_CAPÍTULO 18_

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El caballero se arrodilló.

Estaba un poco avergonzado cuando vio que Asellus no estaba sentado ahí, y entonces inclinó su cabeza hacia mí.

- Se dice que han descubierto una criatura desconocida en la costa este. Cada vez que se movía, el bote volcaba, y hace una semana, una gran ola golpeó la playa, causando daños significativos en la vida de las personas.

Confirmé el día en el informe del artículo.

"¿El monstruo ya apareció?"

En la novela, Asellus derrotó al monstruo marino que había plagado el reino durante mucho tiempo.

Gracias a eso, él se volvió famoso, y la familia Austell, quienes estaban olvidados en la memoria del reino recuperaron su honor.

"No sabía que el monstruo saldría tan pronto."

Con una mirada seria, el caballero agregó rápidamente.

- Se dijo que los terremotos ocurren seguido cerca del mar del este. Es por el monstruo.

El suelo comenzó a temblar antes de que terminara de hablar.

Fue un terremoto tan fuerte que los mosaicos que colgaban por encima del techo cayeron y el candelabro se sacudió como un columpio.

- ¡AAAAH!

- Señora, tiene que correr. ¡Vamos!

- ¡Primero que todo! ¡Pienso que sería mejor evacuar a todos!

Por primera vez los sirvientes de la mansión, incluidos los caballeros, que estaban sorprendidos por el terremoto no tenían idea de qué hacer.

Mordí mis labios y vi las decoraciones que se balanceaban inestablemente.

"La situación es grave. ¿Qué debería hacer?"

Había un gran jardín fuera del castillo.

Si evacuamos al jardín lejos de la mansión, estaremos a salvo.

Sin embargo, existía el riesgo de lesiones por los objetos que caían mientras pasamos ahí.

Afortunadamente, la mansión era muy resistente, y estaba hecha de paredes de piedra, así que había pocas posibilidades de que se produjera un incendio.

"Si es así."

Rápidamente extendí la mano y  señalé la mesa grande.

- ¡Todos protejan sus cabezas y escóndanse debajo de la mesa, vamos!

Ante mis palabras, los sirvientes se apresuraron a ir debajo de la mesa.

Grité, deteniendo al mayordomo y a Rell de acercarse a mí.

- Oden y Rell escóndanse debajo de una mesa e instruyan al personal del norte y del sur para que se escondan debajo de un objeto grande.

- ¡Ah, sí, mi señora!

Gritó el mayordomo.

- ¡La orden de mi señora es que los que están afuera no entren al castillo y se queden en el jardín y no se acerquen a los objetos que caen!

Los sirvientes contestaron al unísono, 

- Sí

Ante mis palabras, cada uno de ellos se movió rápidamente.

Mientras conducía al resto de los sirvientes al área de desayuno, encontré a Asellus corriendo desde lejos.

- ¡Asellus! No vengas por aquí.

- ¿Estás loca, tú idiota? ¡Quítate de ahí!

Ante sus palabras, sin darme cuenta levanté la cabeza y fijé mi mirada al candelabro que se balanceaba como un reloj.

- ... ¿eh?

Un enorme candelabro caía sobre mi cabeza.

Llamaba la atención un diamante octaédrico que fue afilado para reflejar la luz.

No parecía haber lugar para escapar. Cubrí mi cabeza con ambas manos.

Pude ver a Asellus viniendo hacia mi desde la distancia con una visión borrosa.

Saltó de inmediato, se subió a la mesa, agarró mi cuerpo más rápido que la caída del candelabro, y nos hizo rodar a un lado.

Choque (sfx)

Las joyas brillantes se desmoronaron, y un lado de la mesa fue aplastado por el pesor del candelabro.

Afortunadamente, los sirvientes que se escondieron cerca parecieron evacuar la mesa rápidamente.

Me alegró que no hubieran heridos.

Cayó un tranquilo silencio.


No quiero tener a tu bebéWhere stories live. Discover now