Capitulo 30

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Ya no sentía obligación en hacerle los trabajos especiales a su padre, no tenía a Betty quien pudiese amenazarlo, ahora estaba libre, se sentía tranquilo estar así, claro eso no le quitaba un poco la angustia de que ahora su padre iría por la rubia pero él debía evitar eso a toda costa. Era tarde de noche cuando salió de aquella casa inmensa ubicada en Upper East de Manhattan, había dejado con las ganas de hacer todo a la esposa del gobernador de estado, pero este decidió rechazarla cansado de tener que prostituirse solo para complacer a su padre y evitar que le hiciera daño a Betty.

Barbara tenía razón debía terminar de acabar con su padre y solo así tal pudiese ser feliz, y también acabar con esa red de estafas que su padre vivía haciendo a todos sus clientes. Era increíble como en tan poco tiempo su vida había cambiado, hace unos meses prefería seguir en la misma rutina de siempre de irse de fiesta con Betty, drogarse, seguir su tóxica relación, y al final casarse, como lo habían planeado desde aquella noche que los comprometieron. Ahora con la llegado de Jughead y Barbara, todo era diferente, a veces se sentaba a pensar en el pelinegro de como era su hermano, su gemelo, y nunca se había imaginado, en otras circunstancias seguramente se hubiese llevado bien con él, pero ahora ni lo conocía y le había confiado la vida del amor de su vida. Solo esperaba que su institución no fallara y confiara que el pelinegro cuidaría de Betty, era todo lo que pedía, y con eso le iba agradecer toda su vida.

Era doloroso pensar que toda su vida nunca recibió un amor de paternal, ni quiera de su madre, cuando intentó dárselo fue tarde, él ya no quería nada y luego murió. El único amor que recibió fue el de Betty , y al final todo había sido tan tóxico en su relación que a veces dudaba saber que era realmente amor. Era triste que tan joven no supiese nada de eso, y la consecuencia era que ahora estaba solo caminando las calles de Manhattan bajo la lluvia con algunas lágrimas saliéndose, pensaba que sería de la vida de todos si él no estuviese, tal vez Betty hubiese tenido una vida mejor,  o tal vez no estuviese viva y solo él la pudo salvar. Lo cierto era que Dylan se encontraba en una agujero de dolor que no sabía como salir y solo por no saber lo que realmente era el amor.

Barbara había salido a dar una vuelta, nuevamente había discutido con su tío acerca de lo que debía hacer, estaba frustrada porque no encontraba como ayudar a Dylan, no pensaba traicionarlo, solo quería hundir a Daniel, pero cada documento que había leído que indicaban cada estafa que había hecho involucraban al rubio y no sabía como sacarlo de allí. Estaba lloviendo por lo que iba lento en las calles, estaba manejando cuando lo vio, definitivamente era Dylan quien caminaba despacio por la calle cerca del Central Park.

— baja la ventanilla del auto para llamarlo— Hey Sprouse! —el chico voltea y frunce el ceño al verla— Que diablos haces ahi? Pareces idiota mojándote

— Déjame en paz Barbara— sigue caminando

—acelera un poco para quedar de nuevo al lado de él— Sube al auto! —el chico solo la mira y sigue caminando ignorándola— Joder Sprouse... —estaciona el auto y sale a caminar junto al chico mojándose también

— Que haces!? Te vas a enfermar! —dice el rubio al verla al lado de él

— Ya que no subes al auto entonces caminaré contigo —dice decidida

—resopla algo fastidiado— En serio Palvin, realmente eres intensa, solo quiero estar solo de acuerdo?

—se encoge de hombros— Puedes hacer como que si no estoy aqui, solo caminaré callada junto a ti... —el chico solo la mira sin creer lo que dice— O podemos subirnos al auto, ir a tu apartamento y quedarnos allí haciendo lo que quieras hacer...

—suspira resignado— No me dejaras solo cierto? —la chica solo niega y este voltea los ojos— Diablos Palvin realmente eres intensa... —la toma del brazo— Vayamos al maldito apartamento

¡Solo te elijo a ti!│BUGHEAD DARBARADonde viven las historias. Descúbrelo ahora