𝐅𝐚𝐧𝐟𝐢𝐜|ʜᴏᴛᴅ
♔︎|¿Cómo hubiera sido si los Targaryen/Hightower tuvieran un protector, una verdadera figura paterna?
♔︎|En dónde Alicent Hightower y sus hijos, nunca caen en las manipulaciones de la Mano del Rey, gracias a su protector, el Prínci...
El clima estaba frío, se podía sentir aún más frío cuando estabas cerca del mar.
El Príncipe Daeron se encontraba a la orilla de este tratando de encontrar un poco de paz, luego de la acalorada pelea que hubo en el salón hace momentos atrás.
Pudo escuchar pasos acercándose a él e inmediatamente supo de quién se trataba.
—Puedes explicarme que carajos paso haya tras — escucho exijir a su hermano el Príncipe Rebelde.
—Una pelea de dos madres protegiendo a sus hijos —respondió Daeron. Que sonaba más como una pregunta que como una respuesta.
—No te hagas el estúpido conmigo Daeron, ¿por qué demonios te pusiste del lado de los verdes? —Daemon cuestino molesto.
—¿Te refieres a nuestros sobrinos, Daemon? —Daeron seguía sereno todavía con su vista al mar.
—Esos pequeños podrán ser hijos de Viserys, pero no son verdaderos Targaryen —Daemon veía a su hermano intensamente como si estuviera tratando de adivinar que había en su mente.
—¿Te vendiste a su lado porque la Hightower te abrió las piernas? Vi como fuiste a su lado a penas entraste en el salón —el Príncipe Rebelde sonaba un poco burlón.
—No soy tu Daemon, yo no me vendo simplemente porque me abran las piernas. Si estas tan molesto por como resultaron las cosas hubieras dicho algo o hubieras cuidado mejor a tus hijas — el platinado mayor por fin volteo a ver a su hermano a la cara.
—Dime, ¿dónde estabas? ¿Viéndole las piernas a nuestra sobrina Rhaenyra? — Daemon soltó un pequeño gruñido de molestia hacía su hermano.
—Cuidado con lo que dices, Daeron — advirtio el menor acercándose un poco más a su hermano de una manera retadora.
—El que debería tener cuidado con lo que dices o hace, eres tú Daemon. Aún estamos en el funeral de tu difunta esposa y nuestra sobrina todavía esta casada, ten un poco más de respeto, al menos por tus hijas — reprocho el mayor para después marcharse del lugar dejando al jinete de Caraxes viendo hacia la nada.
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—¿Cómo sigue él? — pregunto el Príncipe Daeron mientras veía a su sobrino Aemond acostado en la cama y junto a él su madre, Alicent.
—Tiene un poco de fiebre —le respondió la Reina mientras ponía un paño húmedo en la frente de su hijo.
—Es normal, no creo que se infecte, puedes estar tranquila — el platinado camino para acercarse un poco más a ellos y preguntando
—¿Cómo está Daenerys? Escuche que también estuvo involucrada en la pelea.
—Ella está bien, solo tuvo un par de rasguños, el maestre ya la reviso — la pelirroja se volteó para quedar frente a frente con el Príncipe.
—Gracias Daeron, por ponerte del lado de mis hijos, al parecer eres al único que le importo que hayan mutilado a uno de ellos.
