𝑼𝒏 𝑫𝒓𝒂𝒈𝒐́𝒏 𝒂 𝑪𝒂𝒊𝒅𝒐:

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Había pasado un mes desde que los príncipes de cabellera castaña se habían reunido con su padre, este se había ido una semana después de haberse reunido con ellos.

Todo marchaba bien en la Fortaleza Roja. La Futura Heredera había estado poniéndose al corriente con lo que pasaba en el consejo y en el Reino, sus hijos se encontraban mejorando su alto Valyrio y sus habilidades guerreras. Por otro lado, los hijos de la Reina seguían con sus actividades comunes, estos iban al corriente con todo que no había necesidad de presionarse.

El Príncipe Aemond se encontraba en los aposentos de su futura esposa, la Princesa Daenerys.

—¡Quiero que nuestra boda sea igual de bonita que la de Aegon y Helaena! —Daenerys decía mientras veía los tipos de telas que tenía en sus manos.

—Lo será, no te preocupes. Todo saldrá de lo más maravilloso —Aemond camino hasta pararse de tras de ella para envolverla en un abrazo por de tras.

—Sí, lo sé. Madre y Helaena me han estado dando ideas para la decoración ¿tú tienes alguna idea? —se volteó para estar cara a cara con su prometido.

—No, lo siento, sabes que no soy bueno en nada de eso, pero si quieres que te ayude en algo solo dilo y lo haré —la Princesa tomo la cara de Aemond entre sus manos para después plantar un tierno beso contra sus labios.

—Lo sé, no tienes que preocuparte.

Ambos estaban en un ambiente tan agradable hasta que se vieron interrumpidos cuando las puertas se abrieron.

El Príncipe Aegon se dejó ver, camino hasta sus hermanos con una mirada sería en su rostro.

—El Rey ha muerto.

La Reina, se encontraba en el cuarto en el que ya está preparado el Rey para su funeral, sostenía la corona de este entre sus manos mientras lágrimas caían por sus mejillas, nunca amo a Viserys, pero le tenía cierto aprecio y no podía negar que la...

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La Reina, se encontraba en el cuarto en el que ya está preparado el Rey para su funeral, sostenía la corona de este entre sus manos mientras lágrimas caían por sus mejillas, nunca amo a Viserys, pero le tenía cierto aprecio y no podía negar que la inundaba cierto miedo ahora que el Rey ha partido, miedo de que Rhaenyra cambie de opinión y mande a matar a sus hijos.

Las puertas se abrieron, entrando por estas la Futura Heredera. Al ver a la Reina ahí se sorprendió un poco, pero se sorprendió aún más al verla llorar, se acercó hasta estar aún lado de ella poniendo tentativamente una mano sobre el hombro de la Reina.

—Alicent, no sabía que estabas aquí. Quería despedirme de mi padre por última vez —la Princesa veía con gran dolor el cuerpo ya en vueltó que estaba sobre la pequeña mesa de madera.

La Reina volteo para poder ver directamente a la Princesa.

—Lo siento, te dejaré despedirte en paz, me llevaré la corona, la guardaré para cuando sea el momento —la Reina se alejó para empezar a caminar hacía la puerta, pero se detubo cuando escucho a la platinada hablar.

—Alicent, gracias por cuidar todos estos años de mi padre, por estar a su lado y nunca dejarlo solo en su tristeza, muchas gracias —la Reina se quedó un momento en silencio ante tales palabras, asintió ante lo dicho lentamente, sabiendo que la platinada la veía, para después salir de la habitación.

꧁𝐃𝐫𝐚𝐠𝐨𝐧𝐞𝐬 𝐀𝐫𝐝𝐢𝐞𝐧𝐝𝐨꧂|ʜᴏᴛᴅ Where stories live. Discover now