28. Stay.

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👑❤️‍🔥👑

Amunet es el ser más peligroso del infierno...

Pero se le oculta la verdad para no detonar lo que tiene dentro.


Lucifer Roman.

Aprieto la mandíbula tan fuerte que en cualquier momento se me caerá junto con la presión que ejerzo en mis venas y me sube la ira por la cabeza al ver a mi esposa en una camilla, con líneas de sangre negra que salen directamente de su boca, y a este paso sigo esperando como un demente cerca de ella, inquieto por ver su mejoría.

Muevo el anillo en mi dedo caminando de un lado a otro, nunca dije que permitiría que tocasen a mi esposa y me la devolvieran débil, no era una parte de la asociación para enriquecer a Amunet en fortaleza, y que la hayan herido hace que recapacite en donde me metí por mi hija.

La cabeza me duele por el olor de la anestesia y los medicamentos naturales que veo que inyectan en su piel bajo mi permiso. Los súbditos se mueven de allá para acá, y yo por mi parte me encargo de salir para encontrarme a Azael con Darla dormida a su lado, ambos lucen peor que mi mujer y no se qué demonios ha sucedido.

Intento guardar la calma pero pierdo control y voy hacia él, tomando el cuello de los restos de su camisa y poniéndolo contra la pared, con una fuerza que sube toda la sangre hacia su rostro y lo hace ver rojo con la presión ejercida.

—¡Te dije que hicieras una maldita cosa!, ¡una! —le grito, impactando mi puño contra su mejilla—. ¡Que las protegieras con tu vida, y es lo que menos hiciste!, ¿¡Qué demonios te costaba!?

Se levanta, las líneas de sangre bajando por su mentón.

—¡Nos tenían en peores condiciones que tu esposa! —se limpia la sangre de su labio roto—. ¡Y no sabes lo que está pasando ahora, Amunet!, ¡por tu culpa!

La cólera me pone a respirar con pesadez.

—¿¡Por mi culpa!?, ¡ella está haciendo lo que debe!

Niega, un desespero tomándolo cuando sus ojos se ponen cristalinos.

—¡La están matando!, ¡por eso necesita tu ayuda!

—No es algo en lo que pueda intervenir —finalizo, no quiero darle más vueltas a esto porque lo que menos me conviene es revelar la verdad de cómo se están manejando las cosas en el trono.

Se frustra y golpea mi pecho con desesperación, su rostro rojo en estrés y sus manos perdiendo fuerzas cada vez que no logra moverme, y en un momento solo se desplaza en el suelo y me suplica que vaya con ella, tanto es el drama que me maldigo mentalmente, porque no quiero soportar esto.

—Por todos los años en los que nos llevamos conociendo, por favor, te lo imploro. Ve a ayudar a tu hija —las lagrimas se le salen—. Tiene algo que sólo tú sabes. Ahora que se casó, es lo que necesitará usar...

Lo último despierta una alarma en mí.

—¿Qué es? —cuestiono, dudoso.

—C. Es C.

Caín.

Los latidos de mi corazón pierden fuerzas porque no se suponía... No se suponía que ese lado se revelara, el hechizo que se hizo cuando Amunet estaba en el reino era para que protegiera ese lado, porque sino, la iría matando poco a poco.

Reino Infernal [+21]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora