꧁𝐃𝐫𝐚𝐠𝐨𝐧𝐞𝐬 𝐀𝐫𝐝𝐢𝐞𝐧𝐝𝐨꧂|ʜᴏᴛᴅ

𝑷𝒊𝒅𝒊𝒆𝒏𝒅𝒐 𝑷𝒆𝒓𝒅𝒐́𝒏:

La celebración por la nueva Reina se seguía llevando a cabo.

Hoy iba a hacer el día en que se llevara acaba el torneo. El Príncipe Aemond se encontraba en sus aposentos checando su armadura que usaría para competir en el torneo, cuando escucho que llamaban a la puerta.

-¿Qué los traía a mis aposentos? -pregunto el platinado, que seguía checando su armadura, sin voltear ni un solo segundo a ver a los castaños.

-Quería disculparme por lo que paso hace años en Driftmark. Nunca te ofrecí una disculpa, lamento mucho haberte quitado un ojo, Aemond. Esa nunca fue mi intención, solamente actúe por miedo sin pensar bien las cosas -Lucerys estaba demasiado nervioso mientras decía esto, temiendo que Aemond no lo perdonara, aunque no lo culparía si no lo hiciera.

-No solamente por lo que paso en Driftmark, sino por todo, por las malas bromas, nunca debimos hacer eso -esta vez hablo el castaño mayor, Jacaerys, mientras veía con duda al platinado que seguía dándoles la espalda.

Realmente lo sentía, pero aun así le inquietaba la reacción de Aemond.

-¿Rhaenyra los mando a que se disculparan? -Aemond por fin decidió darse la vuelta para quedar frente a frente con sus sobrinos.

-¿Qué? No, mi madre ni siquiera sabe que estamos aquí. Estamos aquí porque realmente lo sentimos y creemos que te mereces una disculpa. Sé que esto no te devolverá el ojo, pero no quiero que haya más rencor entre nosotros -Lucerys tenía una mirada sincera y decidida mientras respondía al platinado.

-¿En serio? Entonces, si lo sentías tanto, ¿por qué te vienes a disculpar hasta ahora? Después de tanto tiempo -Aemond trataba de esconder el enojo que se estaba extendiendo por todo su cuerpo.

Jacaerys y Lucerys siempre se burlaban de él junto con Aegon, aunque ya se encargó de que su hermano pagara, ellos jamás fueron buenos con él y después de lo de Driftmark simplemente lo ignoraron, nunca vio en ellos arrepentimiento.

-En aquel entonces no entendíamos el daño que te habíamos hecho, por eso no nos disculpamos, siempre creímos que estábamos en lo correcto por lo que nos dijiste, y porque nos estábamos defendiendo, pero, con el paso del tiempo nos dimos cuenta de que no es así, que no estuvimos del todo bien, por eso hasta ahora nos disculpamos -Jacaerys realmente decía la verdad.

En todos estos años jamás se dieron cuenta del daño que le causaron Aemond. Cuando volvieron se sintieron un poco mal al ver el parche en su rostro, pero solo con el paso del tiempo se dieron cuenta de lo mal que estaban.

Aemond vio las miradas sinceras en los dos castaños. Quería perdonarlos, una parte de él al fin se sentía aliviado de recibir la disculpa que se merece, pero aún le resultaba difícil. Le arrebataron un ojo, algo de mucho valor, toda su vida cambio después de eso, tuvo que adaptar su forma de pelar, empezar a llevar un parche siempre con él e incluso tuvo que empezar a cuidar su posición a cualquier lugar que llegara para tener a las personas dentro de su corta vista, no era fácil que de la nada vinieran a ofrecer disculpas y esperaran a que los perdonara.

-Merezco la disculpa e incluso si se tardaron años para dármela la acepto, pero, necesito tiempo, aún no los puedo perdonar del todo -Jacaerys y Lucerys se voltearon a ver entre sí, después voltearon a ver a Aemond con una mirada comprensiva.

-Entendemos. Únicamente queríamos que supieras de nuestro arrepentimiento. Gracias por escucharnos Aemond.

Con esto ambos hermanos asintieron en agradecimiento para posteriormente marcharse.