Seis.

960 174 27
                                    


Kim tenía razón.

Al menos en una parte.

Pero era tan difícil el admitirlo.

Vegas no quería lastimar a Pete.

Nunca fue su objetivo, aunque sabía que corría el riesgo.

Se sentía estúpido por haber aceptado la propuesta de Time, pero nadie más era culpable, solo él.

Pudo retroceder en muchas ocasiones, pero había algo en la forma que Pete lo veía.

El verse reflejado en la mirada cristalina del sureño le otorgaba una sensación extraña, incluso escalofriante y por algún motivo le gustaba.

Con el pasar de los días lo fue conociendo mejor.

Su personalidad burbujeante era como un remanso de paz en medio del caos que lo estresaba constantemente.

Hubo días en los que se descubrió mirándolo más de lo debido, y sus reacciones eran tan únicas que sin darse cuenta su aroma se había vuelto algo necesario para sentirse tranquilo.

Pete era energético, ruidoso, alegre, curioso, tímido en cuanto a él, pero al mismo tiempo tan provocativo que después del primer beso le era difícil apartarse.

Le encantaba la forma en que comenzaban con besos flojos, apenas siendo roces entre sus labios mientras realizaban alguna actividad, y de pronto escalaban al punto de que recorría la piel expuesta de su cuello, dejando pequeñas marcas como evidencia de lo que hacían.

La mezcla entre el sonrojo de sus mejillas, el desorden en su cabello mientras silenciaba sus jadeos al morderse los labios; ese era el momento que no deseaba compartir con nadie más.

Le molestaba la simple idea de que alguien más pudiera apreciarlo de esa forma. Aunque más le disgustaban los detalles simples.

Le irritaba su risa porque era tan alegre y provocaba que cerrara los ojos mientras se movía sin control.

No le gustaba verlo sonreír; los hoyuelos marcados en su rostro y notar lo adorable que se veía era una combinación peligrosa.

Pero más le asustaba la forma en que lo miraba. Como sí fuera lo único existente en este mundo.

Vegas no toleraba a Pete.

No lo soportaba porque le aceleraba el corazón.

Porque estar cerca suyo lo ponía en un estado de felicidad inmenso, y temía que se acabara.

No le gustaba, no.

Vegas amaba a Pete.

¿Por qué lo notaba hasta ahora?

Él estuvo ahí todo el tiempo, pero su atención siempre había estado en Porsche.

Sus ojos veían tan solo a Pachara debido a la fijación que este tenía por Kinn.

¿Por qué no había mirado a unos cuantos pasos más?

No lo sabía, pero tenía una decisión que tomar.

Sin importar lo mucho que fuera a dolerle, era necesario.

Sin importar lo mucho que fuera a dolerle, era necesario

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.
𝐰𝐢𝐭𝐡 𝐥𝐨𝐯𝐞, 𝐕 ︙𝐕𝐞𝐠𝐚𝐬𝐏𝐞𝐭𝐞Where stories live. Discover now