24

370 78 5
                                    

Cuándo estuvo frente a frente a la puerta su puño no alcanzo a tocar, la puerta se abrió y Minho estaba allí, su pecho sintiéndose aliviado en segundos, soltando el aire que no sabía que estaba reteniendo.

Minho le miró, sus labios un poco abiertos, se quedo estático cuando las manos de Minho tomaron su rostro. Examinándolo.— ¿Estás bien?— Lo olvidaba, las heridas. Cuándo Minho se corrió a un lado fue cuándo recién notó a Hyunjin.

— Me voy, Min.— Minho asintió. Dandole un beso en la mejilla. Hyunjin tenía un aura pesada. Cansada tal vez.— Adios, Chris, no lo dejes solo.

La última parte la susurro, cuándo había tomado su hombro para dar pequeños golpecitos.

— Me trajo acá. — Minho retomo la conversación entre ambos.

— No tienes que explicarme.— Minho sonrió un poco. Tomando su mano para guiarle dentro y sentarle en el sofa.

— Te ayudaré con las heridas, te desinfectaron mal.— Asintió. Simplemente mirando a Minho moverse alrededor del departamento. Sonrió cuando el felino apareció cerca suyo, acariciando su cabeza. Estaba bastante más grande.

Sentía que lloraría. Tal vez por volver a estar con Minho o tal vez por ver a Minho de esa forma, las bolsas en sus ojos y su nariz aún un poco roja le hacía notar que había llorado bastante. El desanimo en su cuerpo también, las pequeñas manchas verdes alrededor de su mejilla que eran cubiertas por una bendita.

Minho dejó las cosas sobre la mesa de noche para poder curarle. Y aunque el alcohol ardía no lo sentía tanto, Minho era cuidadoso, muchísimo al tocar sus heridas.

— Te suspendieron.— Asintió.— También te llevaron detenido.— No repitió la acción tragando en seco, moviendo el rostro a su izquierda cuando Minho tomó su mandíbula.— Por mi, creo que te debo unas disculpas.

Chan apretó sus dientes.— ¿Puedo preguntar?— Minho ladeo el rostro. Su garganta ronroneo.— ¿Qué paso entre ustedes?

— La típica historia, un adolescente que no sabe cuidarse a si mismo y un idiota agresivo.— Rodó los ojos. Minho evitaba el tema.

— No fue eso lo que escuche, Minho.

Minho detuvo sus movimientos. Tal vez se equivoco un poco en el tono que uso. Ese tono sarcástico que se volvió un poco costumbre.
El rostro de Minho se tensó. — ¿Por qué te importa?.— El castaño dejo las cosas sobre la mesa. Su voz saliendo dura.— Te vas a casar, ¿O debo recordártelo?

Sus labios se abrieron pero no obtuvo respuesta. Minho tenía razón. No tenía derecho a pedirle algo a Minho luego de como lo trato la última vez.

— Eso no tiene nada que ver.— Suspiró. Su tono saliendo firme.— Me importa.

— ¿Por qué?.

— Para que hablemos.

— No hay nada que hablar. — Minho suspiró. — Besaste a alguien más, te vas a casar con ese alguien, nuestro trato se rompió, fin de la historia.

— Tú también-

Se cortó a si mismo. Sacudiendo el rostro. Era un imbécil. Un idiota.

El omega volvió a hablar, levantándose. Había guardado las cosas dentro de una caja de mimbre.— Te agradezco que me ayudaras, realmente lo hago y te pido disculpas por la suspensión y el lío en que probablemente te metí.— Chan escuchaba atentó. Minho mantenía su tono, ahora fuerte. Había guardado la caja dentro de un mueble en la cocina, él le siguió hasta detrás de la encimera.— Ahora quiero que te vayas.

Suspiró. Sacudiendo su rostro para despejarse. Su lobo estaba inquieto. Su cuerpo cosquilleaba.— Perdón, se que lo de hoy no fue lo mismo que mi beso con ella.

— ¿Entonces?.— Chan lo miró. Minho le miraba como si en verdad esperase una respuesta.— Si lo sabes ¿por qué ese tónito de mierda que te hace parecer el rey del mundo de los imbéciles?

Tragó en seco, rascando su cuello.— Aún estoy exaltado eso es todo.

— No eres el único que recibió golpes hoy, Chris.— Sus labios se cerraron cuando la voz de Minho sonó rota. Sus puños se apretaban a sus costados y su respiración parecía irregular.— No eres el único que su lobo esta inquieto, que aún esta acelerado, no eres quien fue humillado delante de todos, y mi lobo...— Minho se detuvo. Su mandíbula tensa.— Está aterrado de ti en estos momentos, quiero que te vayas.

Sus ojos se abrieron, su pecho dolió un poco. ¿Minho le tenía miedo? Se alejo por inercia. Intranquilo. — No...no sabía, en verdad...yo...— No tenía idea que decir. Tampoco sabía por qué. — ¿Puedo volver mañana? A ver como estás.

— No sé si podré mañana, no me siento bien.

— Te hablaré.— Minho asintió.

Y él salió de allí con el corazón en la boca. Sintiéndose mareado. Él mismo lo había visto, a Minho aterrado, el miedo que había sentido por ese alfa. Y ahora se lo sacó en cara.

Camino a casa, necesitaba tiempo para pensar.

(...)

Minho por su parte estaba aún en la cocina, las lagrimas caían lo pidiera o no y si era sincero no sabía que hacer para detenerlas. Su cuerpo aún temblaba. Sus manos cosquilleaban y el vomito subía por su garganta cuando recordaba su lengua mezclandose con la de Jaehyun. Tan sucio.

Y solo. Se sentía tan solo que no encontraba consuelo más que llorar. No sentía seguridad con Chan, tampoco con Hyunjin. Encontrarse con Jaehyun había roto ese pequeño circulo de confianza que había logrado crear con alfas.

Cuando Hyunjin le había visitado le abrazo y sintió todo su cuerpo pidiéndole correr. Alejarse del toque y se había sentido tan mal cuando Hyunjin rehusó a irse. Todo su cuerpo temblaba con el simple hecho de compartir con esas fermonas fuertes.
Y él problema era él. Chan no le lastimaría. Hyunjin tampoco pero el no podía evitar sentir la angustia de su lobo atrapada en su garganta cuando se acercaban.

También lloraba un poco por Chan. Porque le dolió más de lo que debía ese tono sarcástico. Tal vez esperaba más de él, quizás esperaba ser en Chan en quien se apoyaría.
Cuando Chan le defendió él había vuelto a su departamento sosteniéndose de todo lo que encontraba por lo débil que sentía sus piernas. Había dado un pie dentro y corrido al baño a devolver todo, a bañarse como si estuviera enfermo y tratar de respirar como no había podido hacerlo las últimas horas.

Sus manos habían temblado por no tener noticias de Chan, por saber que lo metió en un problema se había sentido tan mal.

Era un tonto realmente. Un tonto que no tenía idea como dejar de llorar.

om(e)g(a) !! banginhoWhere stories live. Discover now