Nueve.

965 173 104
                                    

Durante todo el período vacacional Vegas no dejó de insistir en ver a Pete hasta que Tawan le dijo que se había ido con sus padres.

Era mentira, por supuesto, pero eso era algo que no debía saber.

Pete se había permitido llorar y lamentarse de su miserable suerte hasta que ya no le quedaban lágrimas. Por lo que cuando las clases comenzaron, se encontraba listo para enfrentar lo que suponía sería un infierno.

Tawan había pasado por él para irse juntos.

Luego de declinar la oferta de Kim para hacerlo, accedió a ir con su mejor amigo. Sentían que juntos tendrían el valor de enfrentarlo todo, por lo que al bajar del auto, ambos se tomaron de la mano, aferrándose el uno al otro.

Pretendió no escuchar, aún cuando el rumor se había esparcido rápidamente.

Los murmullos decían tantas cosas, pero nadie se atrevía a preguntar directamente, algunos apartaban la mirada con pena y cuando un chico finalmente había reunido el valor de acercarse cuando Tawan se marchó, alguien más se atravesó en su camino.

Pete sacaba un par de libros para sus siguientes clases mientras se repetía mentalmente que todo estaba bien.

Al cerrar la pequeña puerta pudo sentir una presencia detrás suyo, y con solo aspirar su fragancia pudo reconocer de quien se trataba.

No voltearía, seguiría su camino y listo, pretendería que no existe.

── No has respondido mis llamadas. Te he buscado por todas partes.

Silencio.

No había una sola respuesta por su parte.

Intentó dar un paso lejos de ahí, pero el brazo de Vegas le impidió moverse.

── Pete, necesitamos hablar. Las cosas no son como piensas. Déjame explicarte, mi amor.

Aquella frase había sido como un golpe a su corazón, pero no permitió que aquello le hiciera bajar la guardia.

── Ahorrate esto. Sí necesitas a alguien que te de asesorías o haga los trabajos por ti, no estoy disponible. Paga un tutor o algo, pero dejame en paz.

Quería escabullirse del otro lado, pero sucedió exactamente lo mismo. El timbre había sonado y los pasillos se estaban quedando vacíos.

── Pete, escúchame. No nos hagas esto.

── No. ──finalmente se giró para enfrentarlo, para su sorpresa su rostro lucía cansado, había marcas bajo sus ojos y su aspecto no daba el mismo brillo de siempre, ahora más de cerca un sutil aroma a licor era perceptible, obligandolo a hacer una mueca de desagrado──. Nosotros no somos nada. Nunca debimos serlo. Lo entiendo, está bien. Lo único que quiero es que me dejes en paz. No quiero saber de ti, no necesito tenerte en mi vida. Yo, yo no nos hice nada. Fuiste tú desde un principio. No te costaba nada ser sincero. Lo habría entendido, Vegas. No tenías la necesidad de jugar conmigo y con todo lo que sentía.

── Te amo. Entiende, te amo y no quiero perderte. Dame otra oportunidad. Lo que pasó fue un error, estaba borracho, no sabía lo que decía. Estuve mal, lo sé, pero todavía podemos intentarlo, al final no pasó nada entre él y yo.

── Eres tan cobarde. Ten un poco más de dignidad y asume tus errores. Nadie te obligó a decir ni hacer nada. ──cuando Vegas intentó tomarle el rostro, Pete se hizo a un lado antes de empujarlo para poder tener más espacio, casi se podía asfixiar de tenerlo tan cerca──. No lo hicieron porque yo estaba ahí. Me pregunto, ¿de no haber estado te habrías detenido? En ningún momento pensaste en mí, Vegas.──reclamó──. No, espera, lo hiciste, ¿cómo fue eso? “es tan estúpidamente delicado, más fastidioso que una mujer ──citó, sintiendo su pecho doler, pero no demostraría debilidad── Por no querer acostarme contigo tan fácil, vaya, al final esta bien, supongo que con Porsche tendrás las cosas más fáciles, no es como que él sea tan difícil de conseguir según dicen por ahí.

𝐰𝐢𝐭𝐡 𝐥𝐨𝐯𝐞, 𝐕 ︙𝐕𝐞𝐠𝐚𝐬𝐏𝐞𝐭𝐞Where stories live. Discover now