Epílogo

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Tres años después:

Tamborilea los dedos con nerviosismo en el sofá de cuero sintético. Dirige su mirada a uno de sus compañeros de banda y extiende una sonrisa tensa. Yoongi sonríe de vuelta y palmea su espalda para calmarlo. Las entrevistas no eran su cosa favorita del mundo. Las luces, la tensión, las cámaras, los titubeos, los entrevistadores, los males entendidos, cuidar sus palabras para no meter la pata... Era estresante siquiera imaginarlo. Por eso prefería mantener la boca cerrada.

Durante los años de carrera de la banda, Jungkook era quien menos hablaba en las entrevistas. Namjoon era el encargado de responder las preguntas, por su buena capacidad comunicativa y su amplio vocabulario. Jungkook se dedicaba a asentir o negar, según fuera lo necesario. Pero, al leer cortamente la hoja que se le tiende, explicando un poco en lo que se centraría la entrevista de la periodista, sus tripas se revuelven.

—Creo que vomitaré —murmura Jungkook, sobando su estómago. Hoseok se acerca unos centímetros y acaricia la espalda del chico. Yoongi le tiende una botella de agua, sin despegar su vista del móvil—. No me gusta esto.

—Trece años en esta mierda, y jamás te gustará —replica Jin.

Jungkook toma la botella de agua que Yoongi le tiende y bebe un poco. Da largas inspiraciones para calmar un poco su respiración. Pasa sus manos por los pantalones para secar la transpiración de estas. Y finge la mejor sonrisa cuando la joven entrevistadora pone un pie en el estudio.

La saludan cortamente con una sonrisa. Necesitaban ser rápidos. Jungkook tenía que correr al aeropuerto después de la entrevista.

Su móvil vibra, y rápidamente lo saca para silenciarlo, pero unos mensajes lo distraen unos segundos.

Taehyung:

Mi abuela se ha quejado por horas porque no venden gochujang en el supermercado.

Te extraño.

Por favor, vuelve rápido.

No creo poder aguantar a mi familia solo.

Buena suerte en la entrevista.

Respira.

Te amo.

La entrevista, para su buena suerte, sale muy bien. Va al grano con sus respuestas, evitando alargar tanto su parloteo. En algunas ocasiones, desvía la conversación para que otro de la banda conteste. Si tenía la oportunidad de evitar las preguntas, la utilizaría. Han sido trece años sin contestar más de tres preguntas por entrevista, ya debería considerarse una habilidad dominada para él desviar la atención de los periodistas.

—Oh, Jungkook —dice la chica, llamando su atención. El pelinegro sonríe un poco tenso y se incorpora para tomar atención a las palabras de la entrevistadora—. Esto no está muy relacionado con la banda —continúa entre risas—, pero hoy por la mañana subiste una preciosa fotografía de tu novio, deseándole un curioso feliz cumpleaños. Y con todo mi respeto, me gustaría comentar lo guapo que es.

Jungkook rasca tras su oreja, mientras una tímida sonrisa aparece en su rostro.

Algunos de sus amigos se carcajean al ver la repentina timidez del chico.

—S-sí —responde titubeante—, muy guapo.

—Personalmente, me sorprendió mucho verlo, porque es la primera vez que publicas algo de él. Suelen ser bastante reservados. Fue una sorpresa para muchos saber que Kim Taehyung, uno de los pintores más populares de Nueva York, es también tú pareja.

Get over your ex | KookvWhere stories live. Discover now