_CAPÍTULO 24_

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Asellus levantó el anillo, con un zafiro dorado en el centro de la piedra preciosa oscura, y lo tocó gentilmente.

Murmuró inesperadamente.

- ... ¿Tú lo hiciste, Vrill?

- Sí, ¿le hace falta algo al anillo de bodas?

- No, no le falta nada. Bonito.

Asellus se puso rápidamente el anillo, como si alguien lo estuviera tomando. Era un anillo modesto en comparación con su impresionante apariencia.

Sin embargo, me sentí orgullosa por alguna razón cuando Asellus puso el anillo en su esbelto dedo, que estaba desprovisto de joyas.

- ¿Te gusta?

- Sí, es encantador.

Me reí entre dientes sin razón aparente cuando escuché la palabra 'encantador'.

No le he dado un regalo a nadie en un tiempo.

Una calidez se extendió a través de mi corazón.

"Me alegra que te guste."

Si Asellus hubiera rechazado fríamente mi regalo, estaría molesta.

Levanté la cabeza para encontrarme con la intensa mirada.

- ¿Qué?

- ... nada.

- ¿Eh?

- No es nada, Vrill.

Asellus evitó mi mirada. Ya era la segunda vez.

"¿Por qué estás haciendo eso?"

Pero mi pregunta fue interrumpida. Habían asuntos más urgentes.

Con un comportamiento apresurado, un caballero saludo a Asellus.

- Por favor deme un momento, señor. Necesito hablar con usted.

- De acuerdo.

Asellus se fue antes de terminar su comida.

Comí sola, sin él, y luego fui a mi dormitorio. Como no estaba bebiendo té, todo tipo de pensamientos me inundaron.

Me convertiré en una pareja casada con Asellus una vez el emperador apruebe los documentos.

Pero ya habían monstruos marinos salvajes en el mar oriental del reino.

Antes de que las cosas se salgan de control, tengo que encontrar al futuro maestro de Asellus. ¿Pero cómo?

Suspiré tan pronto como me di cuenta que no había información.

- ¿Cómo localizarlo en la montaña Yachtria?

Incluso si iba, encontrar al gran sabio, ese era un problema.

Si tan solo pudiera encontrar al gran sabio justo ahora, solo entonces puedo tener esperanza de deshacerme de todo lo demás...

Pero no era una tarea fácil.

Con un suspiro, hojeé mi cuaderno, sumergida en angustia. Sin embargo, nada me viene a la mente.

"No se puede evitar."

Debería dejar de confiar en la historia original y concentrarme en lo que puedo hacer aquí.

Rebusqué entre los libros de historia del reino de LeTella, que obtuve del mayordomo.

Tengo un rollo de papel pergamino a mi lado para tomar notas.

Estaba apunto de empezar a estudiar, pero de repente pensé en Asellus.

"Mi plan principal era cuidar de Asellus."

Hoy lo sacaron de la mansión, sin dormir y saltándose las comidas, y sus ropas eran muy sencillas.

Se ha vestido con un traje de seda y su abrigo dado a los caballeros.

"Las finanzas de la mansión no son escasas."

Agité mi cabeza mientras pensaba en los huevos y el tocino, el pan, y la ensalada que había desayunado.

Eso no fue suficiente.

No era suficiente comer carne con muchas hierbas medicinales todos los días cuando vives en un entorno tan frío.

Además, volvió de madrugada. Así que no puede haber tenido una comida apropiada afuera.

"Es mi deber cuidar de él."

Le pregunté a Senna, que acaba de entrar.

- ¿Dónde está la cocina, Senna?

- ¿Qué pasa con la cocina? ¿Quiere comer algo? Está al lado del comedor en el primer piso.

Ante su pregunta, negué con la cabeza.

- Me gustaría preparar un platillo.

Senna se asustó por mis palabras y dio un paso atrás.

*****

Senna me siguió persistentemente y me suplicó.

- Señora, no. ¿A qué se refiere con cocinar de repente? ¿Qué pasa si se crea un rumor?

- No hay nada de qué chismear. En cualquier caso, aquí solo están los empleados.

- No es un problema. Déjenos esta tarea a nosotros.

Senna estaba inquieta y me persuadía para que cambiara de opinión.

Por otro lado, hice la vista gorda ante su angustia.

"No puedo soportar la frustración de vivir como una babosa."

Pero no puedo decir nada aquí, así que lo reprimí y me lo tragué.

En cambio, abrí la puerta de la cocina y entré.

- Todos deben estar ocupados.

Ante mis palabras, el ajetreo de la cocina, que se debía a la preparación del almuerzo, se detuvo.

Y el jefe de cocina de la mansión se acercó.

- Señora, ¿qué sucede?

Cuando el chef me preguntó, me arremangué y dije.

- ¿Puedo tomar prestada la cocina por un tiempo?

- ... ¿qué? ¿Quiere usar la cocina?

- Tengo un platillo en mente que quiero cocinar.

Formé una sonrisa. El chef entonces no tenía idea de qué hacer y solo parpadeó.

Se las arregló para abrir la boca después de arreglar su sombrero que estaba deslizado a un lado.

- ... ¿para quién?

- Asellus. Prepararé una comida para él.

- Bien, um, ¿lo dice en serio?

El chef parecía pensar que estaba bromeando.

Pero yo era seria al respecto.







No quiero tener a tu bebéWhere stories live. Discover now