Cinco.

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A pesar de querer ignorar la sensación de tener la mirada de todos en cada acción que hacía, le resultaba un poco difícil, principalmente cuando la gente no disimulaba en absoluto.

Intentaba concentrarse en los ejercicios de física que hacía poco habían dejado y al levantar la vista, algunas personas se giraban para seguir murmurando, a excepción de una chica, quien le sonrió por primera vez y sin dudarlo se acercó hasta él con pasos lentos.

── ¿Puedo preguntarte algo, Pete? ──se sentó a su lado, manteniendo esa sonrisa tímida en sus labios.

── Creo que ya lo hiciste, pero adelante. ──no acostumbraba ser amable, por lo general nadie lo era con él.

── ¿Es cierto lo que dicen de ti? ──el gesto confundido del castaño pareció darle una señal, por lo que agregó── Que eres pareja de Vegas Theerapanyakul.

De entre tantas cosas que alguna vez se dijeron, nadie jamás se había atrevido a preguntarle, y suponía que ahora era distinto debido a que de confirmarse, eso pintaba un panorama por completo distinto a lo que llevaba viviendo el último tiempo.

── Así es, Vegas y yo estamos saliendo, desde hace tiempo en realidad.

El murmullo aumentó entre los demás alumnos. Algunos no pudieron reprimir más la curiosidad y lo rodearon para bombardearlo de preguntas.

Algunos le ofrecían disculpas por el trato que le habían dado, otros más le decían que era un gran chico y que ambos hacían una pareja adorable.

Pese a todo, Pete no lograba sentirlo del todo sincero, pues tan solo el día anterior muchos de ellos no volteaban a verlo y cuando el grupo de Tankhun lo volvía víctima de alguna humillación, nadie le ofreció ayuda, solo seguían su camino, algunos más se reían.

Intentó ignorar todo lo que le decían, quería concentrarse en su trabajo, pero cuando el timbre sonó, apenas fue capaz de levantarse para salir de entre la bola de gente, pero la voz de Vegas llamandolo hizo que la orda de estudiantes le abriera paso.

Las mejillas de Pete se encontraban apunto de estallar debido a la forma en que Vegas lo ayudaba a llevar sus cosas y lo sostenía por la cintura de forma que su cuerpo se encontraba atrapado contra el suyo.

Lo había besado al llegar hasta su asiento, provocado una ola de emoción entre el “público” que los observaba atentos a cualquier movimiento.

Con una mirada de advertencia el resto volvió a sus cosas para brindarles un poco de privacidad hasta que salieron de ahí.

── ¿Quieres comer en la cafetería o prefieres que te lleve a un sitio diferente? ──preguntó sin apartar sus manos de él, en realidad estaba disfrutando la sensación de poder tocarlo en cualquier momento que se le ocurriera sin tener que esconderlo.

── La comida de aquí es suficiente, ¿vas a comer conmigo? ──al cerrar la puerta metálica, fijo su atención en él, acariciando su rostro de forma delicada. Amaba hacer eso.

Tocar a Vegas, así sea de forma simple e inocente era una de las cosas que más disfrutaba.

No le importaba lo que los demás dijeran, ni que pudieran verlos, ahora estaba satisfecho de no tener que ocultar su amor.

── Por supuesto, a partir de ahora ya no vas a librarte de mí.  ──bromeó con una sonrisa que podía derretir al sureño de amor.

Una vez más le había tomado de la mano y al llegar a la cafetería le pidió esperarlo en la mesa que comúnmente utilizaba para reunirse con sus amigos, quienes no tardaron en llegar, mirando a Pete de forma curiosa.

𝐰𝐢𝐭𝐡 𝐥𝐨𝐯𝐞, 𝐕 ︙𝐕𝐞𝐠𝐚𝐬𝐏𝐞𝐭𝐞Where stories live. Discover now