Capitulo 11. Dolor

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Luego esa mañana, Hermione llegó a su cafetería favorita exactamente dos minutos después de Draco. Él iba a comenzar su trabajo en el Ministerio justo ese día y decidieron que no sería muy fuera de lugar el reunirse para tomar un café antes de ello. Después de todo, tenían que organizarse.

Aunque era temprano, la cafetería ya estaba llena y Hermione tuvo que empujar algunas personas para poder acercarse a Draco.

—Parece que tendremos que llevarle a las tropas —dijo Draco al verla llegar —. Colby y Alex pidieron algo.

—¿Te enviaron un mensaje de texto? —le preguntó con una sonrisa.

—Sabes que sí —dijo él, devolviéndole la sonrisa.

—Entonces llevaré algo para Harry y Teddy.

—¿No le llevarás a Mc-Lameculos? —dijo Draco, burlón.

—Nunca le he llevado nada —dijo Hermione sin siquiera reprenderlo por su chiste sucio —Sería demasiado personal.

—¿No llevan quince años trabajando juntos?

—Sí, y he trabajado muy duro para mantener la línea entre compañero de trabajo y amigo bien firme y clara. No lo arruinaré ahora siendo amable.

Draco miró a un lado hacia ella y le lanzó una sonrisa sarcástica —. Me parece bien.

Cuando llegaron a la barra, Draco se encargó de las órdenes. Un capuccino para Colby, algo extremadamente complicado para Alexandra y dos cafés de grano tostado francés para él y Hermione, sin espacio para añadir crema. Luego él dejo que ella tomara las órdenes de Harry y Teddy.

Cuando se encontraban junto al mostrador, esperando las bebidas, Hermione tuvo que preguntar —. ¿Cómo sabes cómo tomo mi café?

Draco alzó una ceja —. ¿Negro?

Ella asintió —. Y de grano tostado francés.

—Supuse lo del grano francés porque es la mezcla más fuerte que tienen aquí, y ¿por qué habría de arriesgarme con la cantidad de crema o azúcar que tomas?

—La mayoría de las personas añade aunque sea un poco de...

—No diluyes ni endulzas nada en tu vida, Granger. ¿Por qué habría de ser diferente con tu café?

Hermione no pudo evitar sonreír —. Aún así fue una buena suposición.

—Te conozco mejor de lo que crees, Granger. No eres tan difícil de leer. En la mayoría de los aspectos, por lo menos.

La sonrisa de Hermione creció. Sabía a lo que se refería.

Una vez que estuvieron listos los cafés, los juntaron a todos, Draco llevaba el suyo y una bandeja portátil con cuatro extras mientras Hermione tomaba el suyo y algunos pastelillos que habían seleccionado. Cuando salieron, Hermione estaba ayudando a Draco a ajustar su agarre en la bandeja cuando un flash los cegó a ambos. Los dos gruñeron.

—¿Es esto realmente tan interesante? —ella preguntó a la persona que había tomado la foto.

Él bajó la cámara y sonrió con maldad —. A mi editor le parece que sí.

Hermione y Draco reconocieron al hombre de inmediato. Era el que Draco había sobornado. —Tú de nuevo —dijo con los ojos entrecerrados —. Pensé que nos habíamos librado de ti.

—Si quieren librarse de mí, entonces tendrán que ofrecerme algo mejor que tres mil galeones —dijo el hombre —. Pero como están las cosas, de ahora en adelante no aceptaré ni un knut de su sucio dinero.

The Deadline (traducción en proceso)Where stories live. Discover now