para abajo sino voy a largar todo lo que comimos- dijo Julián en modo tieso.

Con Leandro nos reímos del Juli que estaba cagado hasta las patas, la rueda por fin terminó de dar la vuelta y bajamos.

Los chicos nos estaban esperando abajo y nos reencontramos todos emocionados por ir a los juegos que queríamos cada uno.

-Che, si tienen vértigo ni loco se suban a esta rueda boludo, duro quedé después de lo que dijo el Lean- comentó Julián a los chicos.

-¿Qué dijo?- preguntó curioso el Ota.

-Que si nos llegábamos a caer de ahí podíamos morirnos- dije y todos se rieron.

-Una rata el Lean mira lo que les dice- se reía el Cache que se abrazaba con Karina.

-¿Y nosotros?- dice Enzo- esa casa del terror estuvo re fuerte.

-No me imagino, qué miedo, pero debe haber estado cheto- dijo Leandro.

-No boludo, horrible- dice Lara con cara aterrorizada- no me dio un paro porque Enzo se quedó conmigo y me protegía pero estaba re cagada yo.

Cuando ella dijo eso, algunos de los chicos me miraron de reojo espectantes a mi reacción.

Enzo me miró como restándole importancia, suspiré internamente y sonreí, intentando que los celos no se apoderen de mi, solo él estuvo con ella porque tenía miedo.. esta bien, ¿no?

-Bueno, ¿qué hacemos ahora?- pregunté sonriendo mientras sacaba tema y cortaba el momento raro de que me miraran.

-Acá a la vuelta creo que habían unas mesas de pool, jugamos unos pool y después vamos si quieren- sugirió Julián.

-Uf, pool, yo me prendo- dijo Ota juntándose sus manos haciéndose el capo.

-Yo también- se sumó Lautaro.

-A mi no me gana nadie, invicto me voy de acá- chamuyó Leandro.

Todos nos pusimos de acuerdo y dimos luz verde a la sugerencia de Julián y caminamos hasta ahí.

-Que lugar tan lindo la verdad- dijo Lara observando todo el lugar.

-Mal, encima hace tremenda noche, re lindo- le dijo Leandro poniéndose a caminar con ella.

Chamuye Lean, chamuye, pensé.

Enzo se me acercó y se puso al lado mío.

-¿Todo bien?- me habló cuando me vio callada.

-Todo joya- le contesté sonriéndole- ¿vos?

-No, digo por lo que dijo Lara recién- me dijo atento- solo la acompañé caminando al lado porque estaba asustada y...

-Tranqui Enzo- lo interrumpí- de verdad no pasa nada, todo bien posta, es un lindo gesto que no la dejaras sola.

Me intenté hacer la superada.

-¿Segura? No quiero que pienses que..- volvió a intentar hablar pero lo volví a interrumpir.

-Posta, ni me preocupa Lara ya- dije- total yo sé que la que te encanta soy yo.

Jugué con sus mismas cartas haciendo que él se ría y asienta con la cabeza.

-Menos mal que lo tengas claro- dijo- porque me volvés loco.

Llegamos a las mesas de pool y los chicos fueron a comprar fichas, Enzo también fue y yo me quedé con Lautaro, Julián y Ota guardando nuestro lugar en la mesa.

En un momento que miré a Enzo, sentí a Lara medio densa con él en el mostrador de fichas, ella estaba como que diciéndole cosas y Enzo estaba con cara de serio como diciendo "sáquenmela de acá".

Pensé en ir y liberarlo pero cuando quise ir, pude ver como ella se enojó de ser rechazada y con cara de seria le dijo algo que hizo que Enzo la mirara rápido abriendo los ojos.

Fruncí el ceño y me quedé parada.

Enzo le hace un gesto de correrse un poco y apartarse de los chicos que estaban comprando y se fueron para un costado medio oscuro a hacer lo que parecía hablar, solo hablar, quiero pensar.

Me puse nerviosa, no me gustaría que pasara lo mismo que pasó con Julieta.

Me la jugué y empecé a caminar hasta ahí, decidida.

Ellos no me vieron acercándome, se los veía muy tensos, como si estuvieran discutiendo.

Me hice la boluda y me quedé camuflada atrás de una pareja que estaba cerca de ellos y me hice la que miraba mi celular, siempre parando la oreja.

-¿No entendes?- escuché decir a Enzo- no quiero que me jodas más.

-Si entiendo- dijo Lara- pero me parece que te hiciste el re gil cuando tendrías que haberme dicho que andabas chongueando con Ariana.

Se me paró el corazón del miedo y nerviosismo.

¿Qué estaba pasando? No entiendo nada.

-A vos no tengo que darte ninguna explicación de lo que hago con mi vida- dijo enojado Enzo.

-Pero a ella si- contestó Lara- y cuando se entere te vas a querer cortar los huevos.

Escuchar eso fue la gota que rebalsó el vaso, no aguanté y dejé de esconderme, yendo directo para donde estaban ellos.

-¿Qué es lo que tengo que enterarme?- pregunté dejándolos sorprendidos y sus caras fueron el clásico "me quiero matar".

Tentación. (enzo fernández)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora