_CAPÍTULO 12_

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Como yo (Avril) estaba preocupada, me estremecí.

Solo había una cosa que podía hacer de todos modos.

¡Actuar completamente como una buena y sincera señora!

De todos modos, incluso si el mayordomo ejerce poder, ¿será el único que se me oponga? Pero si no hay nada de lo que culpar, se callará.

- ¡No te preocupes Senna!

Entonces dejé el dormitorio con un corazón ligero.

Sin embargo, pronto enfrenté una gran crisis.

- ¿Dónde está el salón de recepción?

Vi alrededor. No obstante, el espacioso pasillo continuaba con las mismas vistas y ventanas como si se copiara y pegara.

Chirrido (sfx)

El viento sopló la cortina.

Murmuré mientras miraba las cortinas flotando con la mirada vacía.

- Es muy extensa.

Además, la mansión estaba seis pisos sobre el suelo, tenía dos pisos subterráneos, y eran ocho pisos en total.

¿Dónde encuentras el salón de recepción entre todo eso?

"Se vería extraño si pido ayuda."

Viendo que nadie estaba guiándome, parece que Avril se había estado quedando por mucho tiempo en la residencia Austell.

- De alguna manera, como una niña perdida, deambulé por el pasillo.

Por unos minutos, de repente, una puerta se abrió, y Asellus apareció.

- Mira, estoy sorprendido.

- ...

- ¿Qué pasa? Si vas a pasar, ve. 

Como cuando estaba en el comedor, elevó sus cejas.

Oh sí. Ese era un hábito de Asellus.

Usaba sus cejas para expresar sus opiniones si había algo que no le gustara.

'Me sorprendió que las cejas del protagonista masculino parecían moverse con vida.'

No entendía que significaba cuando lo vi en el texto, pero estaban llenas de vida cuando las vi en persona.

Movió bien sus cejas.

En medio de mi admiración, se escuchó una voz hundida.

- Oye.

- ¿Eh?

- El salón de recepción está donde solíamos comer galletas.

Tal vez escuchaste lo que murmuré.

¿No se supone que la habitación está insonorizada?

Asentí lentamente y contesté.

- ... eso es correcto.

- Donde pones los ojos de mi muñeco.

- ... uhm.

- ¿No recuerdas el lugar donde me pediste una serenata?

¿Qué se supone que haga en esta situación?

Pero no podía decir que no lo sabía.

Tenía que evitar comprar sospechas de Asellus.

Agité mi cabeza desesperadamente y contesté.

- ¡No! Por supuesto, lo sé.

Pero Asellus no sabía que creer.

"De todos modos, solo lo noté rápidamente."

El bromeó como si yo buscara alguna parte.

Viendo la mirada incómoda, parecía que no debía estar aquí. Salí imprudentemente.

"Debería haberle pedido direcciones al sirviente que pasaba."

Solo había caminado un par de pasos.

Asellus agarró mi muñeca.

Al mismo tiempo, mi corazón saltó otra vez sin remordimiento.

Un cálido sonrojo en mi rostro, y mi boca abierta.

Entonces Asellus sonrió de forma burlona y dijo.

- ¿Intencionalmente fingiste no saber dónde quedaba?

- ... ah, no.

- Bien, iba a ir ahí de todos modos.

Él me miró. Luego tomó mi mano y bajó al segundo piso.

El salón era la primera habitación que aparecía nada más se atravesaba el pasillo de este piso.

Había una terraza a la par así que podía ver una fuente congelada con decoraciones espinosas.

- Buena suerte.

Me dejó y caminó inmediatamente, y sonrió malvadamente.

Miré fijamente su espalda y agité mi cabeza.

Finalmente, mi cuerpo ha regresado a su estado original. (Se calmó)

Había algo más sospechoso que eso.

- ¿Por qué dijiste buena suerte?

¿Vi sin querer hacia la puerta del salón?

De alguna manera, parecía que una aura oscura fluía desde la puerta.

Era como estar parada frente a la mazmorra con el jefe final.

Ahora que lo pienso. Senna dijo que el mayordomo a menudo regañaba a Asellus.

Estuve en silencio por un momento, entonces levanté mi mano y toqué.

- Aquí está.

Dentro, el mayordomo abrió la puerta y me recibió.

Caminé dentro y asentí.

- ¿Qué sucedió...?

Pero antes que incluso terminara de hablar. Tuve que fijar mi mirada en un lugar.

Había un montón de documentos del tamaño de mi altura apilados en una mesilla en la esquina del salón.

Miré los papeles con una expresión enferma.

"No querrás pedirme que me ocupe de eso."

Pero no puede ser.

Las palabras que pensé fluyeron de la boca del mayordomo.

- Está aquí para hacerse cargo. Dijo que quiere ser una gran señora de la familia Austell.

- ... lo hice.

- Este es el trabajo de la señora que será la marquesa de la familia Austell, tanto como manejar la mansión y socializar, como también organizar el matrimonio.

Me pidió volver a ser la silenciosa yo.

- ¿Puede hacerlo bien?

Con una sonrisa astuta, como Asellus hizo hace un rato.

No quiero tener a tu bebéWhere stories live. Discover now